«HellÃn puede dar cursos a policÃas por la pervivencia del franquismo en las instituciones»
«Tres meses y medio después de conocerse la noticia la respuesta del Ministerio del Interior es silencio absoluto»
«Nos da la sensación de que ha desaparecido información o han hecho desaparecer información de HellÃn».
«La lucha de mi hermana Yolanda sigue viva en las peleas que vemos ahora en contra de los recortes en la Educación y la Sanidad».
Aitor Guenaga
33 años después del asesinato de la lÃder estudiantil Yolanda González a manos del ultraderechista Emilio HellÃn, esta truculenta historia de la transición vuelve con fuerza con un nuevo capÃtulo sorprendente. Su hermano Asier. Asier es el vivo retrato de Yolanda, unos ojos enormes que llenan No es solo el recuerdo y la memoria, sus familiares y amigos han emprendido una «batalla democrática» después de conocer que el asesino de Yolanda, condenado a 43 años de cárcel aunque solo cumplió 14, se ha dedicado a formar y dar cursos a policÃas, guardias civiles, mossos y ertzainak y a asesorar al Ministerio del Interior. Barcelona, Madrid, Burgos y mañana en el barrio bilbaÃno de Deusto, donde nació Yolanda. Pasado y futuro, denuncia de su asesino yQuieren reivindicar también su lucha y su figura, que ahora está representada en el futuro lucha que vuelve a estar tan presente «Ella luchaba contra los recortes en la educación -la Ley de AutonomÃa Universitaria (LAU) y ahora también es un tema por el que los grupos sociales están luchando hoy en dÃa o por los recortes en la sanidad», señala su hermano.
Pregunta. ¿Cómo os llegó la noticia de las nueva vida de Emilio HellÃn, el asesino de tu hermana Yolanda González?
Respuesta. Recibimos una llamada del periodista de El PaÃs que reveló la noticia unos dÃas antes de que se publicara. Y nos pidio una reflexión. En esos momentos tienes todo muy aparcado en tu subconsciente y tampoco tenÃamos mucha información. No estabamos preparados para hacer una reflexión coherente. Cuando salió el reportaje ya nos enteramos de todo. Fue un jarro de agua frÃa. De hecho, habÃamos dado por cerrado en nuestras vidas todo el tema de HellÃn. Tras su extradición en los 90, ni nos preocupamos de cómo iba cumpliendo la condena. No sabÃa ni cuántos años habÃa cumplido de los 43 a los que fue condenado, ni cuánto habÃa dejado de cumplir. A nivel emocional se te reabren las heridas, surgen muchos sentimientos. Y como ciudadanos demócratas tenemos ese sentimiento de la impunidad que este individuo tuvo en el pasado y, lo sorprendente es que hoy en dÃa la siga teniendo también. Todo su periplo ha sido escandaloso, pero 33 años después del asesinato de Yolanda, sà te sorprende que tenga estas conexiones que le permitan hacer lo que hace.
P. ¿Cuánto tiempo hacÃa que no sabÃais nada del ultraderechista Emilio HellÃn, ahora rebautizado Luis Enrique HellÃn y asesor de la PolicÃa, la Guardia Civil, diversos ministerios y policÃas autonómicas?
R. Un momento clave fue la extradición de HellÃn en el año 90 del Paraguay del dictador Stroessner. Mi madre dijo entonces que esperaba que al asesino de su hijo se le acabasen los permisos que habÃan permito su huida y que no saliera del lugar del que nunca tenÃa que haber salido. Ahà desconectamos nuestro interés por saber la evolución penitenciaria de HellÃn.
P. ¿Y cómo gira uno, tu hermana, tus padres la cabeza para enfrentarse de nuevo con el dolor, con el recuerdo de Yolanda?
R. Mis padres están vivos los dos pero tienen un fuerte grado de dependencia, probablemente por todo lo que han pasado. Les tenemos apartados de esta nueva batalla democrática que estamos emprendiendo. Por un lado te enfrentas de manera natural porque igual que mis padres sintieron el apoyo en 1980, cuando asesinaron a Yolanda, de sus antiguos compañeros del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) o de sus amigos, mi hermana Amaia y yo lo hemos vuelto a sentir también. Mi madre era entonces una madre coraje. TenÃa un empuje especial y un arrojo que llegaba a toda la familia. Pero siempre apoyada y de la mano de los antiguos compañeros de Yolanda. Al final siempre hay dos vÃas: puedes encerrarte en la tragedia o puedes luchar. Ahora, 33 años después, hemos sentido algo igual. Un montón de reencuentros. Desde el minuto uno que se conoció la noticia las iniciativas no han parado. Pero te encuentras también con esos sentimientos que afloran otra vez. Yo tenÃa seis años en aquel momento.
P. ¿A qué iniciativas te refieres?
R. Estamos denunciando las actividades de HellÃn para ciertas instituciones del Estado, cursos de formación y asesoramiento, pero por otro lado se reivindica la figura de Yolanda y de su lucha y lo que representaba en aquel momento y el paralelismo que existe con las luchas de hoy en dÃa.
¿Y una persona con semejante pasado puede asesorar y formar a policÃas en aspectos tan sensibles para la seguridad en un Estado democrático? Me parece muy grave. Si no es ilegal, al menos es inmoral y desde luego contraproducente.
P. La historia de HellÃn, dentro y fuera de la cárcel, es realmente truculenta.
R. Solo concibo que esta situación se pueda dar por la pervivencia del franquismo dentro de las instituciones. En su dÃa, esa pervivencia permitió que desde las instancias policiales o incluso de la judicatura una persona como esta, vinculada a los aparatos parapoliciales del Estado, tuviera un rosario de privilegios. Pero también esa pervivencia del franquismo en las instituciones es la que percibo también cuando en el 2013 este individuo mantiene intactos sus contactos policiales.
P. ¿Qué explicaciones habéis recibido de las instituciones, de los ministerios que lo han contratado, de las diferentes policÃas…?
R. La verdad es que nos hemos topado contra un muro cuando intentamos pedir responsabilidades a los diferentes ejecutivos. Es cierto que desde el ámbito parlamentario, tanto en el Congreso como aquà en el Parlamento vasco, tenemos un apoyo, total como ha sido en Euskadi o casi total como en el Congreso. Pero es con el Ejecutivo cuando te das cuenta de que te pegas contra un muro. Tres meses y medio más tarde la respuesta del Ministerio del Interior es silencio absoluto.
P. ¿Nadie os ha recibido para dar alguna explicación? ¿No ha entregado aun el informe producto de la investigación que exigió el Congreso en su proposición no de ley aprobada el pasado 21 de marzo?
R. Estuvimos reunidos con el jefe de gabinete del Ministerio del Interior el ocho de marzo. Al principio nos dijeron que no sabÃan nada, que se la habÃan colado. Como que habÃa sido un despiste. Y sus palabras exactas fueron «No tenemos ningún interés»; las repitio varias veces. Se referÃa a que no tenÃa ningún interés en que esto quedase impune. Pero, visto el silencio desde entonces, al final no sabes si lo que no tienen es interés en remover la mierda.
P. ¿Y en el caso de la consejerÃa vasca de Seguridad, qué respuesta habéis obtenido? HellÃn también formó a varios ertzainak en algunos cursos.
R. La respuesta ha sido mucho más ágil. Abrieron una investigación ante una pregunta parlamentaria de EH Bildu y en el pleno del 1 de marzo ya respondieron confirmando que habÃa un curso de HellÃn en 2008 donde habÃan participado cuatro ertzainak en Madrid. Luego nos reunimos con el viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga, y él directamente no informó de esos datos, de la investigación exhaustiva que se habÃa realizado. Fue más cercano, sentÃas más empatÃa que con el Ministerio del Interior, que estaban más a la defensiva, y eso que nosotros no utilizamos ningún tono acusatorio. Solo preguntábamos. Pero, aún asÃ, creo que no tenemos toda la información. Creo que hay más casos que ese curso de 2008, pero no puedo comentar más. Me van llegando informaciones de diferentes fuentes y es algo que quiero comentar con la consejerÃa.
P. ¿Cómo explicáis el paso del asesino ultraderechista Emilio HellÃn, al asesor del Ministerio y de las diferentes policÃas Luis Enrique HellÃn?
R. Mi reflexión es la misma, mi sorpresa es que en 2013 esta persona haya seguido manteniendo esos contactos policiales. Que la vida que él ha rehecho esté vinculada a los órganos policiales. Y pienso que eso solo es posible por la pervivencia de las estructuras franquistas. Si esas estructuras se hubiesen depurado, esto no serÃa posible. Es verdad que cambia de nombre en un registro civil, todo legal, con el objeto de rehacer su vida a nivel público. Pero no me creo que eso no se cruzara con la base de datos de la PolicÃa. Es imposible que no conocieran los antecedentes penales de esta persona. Y si sus datos no están, es que alguien se ha encargado de borrarlos. Nos da la sensación de que ha desaparecido información o han hecho desaparecer información de HellÃn.
P. Cuando Yolanda fue secuestrada y asesinada el 2 de marzo de 1980 estaba leyendo un libro de Antonio Barea titulado «La forja de un rebelde». ¿Yolanda era una luchadora, una rebelde?
R. Sus compañeras y amigos dicen que era una revolucionaria.
P. Tú apenas tenÃas seis años entonces. ¿Qué recuerdos tienes de aquella epoca en la Ribera de Deusto, en Bilbao? He leÃdo en algún sitio que Yolanda te tenÃa un especial cariño.
R. (Silencio) Si ya te afloran sentimientos bastante fuertes, volviendo a leer ese tipo de cosas… Eso en concreto lo escribió Alejandro Arizkun, compañero sentimental de Yolanda en aquella época. Si Alejandro lo decÃa es que era consciente de ello y era asà seguro. Es algo que me llena de orgullo y me emociona aun más. Me saltan más las lágrimas, si es que puede uno emocionarse todavÃa más. De aquella epoca recuerdo flashes. Ella se marchó a Madrid un año antes, cuando yo tenÃa cinco. Y apartir de entonces ya la veo en momentos muy concretos, cuando viene a Bilbao para visitarnos, fugazmante un par de dÃas, vuelve de nuevo. Imágenes de una persona muy viva, muy madura para su edad, muy responsable. Mi hermana Amaia siempre lo dice: se llevaban solo un año de diferencia pero intentó seguir los pasos de Yolanda, sus inquietudes polÃticas, ir a las reuniones, pero Amaia se dio cuenta que a sus 15 años tenÃa otras inquietudes, las de una niña de su edad, claro.
P. QuerÃa volver a la figura de HellÃn y a la triple idea que rodea al personaje con su derecho a la reiserción por un lado, su negativa a arrepentirse del asesinato de tu hermana y la impunidad con la que ha llegado hasta nuestros dÃas.
R. Nosotros siempre hemos dicho que creemos en la reinserción como objetivo final del cumplimiento de una condena, pero siempre y cuando el condenado muestre ese comportamiento de querer reinsertarse. Pero una persona como HellÃn que nunca ha mostrado arrepentimiento alguno y que fue favorecido en las reducciones de condena pese a que tuvo dos intentos de fuga -una con pistola en mano y otra con documentación falsa en su poder- y con la connivencia de la juez de vigilancia penitenciaria que le daba permisos a un recluso considerado de alta peligrosidad en contra de los criterios de Instituciones Penintenciarias y de la FiscalÃa. Y en uno de esos permisos aprovechó para fugarse a Paraguay. ¿Esos son los elementos que nos indican que HellÃn tenÃa intención de reinsertarse y de arrepentirse? Creo que no, la verdad. ¿Y una persona con semejante pasado puede asesorar y formar a policÃas en aspectos tan sensibles para la seguridad en un Estado democrático? Me parece muy grave. Si no es ilegal, al menos es inmoral y desde luego contraproducente.