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Toda la Verdad, Todo el Reconocimiento, Toda la Justicia

Ahaztuak 1936-1977, | 29 noviembre 2012

La llamada “Comisión de Valoración de Sufrimientos Injustos y Abusos Policiales» ha hecho público su informe

TODA LA VERDAD, TODO EL RECONOCIMIENTO, TODA LA JUSTICIA

La llamada “Comisión de Valoración de Sufrimientos Injustos y Abusos Policiales”, dependiente del Departamento de Derechos Humanos del Gobierno de Lakua, hacia público en el día de ayer su informe favorable al reconocimiento oficial como “victimas” y a la concesión de una reparación económica para ocho personas de las consideradas “victimas del tardofranquismo”, entre ellas Antón Fernández, vecino de Erandio muerto por disparos policiales en Octubre de 1969, y Jon Paredes Manot, Txiki, y Angel Otaegi, militantes de ETA y luchadores antifascistas fusilados por los piquetes de ejecución franquistas el 27 de Septiembre de 1975.

Ante esto desde Ahaztuak 1936-1977, asociación de victimas del golpe de estado, de la represión y del régimen franquista, queremos realizar una primera valoración de urgencia de este hecho expresando nuestra satisfacción al ver que la persistencia en la denuncia del modelo de impunidad mantenido hasta ahora para para estas victimas, tambien conocidas como “victimas del tardofranquismo”, ha conseguido abrir una nueva brecha en dicho modelo, obligando a la “máxima institución” de la CAV a reconocer como victimas a personas que hasta ahora han estado absolutamente excluidas de tal consideración e incluso algunas de ellas absolutamente vetadas y anatemizadas, siendo consideradas como “terroristas”. Debemos señalar que es aqui donde más se muestra la validez y los resultados de la constante pelea que desde nuestra asociación junto con los familiares de algunos de los asesinados hemos mantenido durante estos ultimos años en defensa de su condición de victimas del franquismo, pero tambien de luchadores antifascistas. Este es el caso de Antón Fernández o en 1969 en Erandio y de Jon Paredes Manot “Txiki” y Angel Otaegi a los cuales se les ha venido denegando dicha condición, quitando por orden judicial su nombre a las calles a ellos dedicados, enviandonos a la Ertzaintza al cementerio de Zarautz para impedir el homenaje que cada 27 de Septiembre les venimos tributando en el aniversario de su fusilamiento, haciendonos acreedores de dos autos en la Audiencia Nacional por presunta “apologia del terrorismo”… Ha sido esa persistencia la que permitió que algunas de estas victimas accedieran a algunos elementos de reconocimiento y reparación a traves del artículo 10 y de la disposición adicional cuarta de la Ley 52/2007, la conocida como “Ley de Memoria Histórica” y ha sido esa misma persistencia que hemos mantenido durante años la que ha hecho que desde el Gobierno de la CAV se vean hoy tambien en la necesidad de reconocer “de alguna manera” por parca que esta sea la realidad de dichas victimas. Ha sido esa persistencia la que ha hecho que representes del Gobierno de Lakua, el mismo Gobierno cuyas fuerzas policiales nos desalojaron por la fuerza del cementerio de Zarautz el 27 de Septiembre de 2010 este año se hayan visto obligados el pasado 27 de Septiembre a tomar parte en el Homenaje a Txiki y Otaegi.

Sin embargo, tras conocer el reconocimiento a estas personas y trascendiendo lo mediáticamente llamativo del mísmo desde Ahaztuak 1936-1977 seguimos señalando que no es sino un reconocimiento a la medida, pero no a la medida de las victimas sino del modelo de impunidad vigente, lo mísmo que lo es el Decreto del que este reconocimiento es parte y es resultado. Y esto es asi fundamentalmente por dos motivos que tienen que ver con la negación de los conceptos de Verdad, Reparación y Justicia cuyo cumplimiento en toda su extensión y profundidad venimos demandando una y otra vez las victimas del franquismo.

El primer motivo es el desconocimiento del concepto de “Verdad” al menos para dos de las victimas reconocidas toda vez que solamente se les reconoce su condición de victimas ”por razones humanitarias” y por el hecho de haber sido dos de los últimos fusilados por el régimen franquista, y no se les reconoce su condición de luchadores antifranquistas o antifascistas. Cualquiera percibirá enseguida la maniobra que bajo este “reconocimiento” se esconde, al intentar anular con una concesión “humanitaria” el carácter politico y resistente de Txiki y Otaegi, intenta hacer de ese reconocimiento la base para la continuidad del desconocimiento hacia decenas de personas tan victimas, tan luchadores antifascistas y tan resistentes armados, como Txiki y Otaegi cuya unica diferencia con estos es ser menos conocidos al no ser dos de los ultimos fusilados por el regimen franquista.

El segundo motivo es que, certificando lo anterior, vemos que ninguna persona que resultara herida o muerta en enfrentamiento armado con el régimen franquista ha sido objeto de reconocimeinto. Entendemos que esto es consecuencia de la aplicación de l decreto que marca las pautas de evaluación y donde se plantea la no consideración como sufrimientos injustos de “aquellos sufridos en el desarrollo de cualquier actividad violenta de motivación política por parte de quienes la realizaran o pretendieran realizarla”, algo que directamente otorga un caracter legitimo tanto a las fuerzas represivas del regimen franquista, como a sus actuaciones y por tanto al propio régimen y la consideración de “terroristas” a quienes lucharon contra él, consideración que fué la base sobre la que fueron condenados a muerte Txiki y Otaegi. Esa negación de su caracter de victimas y luchadores para tantas personas que resistieron al régimen franquista como consideraron que debian hacerlo deja sin embargo paso sin ningun tipo de complejo a la “presunción de inocencia y se salvaguardarn los derechos a la defensa y al honor de quienes aparezcan como sus victimarios”, esto es los responsables politicos, policlaes, militares, judiciales… del re?imen franquista.

En base a los dos puntos anteriormente mencionados dicho se excluye una vez más como vemos a todas aquellas posibles victimas relacionadas con cualquiera de las organizaciones político-militares que en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y en el periodo temporal que va desde1960 a1978 enfrentaban de forma armada al régimen dictatorial franquista, algo que tambien hizo en su momento la “Ley de Memoria Histórica”, cercenando asi su condición de victimas y luchadores y anulando por tanto su derecho a la Verdad, la Reparación y la Justicia.

El tercero es constatar como en estos reconocimientos -que son plasmación práctica de la aplicación del Decreto- se contempla como único parámetro de reparación real la percepción de una determinada cantidad económica, no planteando ningúna medida contra la impunidad de las personas -cargos políticos, policiales, judiciales, militares- que tuvieran alguna reponsabilidad en los hechos que convirtieron a las victimas en tales. Esto además en un momento en el que la denuncia del modelo español de impunidad y la constatación de la gravedad de la persistencia de dicho modelo esta más presente que nunca y cuando la aplicación de los parámetros de justicia universal y de los de persecución de los crimenes cometidos por cualquier régimen fascista, el franquista incluido, deberían ser -tal y como viene recomendado la ONU al Estado español- la base de cualquier normativa que desde cualquier institución pretenda ofrecer verdad, reparación y justicia a las victimas del franquismo, algo que desgraciadamente el Gobierno de Lakua sigue como vemos empeñado en desconocer.

Por ello desde Ahaztuak 1936-1977 alegrándonos del hecho de este “reconocimiento” queremos señalar que este se dá -al menos en tres de los casos admitidos- no cómo una concesión del Gobierno de Lakua sino como resultado de una dinámica de denuncia y confrontación realizada y mantenida como es público y notorio desde nuestra asociación en conjunto con los familiares. Asimismo queremos remarcar tambien que con este reconocimiento no quedan en absoluto resueltas las demandas de Verdad, Reparación y Justicia para ninguno de los “reconocidos”, tal y como explicitan los motivos antes señalados.

Algo que nos señala que dichas demandas y nuestra dinámica de denuncia y confrontación con el modelo de impunidad para con los crímenes y criminales del franquismo que en esencia se sigue manteniendo en versión del Gobierno de Madrid -Ley de Memoria Histórica- o en versión del Gobierno de Lakua -Decreto de Victimas Policiales- habrá de continuar y reforzarse.

AHAZTUAK 1936-1977