CaÃdos por Dios, por España… y por el dinero
Entre 1936 y 1945, el franquismo realizó, sólo en AndalucÃa, 61.958 expedientes de incautación de bienes
Entre 1936 y 1945, el bando franquista realizó, sólo en AndalucÃa, 61.958 expedientes de incautación de bienes y responsabilidades polÃticas y recaudó solamente en multas polÃticas 115 millones de pesetas de la época. A esta cifra hay que sumarle el valor de las fincas y las más de 9.500 incautaciones de bienes registradas
ALEJANDRO TORRÚS Madrid 30/12/2012
José Enciso Amat murió en 1938 en el campo de batalla en Murcia. En 1940, en aplicación de la Ley de Responsabilidades PolÃticas, fue condenado a pagar 12.000 pesetas de multa. Poco importaba que él ya estuviera muerto. Su familia debÃa pagar por él. Su viuda no pudo pagar la sanción y la farmacia que regentaba fue intervenida por el Estado franquista, quien colocó un administrador al frente del negocio familiar, que pasó a cobrar 10 pesetas diarias. La familia estuvo pagando la multa hasta el año 1951 en pagos fraccionados de 3.000 pesetas. Hasta entonces las cuentas bancarias, créditos y demás pertenencias estuvieron inmovilizados.
El caso de José Encino se repitió por toda la penÃnsula. Más de 200.000 familias sufrieron en España la investigación, retención o expolio de sus bienes en un paÃs que en 1940 rondaba los 26 millones de habitantes. La región que más daño sufrió en este aspecto fue AndalucÃa. Un grupo de 32 investigadores de ocho universidades andaluzas, financiado por la Junta de AndalucÃa, ha rescatado de los comités de incautación y los tribunales de responsabilidades polÃticas de AndalucÃa 61.958 expedientes personales de incautación y expropiación de bienes.
Sólo en AndalucÃa hay registrados 57.801 fusilamientos desde 1936 a 1945
Fernando MartÃnez, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de AlmerÃa y coordinador del macroproyecto, cifra la cantidad que los vencidos andaluces de la guerra tuvieron que pagar en 115 millones de pesetas de la época. «El volumen de multas alcanza los 115 millones de pesetas de la época y supera las 9.500 incautaciones cuyo valor no se puede calcular al no haber sido estimado en la época. La represalia fue de tal envergadura y afectó a tanta gente que la Administración franquista se colapsó y en 1945 se tuvo que nombrar una comisión liquidadora que dio carpetazo a 45.000 expedientes», explica a Público el historiador, quien asegura que 115 millones de pesetas serÃan en la actualidad alrededor de 345 millones de euros. «Con 200 pesetas se podÃa comprar un campesino una casa en aquella época», asegura.
La investigación, liderada por MartÃnez, supone la primera averiguación que arroja luz sobre la dimensión de uno de los pilares de la represión franquista: el expolio de los vencidos. El otro gran pilar, más conocido por el gran público, fue el fusilamiento directo de los sospechosos con curas, falangistas, guardias civiles y alcaldes como delatores. Sólo en AndalucÃa hay registrados 57.801 fusilamientos desde 1936 a 1945. De ellos, 49.718 fueron fusilados republicanos y 8.083 del bando franquista.
«No fue suficiente con la represión fÃsica, es decir, matar, encarcelar, mandar a la gente a los campos de concentración ni con la depuración profesional, es decir, apartar de su trabajo a todos los profesionales no afines sino que paralelamente se puso en funcionamiento una ley y una incautación de bienes que fundamentalmente buscó legitimar el golpe de Estado, controlar a los enemigos del alzamiento y financiar el golpe», explica MartÃnez.
Los primeros saqueos
Al inicio el saqueo y las incautaciones se produjeron de manera espontánea. Las tropas africanistas estaban acostumbradas al saqueo de bienes en Marruecos y cuando llegaron a España procedieron de la misma manera a la par que se iniciaron los primeros fusilamientos sin ningún tipo de control. Este ritual se repitió hasta que comenzaron a incautar bienes a familias de derechas que denunciaron estos saqueos y provocó que el cabecilla sublevado Queipo de Llano interviniera en la cuestión.
Queipo de Llano impuso a quien se podÃa incautar y a quien no
El 18 agosto de 1936, Queipo de Llano lanzó el bando de incautaciones en el que se decÃa a quien se puede incautar y a quien no con el «fin de reparar en lo posible los daños y perjuicios ocasionados en los servicios públicos». AsÃ, se disponÃa que se podÃa incautar bienes a las personas que «pertenecieran a partidos polÃticos» del Frente Popular, los que propugnaran la necesidad de la «desaparición o debilitamiento de la nación española», los que se opusieran al levantamiento militar y los periodistas que hubieran publicado a favor de la República.
De esta manera, y según los datos del estudio, los más afectados por ocupación fueron los trabajadores del sector primario (jornaleros, labradores, agricultores, campesinos, mineros), con un 58,5%% de los encausamientos; después el secundario (panaderos, electricistas, carpinteros, obreros, albañiles, etcétera), el 22,1%; y, por último, el terciario (empleados, comerciantes, maestros, militares, etcétera, abogados), con el 19,1% de los expedientes.
El delito de ser polÃtico
El bando de Queipo de Llano pasó a ser ley antes incluso del final de la guerra civil, en febrero de 1939. La Ley de Responsabilidades PolÃticas significó el encarcelamiento, la represión e incluso la muerte para aquellos que durante la primera experiencia democrática en España, la II República, ejercitaron el derecho constitucional de pertenecer a sindicatos o partidos polÃticos.
Azaña fue multado con 100 millones de pesetas y todos sus bienes fueron incautados
Muestra de ello, es la brutal represión que sufrieron los cargos polÃticos desafectos. Cayeron todos, la mayorÃa alcaldes y concejales. Entre los diputados a Cortes las multas fueron descomunales. Manuel Azaña fue multado con 100 millones de pesetas y todos sus bienes fueron incautados. En AndalucÃa, la mayor multa fue para el diputado Vicente Uribe que fue castigado con 25 millones de pesetas, que nunca pudo pagar. No obstante, todos sus bienes fueron incautados por el nuevo Estado franquista.
En 1945 la histeria represora del nuevo régimen era imposible de continuar, pero la represión polÃtica no decayó. Todas las penas impuestas debÃan cumplirse hasta el último dÃa de cárcel o hasta la última peseta de multa.
«HabÃa 17 supuestos delictivos por los que se abrÃa expediente, entre ellos tener abierta una causa militar o haber representado a los partidos del Frente Popular, haber permanecido en el extranjero más de dos meses durante la Guerra Civil, o la excitación o inducción a la comisión de actos que indujeran la responsabilidad polÃtica», explica a Público MartÃnez.
Los polÃticos más afectados por las incautaciones fueron los afiliados a PSOE y UGT
Los polÃticos más afectados por las incautaciones, según la investigación coordinada por MartÃnez, fueron los afiliados a PSOE y UGT. Un 51% de los polÃticos que perdieron todas sus posesiones pertenecÃan a este partido o al sindicato. El 15,18% estaban afiliados a la CNT; el 9,77 al Partidos Republicanos y el 8,88% al PCE.
La naturaleza de los bienes incautados oscila entre la expropiación de fincas rústicas y/o urbanas, el mobiliario de las viviendas, los ajuares domésticos, los bienes semovientes, es decir, los animales de corral, carga y tracción o las cooperativas de casas de obreros. El valor de estas incautaciones es imposible de determinar.
El nuevo Estado se apoderó también de inmediato de los haberes de los partidos, sindicatos y organizaciones opuestas a la rebelión militar. Una vez restituida la democracia, tras la muerte de Franco, estos bienes fueron devueltos a los partidos polÃticos y sindicatos. A los particulares, sin embargo, nunca.
Una vida incautada
Este es el caso de Virgilio Castilla, presidente de la Diputación de Granada en 1936. Apenas dos dÃas después del golpe de Estado de julio fue detenido el dÃa 20. El 1 de agosto, fue juzgado por un consejo de guerra sumarÃsimo y condenado a dos penas de muerte por «rebelión militar, provocación, inducción e instigación a la rebelión», y por insultos a la fuerza armada, considerando la sentencia que preparaba «un amplio movimiento subversivo para implantar en la ciudad las doctrinas ruso-marxistas más avanzadas y por medio del terror». Unas horas después, en la madrugada del 2 fue llevado al cementerio y fue fusilado.
«Poco después de la muerte de mi padre, las fuerzas de Franco fueron a mi casa y nos embargaron todo»
«Tras enterarse de la condena, lo único que me dijo mi padre es que con una condena a muerte hubiese bastado», recuerda para Público José Castilla, de 83 años, hijo de Virgilio. Tras el asesinato de Virgilio, la familia recibió una nueva notificación del Gobierno de Franco. Acorde con la Ley de Responsabilidades PolÃticas, la familia debÃa pagar 250.000 pesetas al Estado de sanción por pertenencia a un partido polÃtico. La muerte, una vez más, no era suficiente.
«Recuerdo como poco después de la muerte de mi padre, las fuerzas de Franco fueron a mi casa y nos embargaron todo. Desde el frigorÃfico a las sillas del despacho de mi padre. Nos dejaron a mi madre, a mi hermana y a mà absolutamente sin nada. Pudimos sobrevivir gracias al padre de mi madre que nos daba un dinero semanal para comer», apunta José Castilla.
Finalmente, la familia de Virgilio pudo satisfacer la multa de 250.000 pesetas. Para ello, el hermano de Virgilio liquidó la empresa de textiles que regentaba junto a su hermano fusilado. «Mi padre, junto a su hermano, era el creador de lo que después fue el negocio de GalerÃas Preciado o El Corte Inglés. HacÃamos trajes a medida. El negocio era fantástico y ya tenÃan sucursales en Murcia, Córdoba y AlmerÃa», explica José, hijo de Virgilio y catedrático de Medicina legal y Forense.
Lo incautado a la familia de Virgilio Castilla está valorado en 262.832 euros
La familia consiguió la reparación de la memoria de Virgilio por resolución del Ministerio de Justicia en 2007. En 2010, reclamaron al Estado la devolución de los bienes incautados a su familia por el Estado franquista valorado en 262.832 euros según informe pericial. Sin embargo, el Gobierno socialista negó el derecho de la familia a la indemnización por daños y perjuicios en resolución firme del 15 de julio de 2011 al considerar que los hechos delictivos ya habÃan prescrito. «La ley de Memoria Histórica no ha servido para nada», resume José.
La Ley de Responsabilidades PolÃticas se justifica mediante la afirmación de que «los causantes de los males de la patria han de pagar con sus pertenencias». Los llamados rojos pagaron con sus bienes e incluso con su vida. La democracia, sin embargo, no les ha devuelto nada. Ni siquiera un simple y gratuito perdón.
http://www.publico.es/448132/caidos-por-dios-por-espana-y-por-el-dinero