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Juan Carlos Medina: «La memoria histórica está ahí, tras un muro»

El Periódico, 06-10-2012 | 7 octubre 2012

El director Juan Carlos Medina se acerca en «Insensibles» al incómodo tema de la memoria histórica desde una asombrosa perspectiva


Sábado, 6 de octubre del 2012

El director hispanofrancés Juan Carlos Medina (Miami, 1977) se acerca en Insensibles al incómodo tema de la memoria histórica desde una asombrosa perspectiva. A las puertas de la guerra civil, un grupo de niños sufre un extraño síndrome que les hace insensibles al dolor físico. Ya en el tiempo actual, un neurocirujano (Àlex Brendemühl) necesita un trasplante de médula. Pide ayuda a sus padres, pero estos solo le abren la puerta de un pasado lleno de ocultación y misterio. La rotunda ópera prima de Medina, rodada en catalán, castellano y alemán, fue presentada ayer con notable éxito en la sección oficial del Festival de Sitges.
-Póngale usted mismo el género a su película.

-Es una mezcla. Un drama histórico, un thriller, una película de terror. Tiene algo de fantástico, sí, pero es una fantasía más científica que sobrenatural. Es más H. G. Wells o Mary Shelley que Bram Stoker… En cualquier caso, mi propósito era que Insensibles tuviera un arco de contrastes muy elevado, que llevara al espectador por senderos inesperados…

-Habla de la guerra civil y la memoria histórica desde un ángulo infrecuente en el cine español.

-Mi propósito era tratar la memoria histórica como un tema que pertenece a lo indecible, que está ahí, escondido tras un muro de misterio y de silencio. Y que afecta muy profundamente a nuestro presente. Como una especie de lastre que llevamos a cuestas aunque no lo sepamos.

-El título de Insensibles es metafórico. Va mucho más allá de los niños de la guerra que no sienten dolor.

-Por supuesto. El síndrome de Nishida es un pretexto para tratar nuestra relación con el sufrimiento. A partir de la imagen que tenía en mi cabeza de un monstruo torturador, Berkano, quería contar una historia sobre la herencia histórica, la relación entre el sufrimiento y la verdad, y el precio que estamos dispuestos a pagar por esa verdad. Situando a los niños insensibles en el contexto de la historia reciente de España, su trágica vida deviene una metáfora del destino colectivo de un país desgarrado por el odio y la intolerancia.

-Usted nació en Miami.

-Sí, mi padre es español y mi madre, francesa. De niño volví a Madrid y luego viví en París. Allí estudié cine.

-Le ha costado mucho sacar adelante el proyecto de Insensibles.

-Llevo trabajando en él desde el 2001. En el 2004 ya tenía el guion, que escribí con Luiso Berdejo. Intenté abrir puertas en España y no fue posible. Me fui a Francia y lo mismo, el guion fue a la basura, nadie lo leyó. Desesperado, lo presenté a un concurso y gané un premio. Eso me ayudó. Pero ha sido difícil. Mientras, he hecho de todo: cortos, cámara, periodista, reportero…

-¿Qué directores le gustan? ¿Hay alguno que le haya servido de inspiración para Insensibles?

-Me encanta Cronenberg por su manera de filmar el cuerpo humano. Y Verhoeven por su visión entusiasmada y sarcástica del ser humano y de la religión. Influencias… La otra cara del crimen, de James Gray, Masacre (ven y mira), de Elem Klimov, El maquinista, de Brad Anderson…

SEnDInsensibles ha ganado ya el Méliès de Plata en Estrasburgo.

-Hacer cine es intentar llevar al público a un viaje, a una experiencia intelectual, artística y dramática. Así que es muy gratificante ver que tu mensaje ha calado.

-¿Qué le apetece ver en Sitges?

-Antiviral y Doomsday Book. He visto Holy Motors. Me ha conmovido su tono elegíaco, como de testamento. La escena con Kylie Minogue es increíble… Siento mucho respeto por Léos Carax, por ser un gran autor comprometido con su obra hasta el final, casi canibalizado por ella, como Iván Zulueta con Arrebato.

http://www.elperiodico.com/es/noticias/sitges/juan-carlos-medina-memoria-historica-esta-ahi-tras-muro-2220025