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Instituto y Memoria

Emilio Sales Almazán, | 25 junio 2014

REVISTA INSTITUTOCuando tras la guerra civil sus instalaciones albergaron una especie de campo de concentración que se denominó “la cárcel de la seda”

 

INSTITUTO Y MEMORIA

Hay personas que opinan que la vida es un cúmulo de casualidades. No soy de esa opinión aunque debo reconocer que puede haber ciertas dosis de verdad en tal aserto. Hace aproximadamente doce años que después de aprobar unos exámenes de promoción interna me dispuse a escoger el centro de trabajo que me correspondería y dejar otra cantidad similar de años en el IES “Padre Juan de Mariana”. La verdad es que no tuve mucho problema en la elección ya que conocía a los Compañeros y Compañeras que estaban en el IES “Ribera del Tajo” y sabía que (el paso del tiempo me ha demostrado que acerté de pleno) iba a encontrar algo fundamental para llevar adelante el trabajo del día a día, Compañerismo. Algo que parece tan sencillo pero que no lo es tanto y que hace que el trabajo sea mucho más llevadero, digo más, algo que hace que la vida sea más soportable. Esto unido a que el equipo directivo siempre ha dejado trabajar con la autonomía suficiente para que lo relacionado a nuestro trabajo lleve al centro a funcionar de manera correcta ha hecho que la decisión que un día tomé me parezca a todas luces acertada (no siempre uno se equivoca).

Y es que entrando en el terreno de las casualidades también hay una muy a tener en cuenta.  Llevo muchos años trabajando en lo que se ha llamado “recuperación de la memoria histórica” (a mí me gusta más le denominación de memoria democrática) Y claro el lugar donde hoy se levanta desde hace 25 años el Instituto “Ribera del Tajo” tiene mucho que ver con la historia bastante reciente de nuestra ciudad. En el lugar que hoy ocupa este centro educativo se instalaron parte de lo que en su día fue la Real Fábrica de Tejidos de Seda, Oro y Plata de Talavera de la Reina que el rey Fernando VI ordenó edificar al ingeniero francés Juan de Ruliere (cuyo nombre lleva la Asociación de Padres y Madres del centro) y que acabó siendo la mayor instalación industrial de su tiempo en España y que, según datos recogidos (*) dio trabajo directo e indirecto a más de tres mil personas en la comarca.

Pasado el tiempo y cayendo en desuso su actividad económica, sobre todo por su traslado a otros lugares de la geografía española, las instalaciones fueron abandonadas y se dedicaron a otros usos. Funciones que llegaron a su peor y más nefasta utilización cuando tras la guerra civil sus instalaciones albergaron una especie de campo de concentración que se denominó “la cárcel de la seda” y que el gobierno fascista de Franco utilizó para reunir a los presos republicanos que habían cometido el delito de defender la legalidad constitucional aprobada democráticamente por el pueblo español. Centenares de personas pasaron por el lugar y centenares de ellas tuvieron su final asesinadas en el cercano cementerio de Talavera que las “acogió” en la fosa común allí existente. Cientos de personas de Talavera y la comarca y de otras provincias de España, fueron allí confinadas. Hoy nada queda de las instalaciones de lo que fue esa “Real Fábrica de Sedas” costumbre desgraciadamente extendida y no solo en esta ciudad de borrar lugares que fueron un día símbolos de la historia, aunque hay que reconocer que Talavera fue en su día paradigma de cómo destrozar las mejores constataciones históricas. Manifestaciones de otras culturas que hicieron de esta localidad centro importante de la historia de nuestro país.

Hoy el lugar es la antítesis de lo que ocupó no hace tantos años. Hoy pasan por el centro centenares de jóvenes de Talavera y comarca, de otros lugares de nuestro país y hasta profesores y alumnos de otras nacionalidades para recibir estudio y nadie puede negar que el salto cualitativo es positivo, de un lugar de represión se ha pasado a un recinto de formación.  No obstante, y aprovechando esta posibilidad de plasmar en letras mis pensamientos, creo que sería bueno el momento para reivindicar algún tipo de demostración a lo que el lugar ha representado durante la historia de nuestra ciudad. Realizar algún mural, monolito o similar donde se recogiera la reseña de el sitio donde estamos. Lo que se podría denominar “lugar de memoria” y que las personas que pasan por este centro sepan que aquí se desarrollaron momentos muy importantes de la historia de Talavera. Para terminar y en mi modesta opinión, desde estas líneas animar a la gente que viene a estudiar, a los que son el fuero de nuestra sociedad, a aprovechar este tiempo que están estudiando, a no dar nada por sentado, a dudar y a ser radicales (sé que no es políticamente correcto el termino para el pensamiento único, al pensamiento plano) pero el radicalismo es, bajo mi punto de vista, buscar la raíz, nada que ver con la manoseada utilización que se da al termino. Dentro de veinticinco años espero que la vida nos haya dejado mucho más que casualidades.  (*) Libro “El francés de los gusanos” de Miguel Méndez-Cabeza Fuentes. Es curioso como hoy en día muchas personas se preguntan por el tema de las moreras.

Emilio Sales Almazán Ordenanza IES “RIBERA DEL TAJO”

Artículo publicado en la revista del I.E.S. “Ribera del Tajo” de Talavera (Toledo) con motivo del 25 aniversario.