Maria Antònia Oliver: ´España ha perpetuado la impunidad de crÃmenes contra la humanidad´
Presidenta de Memòria Histórica de Mallorca. Su madre le traspasó el testigo de dignificar la memoria de su abuelo
Virginia Eza.
Presidenta de Memòria Histórica de Mallorca. Su madre le traspasó el testigo de dignificar la memoria de su abuelo, Andreu ParÃs Martorell, asesinado en 1937. Catorce años después de empezar su lucha para que se juzguen los crÃmenes del franquismo, las vÃctimas han encontrado en Argentina la esperanza en una Justicia que España les niega
„¿Qué le impulsó a emprender el camino de la memoria histórica?
„En mi casa siempre se habló en el ámbito familiar de lo ocurrido con mi abuelo. Hubo en momento, sobre el año 2000, en el que vi que mi madre ya era mayor y necesitaba ayuda, por lo que empecé a investigar por mi cuenta sobre las circunstancias de la muerte de mi abuelo. Mi madre tenÃa 12 años cuando mataron a su padre y siempre ha tenido la obsesión de dignificar su memoria. Vivió en una época en la que se decÃa que personas como su padre eran mala gente, rojos… Siempre me repetÃa que su padre era un buen hombre, que no me olvidara nunca de su nombre. Me decÃa a menudo que lo mataron en la guerra, pero que él no habÃa ido a la guerra. Hasta que fui más mayor no lo entendÃ.
„Y heredó esa obsesión.
„Se nos hizo un mal que se perpetuó en el tiempo. Mi madre me decÃa muchas veces que es como si tuviera una losa encima, con la vida mucho más difÃcil. Eso nos ha marcado a todas las familias que lo sufrimos. Vi que era algo que se repetÃa cuando contacté con otras personas interesadas por saber qué habÃa sido de sus familias, sobre todo con el tema de las desapariciones forzadas, que en Mallorca hubo muchas. Es un delito gravÃsimo.
„¿Cuándo decidieron emprender la vÃa judicial?
„Yo pensaba que estábamos en un Estado de derecho y que por lo tanto lo que debÃamos hacer era acudir a la Justicia. Se suponÃa que vivÃamos en una democracia, pero a nadie le interesaba este tema. Se podÃa hablar, solo que nadie nos escuchaba. Entonces pensé que debÃamos asociarnos y pedà asesoramiento legal. Margalida Capellá, una jurista profesora de la UIB, me dijo que eso eran crÃmenes contra la humanidad.
„Que no prescriben.
„Exacto. Las desapariciones forzosas son un delito que se perpetúa temporalmente hasta que no se encuentra a las personas. Es como si estuviera pasando ahora. Cuando el delito, además, se realiza de forma masiva, forma parte de los crÃmenes contra la humanidad. No prescribe. Cuando España aceptó a trámite en 2005 denuncias de vÃctimas de crÃmenes contra la humanidad de otros paÃses, como por ejemplo Argentina o Chile, pensamos que habÃa llegado el momento para nosotros. En diciembre de 2006 pusimos la denuncia, con otras tres asociaciones más, ante la Audiencia Nacional y el juez Garzón lo aceptó a trámite en 2008. Entonces empezó una larga batalla legal que ha sido un vÃa crucis.
„¿Por qué?
„Desde Mallorca presentamos informes de fosas de Porreres y Calvià y el juez Garzón ordenó las exhumaciones, lo que fue un increÃble éxito. Entonces el fiscal de la Audiencia Nacional se posicionó en contra, es decir, los fiscales que han de perseguir a los criminales los protegen y se pronuncian en contra de vÃctimas que han sufrido graves violaciones contra los derechos humanos. DecÃa que no es urgente ni necesario. Que mire a la cara de una persona a cuyo padre lo quemaron vivo y le diga que no es urgente ni necesario que lo busquen. Además, el fiscal alegaba que la muerte de estas personas es pública y notoria. No es pública, porque no hay ningún sitio en donde lo diga, ni notoria porque no sabemos dónde están, ni quiénes los mataron ni cómo murieron. Logró que la sala paralizara el proceso y las fosas quedaron protegidas judicialmente sin que se las pudiera tocar, a la espera de que se decidiera de quién es la competencia.
Hasta que Garzón se inhibió.
„SÃ. Lo derivó a los juzgados territoriales. Tuvimos que empezar de nuevo con el proceso y se fue desestimando. En Mallorca la FiscalÃa también se pronunció en contra. Todos se pronunciaron en contra de las vÃctimas, de gente que vive entre nosotros y está sufriendo. Agotamos todas las vÃas hasta llegar al Tribunal Constitucional para pedirle amparo. También lo desestimó. Entonces acudimos a los tribunales europeos de Derechos Humanos y obtuvimos una nueva desestimación. Al final ha sido Argentina en donde hemos visto la luz.
„En España es evidente que hay muchos a quienes no les interesa que ganen esta batalla. ¿Cómo es posible que en Europa les ocurrira lo mismo?
„No lo sé, pero es evidente que hay intereses polÃticos. Desconocemos por qué aceptan estas presiones, pero lo hacen y son tan crueles como en España. Argumentaron que las vÃctimas esperaron demasiado tiempo, es decir, que encima la culpa era nuestra. Olvidan que hubo cuarenta años de dictadura. Muchos se consideraban ciudadanos de segunda y no querÃan que sus hijos también lo fueran. España fue la única dictadura que quedó tras la Segunda Guerra Mundial, pero es que Europa nos dio la espalda y se aceptó la dictadura franquista. Vinieron las bases americanas a instalarse aquÃ, no a enfrentarse contra la dictadura. No sé si eso influye. Además el Gobierno español esta representado en Europa, con toda la capacidad para presionar… La verdad es que es un tema que yo ya lo he dejado a un lado, porque ya me he cansado de tantos frentes abiertos.
„¿Recuerda su declaración en defensa del juez Garzón?
„Me citó a declarar la defensa y fue horroroso. Se nos cuestionó. Daba miedo. Me sentÃa en un lugar hostil. Manos Limpias, la Falange, esta gente me hacÃa preguntas trampa para que la conclusión fuera que no se pueden juzgar los crÃmenes del franquismo en España porque habÃan prescrito. Es que todo ha sido una lucha de nosotros contra los tribunales españoles. Los tribunales de Justicia son uno de los pilares fundamentales del Estado, lo que significa que luchábamos contra el Estado, contra sus estructuras.
„¿Se han sentido apoyados por la sociedad?
„La sociedad en general acepta que no se juzguen los crÃmenes del franquismo como una anomalÃa democrática. Como cuando naces con una tara. Hacerse la foto y participar en homenajes está bien, pero después es mejor que no molestemos. Hablo también de la izquierda, que nos quiere mucho pero habla de que ahora hay otros temas que resolver, apela a nuestra solidaridad para que apoyemos… Por supuesto que estamos junto a las luchas de los que se movilizan ahora, porque recogemos el testimonio de nuestros rojos y luchamos también por las ocho horas laborales, por sueldos dignos, porque la gente tenga educación laica, gratuita y de calidad. Pero no se puede pretender que renunciemos.
„Dice «nuestros rojos», sin eufemismos del estilo de «progresistas».
„Son nuestros rojos y lo digo con orgullo. Nos robaron la historia, pero la hemos recuperado. Yo ya conozco a mi abuelo y me hago heredera de su experiencia. Ahora, con la crisis, muchos jóvenes se acercan a nosotros porque empiezan a entender, a darse cuenta de que estas anomalÃas también les afectan directamente a ellos. Todo lo que hagas hoy repercutirá en tu futuro y todo lo que se hizo en el pasado repercute hoy en la sociedad. ¿Cómo nos extrañamos de la impunidad que hay con la corrupción si aquà se ha perpetuado la impunidad contra crÃmenes tan graves como son los crÃmenes contra la humanidad? Asesinatos, prisiones, exilios, robos, incautación de bienes, violaciones, desapariciones… Es imposible que una sociedad avance con eso y además negando su ideologÃa, porque les mataron porque tenÃan una ideologÃa y lo hicieron los de siempre.
„¿Usted es de las que cree que un paÃs que olvida su historia está condenado a repetirla?
„SÃ. Yo veo que los mismos sectores poderosos de la sociedad que en 1936 se posicionaron junto a los que hicieron el golpe de Estado son los que siempre han controlado el poder. Hablo de sectores económicos, polÃticos, mediáticos, culturales, judiciales… Empiezas a mirar apellidos y ves que sus hijos siguieron ocupando los cargos. Cuando uno tiene el poder lo intenta perpetuar y lo perpetúa con su especie. También hablo de muchos de los que se llaman progresistas, que cuando murió Franco decidieron hacerse de izquierdas. QuerÃan democracia, libertades… Pero sin tocar lo de los crÃmenes franquistas.
„¿Qué piensa cuando les acusan de no ser capaces de perdonar?
„¿Cómo perdonar? Ni perdón, ni olvido ni reconciliación. Pretenden obligarnos a perdonar y olvidar, hacernos pasar como personas que no somos lo suficientemente generosos. Constantemente se nos está agrediendo. Te miran como si fueras una loca agresiva, cuando lo que pedimos es lo más normal del mundo. Cuando vas a Argentina y ves como ellos han hecho polÃticas de memoria públicas, con comisiones de derechos humanos en todas las instituciones, con el respeto de toda la gente… Lo tienen marcado en su piel y lo reivindican, están al lado de los que reivindican eso. También ahà han pasado muchos años y las madres y abuelas siguen reivindicando y tienen una consideración internacional.
„¿Aspiran a ese reconocimiento con su concentración cada primer sábado de mes? ¿La sociedad española es receptiva como en Argentina?
„En Argentina al principio también las miraban como a locas que querÃan tocar el pasado. Seguiremos los primeros sábados de cada mes. No es fácil ir con una pancarta por la Plaza Mayor llena de turistas y gente que increpa llamándote loca. Además, durante la ronda decimos cosas como por ejemplo: «fuera franquistas de nuestros tribunales». Lo decimos fuerte y a la cara, con nuestros pañuelos rojos porque somos rojos. Hay gente a la que eso le da vergüenza, pero se avanza poco a poco. Da igual cuántos vayamos porque representamos a muchos. La pancarta pone 1.600 personas asesinadas y todos ellos están con nosotros para romper esta impunidad. Tenemos que hacer mucho ruido fuera para que se nos haga caso aquÃ.
„Por el momento se les ha hecho en Argentina.
„Sacar los colores a nivel internacional tendrá como efecto que aquà mucha gente se lo plantee. En Argentina pretendemos que se aplique la justicia universal, pero en realidad lo que queremos es que el franquismo se juzgue aquÃ. Es un efecto rebote. Pablo de Greiff, relator especial de Naciones Unidas, ha sido contundente al decir que España debe juzgar los crÃmenes del franquismo. En nuestra pancarta pone «verdad, justicia y reparación». Eso es lo que queremos.