«Ya soy Josefina MarÃa LavÃn Solano, hija de ‘El Cariñoso’»
70 años después de su nacimiento, la hija de uno de los maquis más famosos de Cantabria recupera su identidad al conseguir que un juez declare que su padre fue José LavÃn Cobo
CONSUELO DE LA PEÑA | SANTANDER.
«Mi madre estaba muy enferma cuando le comenté que querÃa recuperar el apellido de mi padre, José LavÃn Cobo, ‘El Cariñoso’. Hazlo, me dijo. Ese era tu padre y debes llevar sus apellidos». Fue entonces, allá por el año 2009, cuando a sus 67 años Josefina MarÃa Teresa Solano OtÃ, liberada ya de responsabilidades familiares y filiales, se embarcó en la aventura judicial de ser reconocida legalmente como hija de uno de los maquis más famosos de Cantabria, José LavÃn Cobo, ‘El Cariñoso’, una lucha por recuperar parte de su identidad, arrebatada por la dictadura, que ha concluido felizmente esta misma semana.
El Juzgado de Primera Instancia número 11 ha declarado que Josefina es hija de José LavÃn, a pesar de la oposición del Ministerio Fiscal. «Mis deseos se han cumplido, mis raÃces están completas y siento una paz interna inmensa», expresa vÃa telefónica desde su residencia en Virginia, en Estados Unidos, con inconfundible acento norteamericano. «Voy a cambiar el nombre en todos los documentos, todos. Ya soy Josefina MarÃa Teresa LavÃn Solano. Es algo increÃble para mû, dice emocionada.
Esta sentencia es algo más que un reconocimiento formal. Es la consolidación de sus orÃgenes, y no viene regalado. «Me han dado algo que me pertenecÃa, porque toda mi vida he pensado que ese apellido era mÃo. Siempre supe que ‘El Cariñoso’ era mi padre. Me lo contó mi madre y también mi abuela paterna. Las circunstancias de la vida me impidieron recuperarlo antes. VivÃa en Estados Unidos, tenÃa esposo y dos hijos y cuidaba de mi madre enferma, además de trabajar. Cuando falleció, mis dos hijos eran ya mayores y tenÃan sus vidas, y enviudé. Entonces pensé, éste es mi momento. Es ahora o no será nunca».
Asà que con 67 años inició el camino de vuelta a su tierra para «pelear» por su apellido. «Después de tantos años, España era un paÃs extraño para mÃ. Tuve que familiarizarme con todas las cosas y con sus leyes, que no entendÃa», recuerda. Y es que Josefina tenÃa 12 años cuando abandonó España y se instaló en Estados Unidos junto a su madre MarÃa Milagros, natural de Miami pero oriunda de La Cavada, y compañera sentimental de ‘El Cariñoso’. La niña dejó atrás la trágica y cruel historia de su padre, José LavÃn Cobo, un maqui nacido en Liérganes, al que Josefina no llegó a conocer. No tiene ni una foto de su padre. Ni siquiera un recuerdo personal. «Pero lo llevó en mi corazón», dice. ‘El Cariñoso’ falleció el 27 de octubre de 1941, abatido a tiros por la PolicÃa y Guardia Civil cuando se encontraba escondido en una buhardilla de la calle Santa LucÃa de Santander después de ser delatado. La compañera sentimental del maqui, MarÃa Milagros Solano Otà estaba embarazada de seis meses y presenció la muerte de su pareja. Ambos planeaban escapar a Francia al dÃa siguiente huyendo del régimen franquista. MarÃa, que entonces tenÃa 24 años, fue detenida, internada en prisión y condenada a muerte, pena que no fue ejecutada por encontrarse en avanzado estado de gestación. La pena le fue conmutada por 30 años de prisión. Su madre, MarÃa Otà Ortiz, también fue detenida y fusilada a las dos semanas.
Ni olvido ni perdón
«Mi madre nunca pudo olvidar ni perdonar. Me contó que un amigo les delató y que fueron atrapados como en una ratonera. Fue algo muy profundo para ella porque estaba embarazada de seis meses. Cuando la detuvieron, la golpearon salvajemente en el vientre para que abortara, y como no lo hizo, se la llevaron a la cárcel de Santander, donde nacà yo. A los 18 meses mi abuela paterna, Teresa, me llevó con ella y me crió. Mi abuela no tenÃa casa y andaba de un sitio para otro. Nos metÃamos donde podÃamos», evoca Josefina.
Pero el azar quiso que una periodista norteamericana, que realizaba un reportaje sobre las mujeres republicanas en prisión, entrevistase a MarÃa Milagros. Descubrió que habÃa nacido en Miami, a donde sus padres emigraron desde Cantabria, e inició gestiones para sacarla de la cárcel. AsÃ, en diciembre de 1954 MarÃa, que se encontraba en la prisión de Guadalajara, fue reclamada por la embajada de Estados Unidos en Madrid. TenÃa 36 años cuando salió de la cárcel y se reunió con su hija Josefina para poner rumbo a Estados Unidos.
La sentencia recoge todos estos avatares y, a falta de testigos, considera «prueba de entidad suficiente» la sentencia de enero de 1942 dictada en Consejo de Guerra contra los detenidos en la redada en la que cayó ‘El Cariñoso’, localizada en el Archivo Regional de la Región MarÃtima del Nordeste, en Ferrol. Fue aportada por el abogado Ricardo González de la Lastra, que ha representado a Josefina. El relato judicial hace varias alusiones a la relación sentimental que mantuvieron sus padres y al nacimiento de la niña. Además, considera decisivo que tanto la familia de su padre, como la de su madre, hayan tenido a Josefina como hija de ‘El Cariñoso’. No en vano, la pusieron Josefina por su padre José, MarÃa por su madre y Teresa por su abuela paterna. El Fiscal, que se opuso al reconocimiento de la paternidad, alegó la existencia de un «ánimo lucrativo e interés patrimonial» en la hija del maqui, argumento que rechaza el juez, ya que «ni su progenitor ni su abuela u otros parientes dejaron bien alguno».
¿Existe el olvido, Josefina? «Todos en la vida tenemos tragedias. Olvidar nunca se olvida, pero tenemos que seguir adelante. Con mi madre tenÃa muchas broncas porque siempre estaba recordando ese pasado. Yo le decÃa: mamá, tienes que dejar eso atrás y mirar hacia adelante. Pero ella nunca olvidó. Yo a mis hijos les conté lo que ocurrió, lo horrible y violento que fue. Pero también, que no podemos retroceder. A los hijos no se les puede amedrentar con las rutinas del pasado». Una gran lección.
http://www.eldiariomontanes.es/v/20120805/cantabria/josefina-maria-lavin-solano-20120805.html