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La Alianza Popular de Fraga era, a ojos de Washington, un grupo de «rencorosos» demasiado a la derecha

Público, | 12 abril 2013

1365714483969apc4El embajador Stabler transmitió que la formación de ex ministros franquistas suponía un «peligro» para el proceso de reforma política

 

LUCÍA VILLA Madrid 12/04/2013

«La Alianza [Popular] es una relación antinatural entre personas que sólo tienen una cosa en común: el rencor». La frase es del embajador estadounidense en Madrid Wells Stabler, en general poco dado a los calificativos o comentarios demasiado subjetivos en sus informaciones sobre los acontecimientos españoles. Pero Manuel Fraga y su recién inaugurada formación política supusieron una excepción en los comentarios del diplomático, que no se esconde en mostrar su desconfianza hacia los ex ministros franquistas que en 1976 se unieron para fundar lo que más adelante sería, y es hoy, el Partido Popular.

«Silva [en referencia al ex ministro de Obras Públicas Federico Silva Muñoz] y Fraga guardan rencor porque uno no fue elegido como presidente del Gobierno y el otro no figuraba en la lista del Consejo del Reino. López Rodó [ex ministro de Asuntos Exteriores] está enfadado porque no ha sido nombrado gobernador del Banco de España y Martínez Estruelas [ex ministro de Educación y Ciencia] no ha olvidado que Suárez rechazó nombrarle ministro del lnterior», escribe el embajador en el marco de una conversación mantenida con el vicepresidente del Gobierno Alfonso Osorio, retransmitida al secretario de Estado Henry Kissinger en un documento confidencial el 20 de octubre.

Según reflejan los cables desclasificados de Kissinguer compilados por Wikileaks y a los que Público ha tenido acceso,  los últimos meses de 1976 fueron quizás una de las épocas de mayor tensión política de la Transición, con alianzas, conveniencias y desavenencias entre las figuras públicas por hacerse un hueco ante un inminente nuevo Ejecutivo. Un tema centraba la agenda de Gobierno: la puesta en marcha de una reforma política que debía traer la consolidación democrática materializada en las elecciones de junio del año siguiente. Washington recelaba de la Alianza Popular más que de cualquier otra formación. La cercanía de sus miembros con la derecha más extrema hace que EEUU la considere un «peligro» para avanzar hacia la reforma política.

El 21 octubre Fraga acudió a la embajada estadounidense para entrevistarse con Stabler en una conversación «inusualmente larga» para, entre otras cuestiones, «defender la Alianza Popular como un servicio para el proceso democrático y asegurar la aprobación de las reformas» previstas por Suárez. En el cable enviado a la secretaría de Estado, el diplomático relata cómo el ex ministro franquista de Información y Turismo le explica que había decidido alejarse del proyecto de Suárez porque «no sabía lo que iba a resultar de él».

Fraga estaba preocupado por quienes criticaban que era demasiado cercano a la derecha extrema

«En modo pensativo, voluntariamente reconoció que había un aspecto grave en las criticas [hacia Alianza Popular] que merecían consideración, por ejemplo, que la Alianza estaba demasiado posicionada a la derecha. En este aspecto, deseó explicarlo él mismo. Primero pensó en crear algo con figuras más centristas como Pío Cabanillas y Areilza, pero Cabanillas estaba indeciso y Areilza demasiado ocupado persiguiendo ilusiones. Él era un centrista y deseaba cortar los extremos del péndulo. Fernández de la Mora y el resto vinieron hacia él, habían firmado un documento que aprobaba la reforma y reconocido la validez del proceso electoral», redacta.

Cuando el embajador le preguntó si apoyarían la reforma, Fraga le contestó que sí, pero que harían «tres o cuatro sugerencias moderadas». «Se negó a entrar en concreciones, dejando la puerta abierta a cuán moderadas serían esas sugerencias», comenta Stabler.

Fraga dijo que el rey «flirteaba» demasiado con la idea de controlar el proceso de reformaAdemás, hay un hecho que ayudó poco al líder derechista en su objetivo por ganarse la confianza del país norteamericano: la mala relación de Fraga con el rey, de la que Stabler deja constancia en sus comentarios. «Fraga dijo que el rey había cometido el error de meterse demasiado a fondo en el juego político en julio. […] Piensa que el rey ha corrido el riesgo de herirse a sí mismo y que estaba flirteando demasiado con la idea de controlar el proceso». Por aquel momento, el monarca era una de las figuras políticas más valoradas por EEUU, para quien Juan Carlos se había convertido en confidente y miembro de máxima confianza.

En consecuencia, el resultado de la larga reunión entre ambos fue poco fructífero para el líder  de Alianza Popular, cuyas explicaciones no convencen del todo al embajador.

«Continúo pensando que Alianza Popular es un arma de doble filo» escribió Stabler

«Continúo pensando que la Alianza Popular es un arma de doble filo y que hasta que concluya en las Cortes el documento sobre el paquete de reformas de Suárez en las próximas dos semanas puede plantear peligros. Al mismo tiempo, Fraga tiene razón en decir que alguien tiene que empezar a armar fuerzas políticas de manera coherente en este país. Y no hay duda de que los esfuerzos de este dinámico aunque imprevisible hombre han servido como catalizador para empezar un proceso necesario para hacer viable un Gobierno salido de las próximas elecciones. Me tranquiliza también su afirmación sobre que no tiene ninguna intención de jugar a un juego en el que la Alianza vaya a recortar el paquete de reformas, aunque está por ver en qué consisten sus tres o cuatro sugerencias. […] Mirando hacia el futuro,  hay lugar para dudar si estas figuras tan dispares conseguirán mantenerse unidas hasta las elecciones (mucho más si tienen que ponerse de acuerdo sobre un programa electoral), y si dicha agrupación conseguirá hacerse con la fuerza electoral que ellos prevén. En parte, ya existe una alianza coherente de democracia cristiana o de centro para competir con Alianza Popular por la mayoría de un electorado español que buscan un cambio sin interrupción», concluye Stabler.

En las elecciones de 1977, Alianza Popular obtuvo 16 diputados en el Congreso y dos senadores.

http://www.publico.es/452781/la-alianza-popular-de-fraga-era-a-ojos-de-washington-un-grupo-de-rencorosos-demasiado-a-la-derecha