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‘Testamento’ de un resistente

Crónica de León, 21-10-2012 | 23 octubre 2012

Memorias inéditas del guerrillero ‘Jalisco’

 

 

MEMORIAS INÉDITAS DE ‘JALISCO’. F. Fernández / León

El fallecido Pedro Juan Méndez ‘Jalisco’ dejó escrito un esbozo de memorias que desvela La Crónica

Recuerdo, cuando todavía era un niño, haber visto a los primeros republicanos asesinados y abandonados al borde de la carretera. Esta marca del crimen ha perpetuado mis recuerdos que se convirtió en odio a los protagonistas”.

“Mientras Arsenio Juan (su padre) luchaba en Asturias las hordas fascistas habían saqueado la casa varias veces, unas los grupos fascistas de Vega de Espinareda, otras los de Cubillos y Cortiguera. Esta violencia y agresión fue el cotidiano de mi niñez que me ha traumatizado igual que a mi hermano y a mi madre. Mi identidad era esa, represión fascista, así se fue forjando en mi espíritu la rebeldía contra tanta injusticia”.

Son dos de los párrafos del esbozo de memorias del maquis berciano Pedro Juan Méndez, Jalisco, apenas 10 folios en los que marca las líneas generales de lo que deberían ser unas memorias que ya no escribirá pues falleció en Cacabelos, donde residía, después de una larga y penosa enfermedad que puso un cruel colofón a una vida no menos dura. Estos apuntes biográficos los conserva uno de los bercianos que más ha investigado el fenómeno del maquis en aquella comarca, Santiago Macías, también uno de los fundadores de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).

Jalisco era uno de los últimos guerrilleros vivos de la mítica partida de Manuel Girón Bazán, al irse él ya solo vive Quico, residente la mayor parte del tiempo en tierras del Mediterráneo.

En las escasas reseñas que vieron la luz a su muerte se incidía en un aspecto, cómo le marcó la muerte de su padre, también asesinado, y que completa lo que ya apunta en los dos párrafos ya recogidos. En este esbozo de memorias está presente esa trágica desaparición. Recuerda como su madre acudió a familiares residentes en Burgos y bien relacionados con el Régimen buscando evitar la muerte de su marido, el padre de Jalisco, preso en San Marcos. Una historia que recuerda mucho a la de Leopoldo Panero pero con un final muy diferente pues la madre del poeta logró la libertad para su hijo, la madre de Jalisco tuvo mucho peor suerte. “Al caer Asturias, donde él combatía, estuvo preso primero en Gijón y después en León. Procesado, le han condenado a muerte. Ante tal evidencia, mi madre pidió ayuda a sus familiares que vivían en Burgos y eran adictos al régimen franquista, para ver si su influencia podía salvarle de la muerte. Estos hicieron grandes elogios al humanismo de Franco pero no han movido ni un dedo por salvar a mi padre del fusilamiento. Quizás más bien han contribuido con su sarcasmo de que al fin y al cabo era un rojillo peligroso. (…) Así fue juzgado y ejecutado en el Polígono de Tiro de León el 19 de agosto de1939”.

Pedro Juan Méndez, nacido el 17 de diciembre de 1928 en Sancedo, tenía entonces 10 años y, como ha contado en los párrafos reseñados, marcaron su trayectoria vital. Pese a su corta edad apunta en una nota entre paréntesis de quien le mecanografió las memorias que “en esta incertidumbre de huérfano era creciente su curiosidad por las causas que había dado su padre la vida, como tantos huérfanos más el antifranquismo era ya una condición impuesta por habérseles escogido como víctimas”.

Y en esa búsqueda recuerda Pedro Juan Méndez como antes de cumplir veinte años fue entrando en contacto con la resistencia antifranquista, comenta que era difícil conectar con la oposición por la represión existente pero, señala, “se perfilaba entre los antifascistas las sutiles coincidencias y afinidades aunque aún no eran públicas”. Hasta que ya logró entrar en contacto con la guerrilla. “Hacia 1948 pude tomar contacto con una de las guerrillas que vivían y operaban en el Bierzo. Los guerrilleros que conocí en esa ocasión fueron: Alfonso ‘Pájaro’, El Gasta, Orozco y Quico. En un segundo encuentro conocí a Travesado y Chapa (…) Para no caer en manos de la policía, el 27 de octubre de 1948 me incorporé a las guerrillas. Mi primer paradero fue en casa de Gloria, Carracedo. Quedamos dos meses por El Bierzo y en diciembre fuimos hacia Cabrera, en donde conocí a Girón y su guerrilla, compuesta por Alida, Cardeña, El Bailarín, Enrique El chaval y Orozco ”.

Narra después como él se fue hacia Galicia y algunas bajas en el grupo que se fue hacia El Bierzo “por la traición de Pedro el de Berlanga en Ocero. Cayeron Alfonso y Orozco, la muerte de Alfonso me afectó mucho, ya que había sido uno de los primeros compañeros que conocí”.

Va relatando Jalisco otros pasajes repletos de muertes, de infiltrados —“Antonio el de Verín y Saúl nos buscaban, Antonio llevaba largo tiempo ausente y se le creía muerto. Tanto él como Saúl hemos considerado más tarde que hacíanparte del engranaje de infiltración del enemigo que nos había ocasionado muchas caídas”—, de sabotajes, de operaciones, de emboscadas, de refriegas, de hechos que forman parte de la historia de la guerrilla —“es después del tiroteo de Corporales que nos llegaron varias noticias de José Cañueto en su desesperada búsqueda para incorporarse con nosotros, tema de engaño y de traición, como se vio más tarde ante el asesinato de nuestro entrañable compañero Girón—”, y un largo etcétera.

Es duro con Cañueto con frases como “para perfeccionar su crimen no tuvo escrúpulo en asesinar a dos de sus vecinos” o “su cobardía llega hasta a asesinar a Girón por la espalda, porque quizás le temblase el pulso la mirada de frente”.

Y llegó después la huida a Francia “con los tres que me han acompañado, Travesado, Manolo y Quico”. Remata su esbozo de memorias reafirmando sus convicciones, su lucha por “la libertad, la paz y la justicia social. Es esa identidad de la que me siento partícipe y deseo serle siempre digno”.

– Pienso que este pequeño esbozo de mi vida y de mis razones de guerrillero pueden completar los argumentos históricos que hacen por su parte mis compañeros Manolo y Quico; escribe Jalisco antes de firmar sus memorias en julio de 1987. No las acabó. Ya no las acabará.

No se trata ahora que se ha ido de ir desmenuzando cada linea. Ya hay investigaciones muy serias como las de Secundino Serrano en sus libros y ponencia, como las de Santiago Macías en ‘El monte o la muerte’, las de Daniel Álvarez e Inaki Pinedo en el documental ‘El hombre que murió dos veces’, la novela de Carlos Reigosa ‘La agonía del León’ y tantas otras. Se trata de dejar constancia de las reflexiones y los recuerdos de un huérfano, un rebelde, un guerrillero, un exiliado y un luchador, todo en uno solo: Jalisco. Y el protagonista de una bella historia de amor que tuvo un paréntesis de más de medio siglo, los que iban desde que el joven tuvo que tirarse al monte hasta que el viejo regresó del exilio y se reencontró con su antigua novia, como recordaba el ‘chascarrillo’ de este periódico cuando él se fue.

http://lacronicadeleon.es/2012/10/21/vivir/testamento-de-un-resistente-164068.htm