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El histórico periodista de El País es autor del libro ‘Entre Supremo y Supremo’

Periodista Digital, 29-11-2012 | 3 diciembre 2012

Francisco Gor: «Los franquistas nunca tuvieron la idea de haber cometido ningún delito»

 

«Emilio Romero mató a una mujer en un accidente de tráfico y no fue a la cárcel»

J. F. Lamata, 29 de noviembre de2012 alas 16:59

Francisco Gor pertenece a ese núcleo de periodistas históricos de la primera redacción del diario El País (junio 1975) que liderada por Juan Luis Cebrián y Javier Pradera, y con un equipo que reunía a figuras como Martín Prieto, Estefanía, Eduardo San Martín, Félix Monteira, Jesús Ceberio o Bonifacio de la Cuadra convirtió al diario de PRISA en el periódico que lideró la Transición democrática en el mundo del periodismo. En la actualidad sigue siendo miembro del consejo editorial del periódico y accionista minoritario.

Su nombre vuelve a ser noticia con la publicación del libro «Entre Supremo y Supremo» (La Hoja del Monte, 2012). El veterano periodista explica a PD el motivo del título:

«En los años setenta yo era cronista de tribunales, terminábamos siempre a la 1 am en el Bar Supremo, enfrente del Tribunal Supremo, nos sentábamos ahí algunos periodistas de tribunales y los abogados que, normalmente, eran abogados antifranquistas»

Francisco Gor concede una amplia entrevista sobre momentos destacados de su trayectoria para Periodista Digital dentro de su ciclo de entrevistas a periodistas.

 

VÍNCULOS DE LA EXTREMA DERECHA Y LA JUSTICIA

La cafetería Riofrío era un lugar ideal para tomar cervezas. Pero en los años 1973 y 1974 comenzó a ser lugar de llegada de elementos de extrema derecha cómo los guerrilleros de Cristo Rey. Yo fui testigo como periodista de contactos entre elementos de extrema derecha con jueces y fiscales en aquellas cafetería.

JUECES, GAL y DICTADURA

En España la Transición es la que es, no voy a entrar a juzgarla, tiene cosas positivas, pero hay que conocerla. En el caso de la policía y la judicatura, el paso de la dictadura a la democracia se produjo de un día para otro. Todo el cuerpo judicial de la dictadura se pasa a la democracia. Es evidente que si un juez en una dictadura consideraba legítimo procesar a un estudiante por haber puesto una pintada que decía ‘Amnistía y Libertad’, es lógico que ese juez, en democracia, cuando se le encargue defender la libertad de expresión, algo haya en su cabeza. A muchos jueces de la democracia les ha costado aceptar la Constitución años.

«Suárez no disolvió a los policías represores, por eso se formó el GAL»

En la Policía, la Brigada Político Social, seguía funcionando en el año 1976 y era la policía del franquismo dedicada a la represión. Cuando llegó Suárez en junio de 1976, esa policía siguió ahí, lo único que hizo fue cambiarle el nombre, por Brigada Central de Información. Que estaba funcionando cuando se produce la matanza de abogados comunistas de Atocha. Ahí estaba el comisario Conesa y el célebre torturador, González Pacheco ‘Billy el Niño’.

El tema del GAL, sólo se explica que llegase hasta 1984, porque la policía y determinados sectores policiales, venían de lo que venían. Porque el Gobierno del PSOE no tuvo capacidad de resistencia para cerrarlo.

Los presidentes del Tribunal de Orden Público

Los presidentes del TOP pasaron a ocupar cargos destacados una vez llegada la democracia. Jaime Mariscal de Gante fue juez de Orden Público. Otros pasaron al Tribunal Supremo. Hijas, que es el segundo del TOP, pasa a magistrado de la Sala Segunda en democracia y siguió hasta que se jubiló. No hubo ninguna pre-jubilación de ningún juez franquista. A Mateu, que le asesino ETA en 1978, que era el presidente del TOP cuando Suárez disolvió y creó la Audiencia Nacional, le hacen magistrado del Tribunal Supremo.

DIARIO SP

Gor recuerda muchos de los periodistas con los que trabajó como el director de Diario SP y Revista Sp.

Cuando llegué a Sp en 1967 no conocía a Royo y no tenía ni el carné de periodista, no se podía ejercer si no estaban en el registro, era un régimen mussolliniano. Pero incluso en una dictadura con un régimen tan estricto, el ímpetu de las nuevas generaciones rompe y presiona. También porque hay empresarios como Rodrigo Royo que, formando parte del sistema – fue director de Arriba – le daban igual determinadas normas. Además, quería contratar a un trabajador barato como era yo, por 12.000 pesetas, pero sin pagarle la Seguridad Social.

Lo que me admiraba de Royo, es que siendo joseantoniano y casi nazi, era a la vez, personalmente, muy abierto, agradable y único. Este hombre se enamoró del periodismo norteamericano y tenía una gran iniciativa.

Pienso que detrás de Royo estaba el dinero de Girón de Velasco. La experiencia periodística de Royo va dentro de la actividad de ese sector falangista. Estalla el caso Matesa en julio y agosto del año 1969. La portada de Sp pidiendo la dimisión de los ministros del Opus Dei en agosto de 1969 era el ‘canto del cisne’ de Sp. Porque lo primero que hicieron los que manejaban el crédito oficial, entre ellos el Banco de Crédito Oficial fue cortar los créditos de Sp, por lo que tuvo que cerrar y el Banco de Crédito Industrial, que era del Estado. La revista también desapareció.

EMILIO ROMERO Y SU ‘ACCIDENTE’

El histórico director de Pueblo, Emilio Romero, también es recordado por Gor por un accidente de tráfico que se cobró una vida.

El periodista, en el año 1969, tuvo un desgraciado accidente. Romero hizo un doble adelantamiento en una línea continua, se encontró de frente con un coche en el que iban un catedrático y la esposa. Tras el accidente murió la esposa y el catedrático quedó fatal. Pero en el juicio quedó en seguida de manifiesto que Emilio Romero era procurador en Cortes y, por tanto, tenía impunidad, por lo cual no fue juzgado aunque tuvo que pagar al marido de la fallecida prensa dos millones de pesetas de la época.

AQUILINO MORCILLO, DIRECTOR DEL ‘YA’

Mejor opinión tiene el periodista del que durante años fue su jefe.

 

Aquilino Morcillo era el director del Ya, que era el periódico de los obispos. Con un aire de señorío, no era como Royo, que pese a sus ideas era más accesible y campechano. Aquilino Morcillo era más distante, pero tenía un sentido periodístico. Morcillo era muy sensible a lo que estaba ocurriendo en España. A mí nunca me censuró, me dio libertad. Sólo con el caso de la polémica que tuve con Santamaría Quesada (‘Arriba’), porque informé de la condena que perdió por injurias puesta por el general Camilo Alonso, al que había llamado ‘camulo’.

Él dijo que ‘yo era de [Joaquín] Ruiz Giménez’, para ese sector, lo más a la izquierda que podían considerar era Ruiz Giménez. Lo malo es que mi crónica había salido el 18 de julio, el mismo día en que Franco le condecoraba, a ese mismo periodista. ¡La que se armó! (…)

El Ya opta, tal vez por influencia del cardenal Tarancón, por cómo dar salida al Franquismo. (…) En mis crónicas de tribunales no era neutral. Aquilino Morcillo lo sabía. El PCE quiso ficharme, a mí, que era un periodista del Ya. Pero es que no era neutral, era antifranquista antropológico.

Lucha por el Estatuto de la Redacción en El País

En junio de 1976 Gor se pasó a El País, que acababa de fundarse y donde se convertiría en uno de los más destacados miembros de la redacción, participando en el desarrollo del Estatuto de la Redacción.

Participé en la elaboración del Estatuto de la Redacción de El País. Recuerdo que el ABC publicó un editorial acusándonos de Soviet, inducido por algunos accionistas de El País.

Al comienzo de El País hay dos concepciones periodísticas, una concepción era que El País fuera un periódico para una minoría elitista, la reproducción de El Sol que dirigía el abuelo de José María Aznar, que tanto evolucionó y era lo que quería Julián Marías. Y había otra concepción más periodística, que era la que defendía Juan Luis Cebrián y que contó con el apoyo de Polanco. Inicialmente el accionista mayoritario era Ortega Spottorno, pero  los negocios no le iban bien y le vendió a Polanco. Polanco y Cebrián hicieron un periódico más abierto ideológicamente, en temas de costumbres.

Dario Valcárcel optó por el modelo de El País minoritario, más conservador y él luego se pasó al ABC, igual tuvo algo que ver con aquel editorial. Dario Valcárcel era de la Junta de Fundadores, junto a Urríes y De Carlos y tenía más poder hasta que saltó la guerra.

Antonio García-Trevijano, al que conocí mucho como cronista de tribunales por el pleito del Diario Madrid, lo que hizo fue aconsejar al grupo de accionistas que querían ese tipo de El País conservador en la guerra. Él empezó a comprar derechos políticos de acciones a buen precio. Los derechos políticos daban opción a voto.

Pero todo acabó con el triunfo de Polanco, que compró las acciones de los rivales, que se fueron y la guerra acabó felizmente para nosotros, los de la redacción.

PRESIONES DE EL PAÍS A IU

En 1993 IU denunció supuestas presiones del periódico de PRISA en las que fue señalado Gor.

Hubo un problema entre El País e Izquierda Unida. Luego vendría lo de ‘la pinza’. Era editorialista de El País y fuimos a un restaurante a comer con el candidato de IU. Estaba Anguita, estaba Carlos Carnero, que ahora es eurodiputado. Entonces se me ocurre decirle a Anguita: «¿No sería positivo que IU en las elecciones dejara caer a los electores que si el PSOE pierde la mayoría absoluta, IU les apoyará?». PSOE e IU eran los dos partidos de izquierda, entonces sugerí que se dejara caer que IU apoyaría a un gobierno del PSOE. Eso lo debió considerar él una encerrona. Era una pregunta periodística normal y corriente y él lo consideró como que el Grupo PRISA quería condicionarle y empujarle para que apoyara al PSOE.

Él denunció ‘presiones brutales’, pero sólo fue esa pregunta. Pero es que la gente es terrible, si la pregunta la hubiera hecho Polanco o Jesús Ceberio, pero la hice yo. Pero ya estaba el tema de la pinza. Anguita estaba obsesionado con barrer al PSOE. La teoría de las dos orillas: barrer al PSOE y ocupar su lugar como referente de la izquierda. Pero él pensó que el Grupo PRISA quería romper con su estrategia.

MEMORIA HISTÓRICA Y FRANQUISMO

Nunca se supo quiénes torturaron brutalmente a un periodista como [José Antonio] Martínez Soler, que lo secuestraron y lo torturaron.

También hubo asesinatos. Un guardia civil mata a Pedro Patiño en septiembre de 1971 simplemente por repartir unas hojas convocando a la huelga. El abogado Jaime Miralles fue el encargado de defender a la viuda. Y Miralles tenía un origen franquista, militar y monárquico. Pero llega un momento en el que dice ‘no puedo mirar para otro lado’.

Los crímenes del franquismo que se producen a partir del año 1970, son un centenar, más o menos. Hasta los cinco fusilados en Vitoria, siendo Manuel Fraga ministro, eso fue un crimen horrible. Era por el odio ideológico a los huelguistas. Dispararon contra aquella pobre gente.

Todos aquellos crímenes quedan sin investigar por la amnistía. Que la amnistía quién la pide es la izquierda, la oposición democrática que quería ayudar a los -entonces sí que lo eran – presos políticos, porque la derecha franquista, no tenía la idea de que hubiera cometido ningún crimen. Creían en la antiEspaña y todo eso.

En el año 77 hay abiertas una veintena de diligencias contra elementos de las fuerzas de seguridad. Pero los franquistas nunca tuvieron la idea de haber cometido ningún delito.

http://www.periodistadigital.com/periodismo/prensa/2012/11/29/francisco-gor-entre-supremo-franquismo-condenas-judiciales-atocha-elpais-ya-prisa-polanco.shtml