Obituario de Canuto Pedro Marcos Centenera
Un veterano anarquista que pasó dos años en un Batallón de Trabajadores de Teruel
JAVIER ORTEGA
FALLECIÓ EL DÍA 9 DE OCTUBRE EN GUADALAJARA, A LOS 92 AÑOS
Canuto Pedro Marcos Centenera, un veterano militante de la CNT que pasó dos años en un Batallón de Trabajadores de Teruel, falleció el pasado martes en Guadalajara a los 92 años de edad. Fue un gran luchador por la democracia y las libertades y siempre se mantuvo fiel a sus ideales: «Seré anarquista toda la vida», según dijo en una ocasión.
Había nacido en Guadalajara el 19 de enero de 1920 y ya de niño, en un ambiente de penurias y hambre, tuvo que buscarse la vida realizando duras tareas del campo, tales como dar de comer a los animales o buscar leña. Canuto Pedro Marcos fue un muchacho muy aficionado a las vaquillas y al toreo.
Sus padres eran cercanos a la UGT y él, con apenas 14 años, comenzó su vinculación con la CNT por influencia de su hermano Emiliano, su referente e impulsor del sindicato en la capital manchega. Al estallar la Guerra Civil primero fue miliciano en el Batallón Rosemberg y luego soldado de la 49 Brigada Mixta en una zona limítrofe entre Castilla y Aragón. A raíz de un incidente con un teniente, fue dado de baja del Ejército argumentando que era menor de edad. Regresó a su ciudad y de nuevo se volvió a enrolar.
En la Academia de Fuerzas Blindadas de Murcia estudió con profesores soviéticos y ascendió a sargento de tanques del Ejército Republicano, grado que mantuvo hasta terminar la contienda. El fin de la Guerra Civil le pilló en Levante e intentó exiliarse a Francia pero, tras numerosos avatares, consiguió llegar a Guadalajara, donde comenzaría para él un verdadero calvario. Un tío suyo fue fusilado e igual suerte corrió en 1940 su hermano Emiliano, que estaba preso y cuya pena de muerte se ejecutó.
El pasado miércoles recibió un homenaje anarquista y fue enterrado junto a su hermano en el cementerio civil de Guadalajara.
Tras permanecer un año en su ciudad natal, Canuto Pedro Marcos fue movilizado y, al estar fichado por anarquista, lo llevaron preso a un Batallón de Trabajadores de Teruel, donde permaneció dos años realizando trabajos como desescombrar la ciudad, en ruinas por los efectos de la contienda.
En la capital turolense conoció a otros anarquistas con los que entabló amistad que mantuvo hasta el final de sus días. Recordaba de manera especial los duros inviernos y el frío que pasó en Teruel. Terminado ese periodo turolense, Canuto Pedro Marcos volvió a Guadalajara y, entre otras actividades, trabajó de camarero y en la construcción. Participó en la reestructuración de la CNT y vivió de forma activa la transición.