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El Gobierno aconseja leer la biografía de Arias Navarro para saber que Franco fue un «dictador»

Público, 24/09/2012 | 25 septiembre 2012

El Ejecutivo considera una disputa «académica» no calificar a Franco como «totalitario»

El Ejecutivo defiende la independencia científica del Diccionario Biográfico de la RAH y considera una disputa «académica» no calificar a Franco como «totalitario»

A.M. Madrid

El Gobierno cree que el Diccionario Biográfico Español, que incluye una semblanza de Franco que no le califica ni como «dictador» ni a su régimen como «totalitario», no puede juzgarse por «unas pocas palabras sacadas de contexto». El Ejecutivo destaca que el autoproclamado generalísimo de todos los ejércitos, es denominado «dictador» y su régimen como «dictadura», en «numerosas entradas», entre las que cita únicamente las dedicadas a Carlos Arias Navarro, Luis Carrero Blanco y Luis Javier Benavides Orgaz, que además «reflejan el carácter represivo» de su régimen. Pero en la suya, no.

En ese sentido, el Gobierno, en respuesta a una pregunta parlamentaria del diputado de IU Gaspar Llamazares, señala que «no es posible lograr la visión completa de un personaje o de un período histórico por la lectura de biografías aisladas, pues las entradas se complementan entre sí, y además cada una incorpora una bibliografía que permite su ampliación y enriquecimiento».

En cuanto a la referencia de Luis Suárez –autor de la biografía de Franco– a que el régimen franquista fue «autoritario» pero no «totalitario», el Ejecutivo tira de erudición y señala que se basa «en  la dicotomía popularizada por Jeanne Kirkpatrick en su célebre ensayo ‘Dictatorships and Double Standards’ (1979)». Para el Gobierno, «es una terminología que podría debatirse en el ámbito académico, pero que no justifica calificar como ‘franquista’ al Diccionario».

También se refiere la contestación al uso de la expresión «Glorioso Alzamiento Nacional» para definir el golpe de Estado militar de 1936. El Ejecutivo señala que ese término «aparece una sola vez en el Diccionario (volumen V,  pág. 767) formando parte de una cita literal, entrecomillada, extraída de una hoja de servicios. Por tanto, refleja el texto de un documento de la época, y no una opinión del biógrafo».

Además, el Gobierno recuerda que el Diccionario ha sido elogiado por numerosos especialistas españoles y extranjeros, aunque sólo menciona a algunos de los foráneos: Hugh Thomas, John Elliot, Joseph Pérez, Stanley Payne y Didier Ozanam.

La referencia al Glorioso Alzamiento Nacional no era opinión del biógrafo, dice el Ejecutivo

La tesis del Ejecutivo es que el Diccionario Biográfico Español es un empeño en el que la Real Academia de la Historia lleva ocupada trece años, que ha merecido un importante apoyo económico de gobiernos de muy distinta significación ideológica y que trata de llenar un importante vacío biográfico en la historiografía española. «Se trata de una obra de investigación que incluye más de 40.000 biografías en 50 volúmenes (en total, más de 40.000 páginas), abarcando desde el siglo IV a.C. hasta el siglo XXI, en el que han trabajado libremente más de 5.000 investigadores españoles y extranjeros, de un espectro historiográfico diverso y plural. Se incluyen numerosos personajes menos conocidos que son biografiados por primera vez, y se ha recopilado una base de datos de 500.000 entradas sobre otros personajes susceptibles de indagación posterior».

Resalta que «ni el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en particular, ni el Gobierno (ni éste ni ninguno de los gobiernos que se han sucedido en España desde 1999), han interferido en la elaboración, supervisión, aprobación o edición de los contenidos del Diccionario. Se ha respetado la independencia científica que constituye un rasgo esencial de la naturaleza de las Reales Academias».

A diferencia de lo que ocurre con el Diccionario de la Real Academia Española, el Diccionario Biográfico Español no pretende tener valor «normativo» ni establecer una verdad histórica «oficial». Es una obra de referencia, en la que cada entrada aparece firmada y su autor es el único responsable de su contenido, como sucede con todas las obras publicadas por la Real Academia de la Historia (tal como establece el artículo 19 de sus Estatutos, aprobados por Real Decreto 39/2009).  «Toda biografía es susceptible de debate historiográfico, y es legítimo que existan discrepancias sobre algunas biografías concretas o sobre algunos aspectos de las mismas. Pero no parece procedente descalificar en su conjunto esta obra, que ha sido sometida a un escrutinio sin precedentes en ninguna obra cultural, con base en unas pocas palabras sacadas de contexto», agrega la respuesta.

En cualquier caso, tras la polémica generada por la biografía de Franco entre otras, la Real Academia de la Historia acordó en junio de 2011 la creación de una Comisión para revisar y mejorar, según procediera, las entradas del Diccionario Biográfico Español, reconociendo que, como toda obra historiográfica, el Diccionario está abierto a la crítica, a su consideración rigurosa y a los enriquecimientos y cambios que procedan.

El ministro de Educación del anterior Gobierno, Angel Gabilondo, también se dirigió a la Academia para requerirle a adoptar las medidas oportunas para revisar y, en su caso, corregir, por los medios que fueran necesarios, aquellas entradas que no respondieran al rigor histórico de los trabajos académicos.

Las voces que necesitan revisión son el 6% de las examinadas

El pasado 4 de mayo, el Pleno de la Academia  aprobó el último informe de la Comisión para la revisión del Diccionario. De lo publicado en los primeros 25 volúmenes, la Comisión ha revisado 500 biografías, referidas al pasado reciente (personajes nacidos entre 1875 y 1931), proponiendo redacciones complementarias, revisiones parciales y matizaciones. En resumen, las voces que se consideró que necesitaban revisión suponían sólo un 6% de las 500 revisadas (es decir, un 0,08% del total de Diccionario), «lo que no parece un volumen para poner en cuestión la obra completa», según la contestación.

La Comisión también ha revisado otras 500 entradas posteriores a la letra H, aún no publicadas, indicando modificaciones que se han incorporado a las biografías con acuerdo de sus autores.

Las actuaciones de la Comisión sobre los tomos ya editados se materializarán en una adenda donde constarán: sus principios generales de actuación, una fe de erratas con los errores detectados, un recordatorio de las denominaciones homologadas, notas críticas aclaratorias, referencias cruzadas, bibliografías complementarias y complementos a ciertas voces. La Academia asume la constante revisión y mejora del Diccionario como una tarea permanente.

Por tanto, «ni existe una «negativa» de la Academia a revisar las entradas que lo requieran, ni el Gobierno ha dejado de mantener un seguimiento sobre este proceso de revisión, que se está realizando en un ámbito estrictamente académico», indica el Gobierno.

La Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2012 incluye, como en años anteriores, una subvención nominativa para «mantenimiento y actualización» del Diccionario Biográfico Español» (por importe de 163.790 euros). Esta subvención se justifica, para el Ejecutivo, por la entidad y relevancia de esta obra, considerada en su conjunto, y por su carácter permanente, que obliga a su constante actualización.

http://www.publico.es/espana/442865/el-gobierno-aconseja-leer-la-biografia-de-arias-navarro-para-saber-que-franco-fue-un-dictador