La voz de las vÃctimas de los nazis
Acto en memoria a una decena de toledanos asesinados por los nazis, coincidiendo con el DÃa Internacional de las VÃctimas del Holocausto
M.G./Toledo – martes, 28 de enero de 2014
La vida de Hipólito es de aquellas que no se olvidan a pesar de que haya permanecido muchos años guardada en la memoria de los familiares. Este toledano nunca se imaginó su calvario cuando se marchó de Puente de Arzobispo para combatir en el frente. La misma suerte corrieron otros diez toledanos que pensaron que lo peor ya habÃa pasado al cruzar la frontera y dejar atrás una España descosida por la Guerra Civil. Ytodos ellos creyeron que en Francia habrÃa oportunidades, pero se equivocaron y pronto fueron internados en campos de trabajo y terminaron hacinados en los campos de extermino de Mauthausen, Gusen y Dachau.
A Bienvenido Maquedano, nieto de Hipólito, se le han quedado grabados dos terribles momentos, el viaje de su abuelo en uno de los trenes de la muerte en dirección a Mauthausen en 1941, en el mismo de Luciano Rubio del Valle, otro toledano que acabó compartiendo patio en el mismo campo austrÃaco. El otro episodio, cuando su abuelo murió agarrado a la valla electrificada el 13 de noviembre de 1941.
Maquedano relató ayer parte de esta cruda historia familiar durante el acto en memoria a una decena de toledanos asesinados por los nazis, un gesto del Ayuntamiento, coincidiendo con el DÃa Internacional de las VÃctimas del Holocausto. Y aunque se ha tardado más de dos años en cumplir con este homenaje fruto de un acuerdo de Pleno a propuesta de IU, ayer la polÃtica intentó quedarse en un discreto plano porque los protagonistas eran otros.
El nombre de su abuelo no figura en el monolito colocado en la plaza del Sofer, «pero su historia es similar a la que sufrieron miles de personas cuya conciencia les impidió rendirse al avance del totalitarismo». Por eso, el nieto de Hipólito también se siente parte de las historias de Eleno DÃaz Tendero, asesinado en Dachau, Pedro Castelló Hernández, JoséRodrÃguez Tocinos, Francisco Ruiz Benito, Emilio Sotoca López y Juan Tordesillas Arellanos, Máximo Gil Serrano, Gabriel Villacañas, Luciano Rubio del Valle y Raimundo Herrero Toledo, todos ellos trasladados a Mauthausen, aunque algunos murieron allÃ, pero la mayorÃa en Gusen.
«En mayo recorrà Europa siguiendo las huellas del exilio de mi abuelo. Visité todos los campos en los que estuvo y mi periplo me condujo a a seis paÃses.En la mayorÃa observé monumentos que recuerdan a las vÃctimas del nazismo, lápidas escritas en varios idiomas llamando la atención sobre la desdicha de los españoles y sobre la vergüenza de sus asesinos». Pero lo más importante de la experiencia se la reserva para contársela a sus hijos cuando vayan creciendo «porque es importante que en España se recuerde a aquellos hombres que fueron tachados de apátridas, cuando les movió siempre el amor a la libertad de su paÃs y de Europa».
Por eso, el monolito que acababa de instalarse guarda un especial significado para muchas familias. Para la de Maquedano «es una pieza más del tesoro histórico de Toledo, el principio del pago de una deuda y el consuelo del recuerdo».
. El alcalde de Toledo, Emiliano GarcÃa-Page, también tomó la palabra para recordar «la memoria con inteligencia» y lanzar un mensaje de advertencia «para que la Historia no vuelva a repetirse y pueda caer en el mismo error». También para que sirva de lección a grupos minoritarios «racistas» que siguen ensalzando en privado el nazismo.
Por su parte, el portavoz del Ayuntamiento, Rafael Perezagua, aludió al «consenso polÃtico» alcanzado por PSOE, PP e IU e hizo alusión a los sacrificios y al calvario sufrido en la IIGuerra Mundial para que Europa terminara siendo libre.
La portavoz del PP municipal, Claudia Alonso, criticó la tardanza del Ayuntamiento en rendir este homeje y apuntó que este monolito trae a la memoria «uno de los episodios más abominables».
Por último, el portavoz de IU, Aurelio San Emeterio, puso voz a las vÃctimas, pero sus primeras palabras pidieron «el cierre de Guantánamo». Además, subrayó la importancia de este reconocimiento para que se complete «la memoria de estos toledanos» que murieron con un «sufrimiento desgarrador».