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Rubén Vega: «El movimiento obrero fue el fantasma al que Franco siempre temió»

La Nueva España, | 2 marzo 2013

1601490-._Version2La Fundación Juan Muñiz Zapico presentó en Langreo el libro sobre la lucha de los trabajadores de Asturias en la dictadura

 

01.03.2013

Langreo, L. M. D. El movimiento obrero fue «el enemigo al que Franco derrotó en la Guerra Civil» y un «fantasma al que siempre temió». Y en concreto, el movimiento obrero asturiano, fue una avanzadilla a nivel nacional y un referente para estudiantes e intelectuales de todo el país que acabaron por plantar cara a la dictadura franquista. Lo afirmó el historiador Rubén Vega, coordinador del libro «El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo. 1937-1977», impulsado por la Fundación Juan Muñiz Zapico de CC OO de Asturias y presentado ayer en el Museo de la Siderurgia de Langreo.

El acto contó con la intervención de Francisco Prado, presidente de la Fundación; de Antonio Pino, secretario general de CC OO de Asturias; Alejandro Calvo, viceconsejero de Cultura del Principado, y el propio Rubén Vega. Éste último indicó que la obra nació a raíz de una reunión, hace dos años y medio, con Francisco Prado en la que ambos llegaron con una misma idea en la cabeza: la de hacer «una obra de síntesis, una visión de conjunto» de lo que fue la lucha obrera durante la dictadura. «Existía un amplio bagaje de investigación sobre este tema, sobre periodos y sucesos concretos», expuso Rubén Vega, «pero no había una visión completa del conjunto». Tras poner en marcha el proyecto, Vega y la Fundación Juan Muñiz Zapico «reclutaron» al resto de autores del libro: Claudia Cabrero, Benigno Delmiro, Holm-Detlev Köhler, Diego Díaz, Irene Díaz, Francisco Erice, Ramón García y Carlos Gordon.

«Cuanto más se profundiza en el tema», apuntó Rubén Vega, «más queda la sensación de que queda mucho trabajo por hacer». El coordinador del libro expuso que el movimiento obrero «fue el enemigo al que Franco derrota en la Guerra Civil». Sin embargo, esta derrota no significó su erradicación, y «siempre fue un fantasma al que temió». Por este motivo Franco quiso eliminar al movimiento obrero de raíz, y en la posguerra «ejecutó a muchos militantes». La represión fue constante, utilizó «las ilegalizaciones, incautaciones… tuvo informadores y policías especializados en vigilar en las fábricas e consideró delito las huelgas y el reparto de propaganda».

El movimiento obrero asturiano fue, a nivel estatal, «un referente de la oposición franquista», algo que se hizo aún más patente a partir de las grandes huelgas de los años 1962 y 1963. «Los intelectuales respaldaron estas huelgas. Promovieron manifiestos contra la falta de libertades, en la primera, y contra las torturas, en la segunda movilización». Algunas de estas representaciones de apoyo fueron manifestaciones y obras artísticas (el cartel de la luz de mina de Picasso entre ellos) y el respaldo fue tan amplio que, por ejemplo, al escritor Manuel Vázquez Montalbán fue detenido en Barcelona por cantar el «Asturias patria querida». En estos años fue cuando se construyó «cierta leyenda de la Asturias luchadora y resistente, encarnada en los mineros como símbolo del movimiento obrero y de la oposición a Franco».

En los años sucesivos los frentes abiertos acabaron por superar al régimen dictatorial. Los colectivos vecinales, profesionales liberales y los propios intelectuales se unieron en este tiempo al propio movimiento obrero, que siguió siendo la fuerza antifranquista con mayor poder de movilización, la más duradera y permanente en el tiempo. Sus reclamaciones de estos años, exigiendo el derecho a huelga, de reunión y la creación de nuevos sindicatos «sirvieron para ir construyendo la democracia en circunstancias no democráticas», apuntó Rubén Vega.

En el año 1976, el movimiento obrero asturiano seguía dando mucho que hablar en España. Con sus huelgas se reivindicaron la necesidad de readmitir a despedidos, la creación de ambulatorios en barrios y pueblos y la mejora de los convenios colectivos.

http://www.lne.es/nalon/2013/03/01/ruben-vega-movimiento-obrero-fantasma-franco-temio/1375696.html