Federación Foros por la Memoria
Comunicados y Documentos de la Federación
Noticias
Agenda
Artículos y Documentos
Home » Artículos y Documentos

La dictadura argentina de 1976-1983: cinco películas sobre el horror que España financió

Sepia, 22-10-2014 | 31 octubre 2014

La_noche_de_los_l_pices-239087571-mainEntre 1976 y 1983 se sucedieron en Argentina cuatro juntas militares que funcionaron con un despiadado y eficaz aparato represivo paralelo al Estado

 

 

Posted by Borja on 22 octubre,

Hace unos días el diario Público lanzaba una noticia que no por previsible resulta menos repugnante: el gobierno español financió y apoyó la dictadura militar del general Videla en los años de presidencia de Adolfo Suárez. Ello con el beneplácito del rey Juan Carlos I -quien fue el encargado de facilitar los acuerdos- y los estamentos más altos del poder económico, incluida la familia Botín. En plena Transición, los dos países intercambiaron ”alumnos” para recibir lecciones en técnicas represivas y en 1980 el régimen argentino cometió asesinatos en suelo español con la complicidad de las instituciones.

Con unos 9.000 muertos y 30.000 desaparecidos a sus espaldas, estamos ante una de las dictaduras más sanguinarias y crueles que ha sufrido el continente americano en el último siglo. Y de un plumazo, tenemos a tres de los campeones más campeones de la actual cleptocracia española -dos de ellos enterrados con honores recientemente, al otro esperamos verlo en los tribunales antes de que se lo coman los gusanos- apoyando activamente un régimen de terror que cometió las peores atrocidades imaginables. Casi nada. Y luego el ”campechano” tenía los santos cojones de mandar callar al presidente electo de Venezuela.

Entre 1976 y 1983 se sucedieron en Argentina cuatro juntas militares que funcionaron con un despiadado y eficaz aparato represivo paralelo al Estado. La más sangrienta fue precisamente la primera de ellas, encabezada por Videla y que se prolongó hasta 1981. Se perseguía, además de a opositores políticos y sindicalistas, a homosexuales, ateos y minorías (judíos incluidos). En esos años no solo se produjeron miles de asesinatos, sino que se desarrolló un sofisticado mecanismo de represión mediante el cual hubo violaciones y torturas sistemáticas (siendo las víctimas con frecuencia menores de edad), saqueo de propiedades de los detenidos y sus familiares (tomadas en calidad de botín de guerra), empleo de mano de obra esclava, robo de niños etc. Todo ello tenía lugar en los centros de detención clandestinos, que eran, en esencia, centros de tortura ilegales -llegó a haber más de 600 repartidos por todo el país- a los que eran conducidos los detenidos tras haber sido secuestrados por los escuadrones de la muerte compuestos por soldados y policías, y dirigidos por oficiales de las fuerzas armadas. Después de las torturas y haber obtenido -o no- la información deseada, el método preferido para deshacerse de los prisioneros era lanzarlos narcotizados al océano desde un avión, de ahí que el número de desaparecidos sea tan elevado.

Por lo visto, el entonces rey de España mostró su satisfacción por el ”éxito” con que los militares estaban resolviendo los problemas económicos que Argentina tenía planteados. Lo cierto es que la pobreza se multiplicó casi por cinco durante los gobiernos de las juntas, además, la deuda se disparó por las nubes, lo que ha supuesto un lastre para la economía argentina durante décadas. El desastroso plan económico neoliberal -inspirado en las ideas de Milton Friedman y muy similar al implementado por Pinochet en Chile- puede resumirse en el caso paradigmático de la empresa norteamericana Ford. Allí, los derechos conquistados por los trabajadores en los años previos fueron suprimidos por los militares nada más llegar al poder, también se ocuparon de eliminar a los molestos sindicalistas y de custodiar las fábricas, mientras que Ford, por su parte, suministraba vehículos de manera gratuita para que fuesen empleados por los escuadrones de la muerte. En definitiva, se trataba de aplastar a los trabajadores en beneficio de las grandes corporaciones aunque ello supusiese hipotecar la economía del país. No cabe duda de que los militares y sus cómplices obtuvieron buenas recompensas por ello. Algo que, me temo, nos suena demasiado familiar por estas latitudes.

Por supuesto, no solo España apoyó a los militares argentinos. También recibieron el apoyo de Estados Unidos y -esto es menos conocido- de Francia. De hecho, existe un documental muy recomendable acerca de cómo fueron militares franceses quienes, en gran medida, instruyeron a los argentinos -y chilenos- en técnicas de tortura, basadas en la experiencia de la guerra de independencia de Argelia. Por lo demás, se ha realizado un buen puñado de películas que narran lo ocurrido en Argentina en aquellos años, entre las que hemos seleccionado cinco:

La historia oficial (Luis Puenzo, 1985)

La película está ambientada en el ocaso de la dictadura. Alicia es una profesora chapada a la antigua que comienza a sospechar de los negocios de su marido -estrechamente vinculado a los militares- y de la procedencia de su hija adoptiva. Además, el retorno de una amiga del exilio le abre los ojos acerca de los horrores de un régimen que ella creía justo. La historia oficial resulta novedosa porque está enfocada desde la perspectiva de los verdugos; también muestra el caso típico de una persona que es, de manera más o menos inconsciente, cómplice de los crímenes más aberrantes hasta que la realidad le explota en la cara.

La noche de los lápices (Héctor Olivera, 1986)

En septiembre de 1976 un grupo de estudiantes, en su mayoría menores de edad, fueron secuestrados, torturados y casi todos ellos asesinados a manos de los militares. Pertenecían a la rama juvenil del peronismo revolucionario y estaban implicados en una campaña que reclamaba descuentos en el transporte público para los estudiantes. La película narra los acontecimientos con extraordinaria dureza a partir del relato de uno de los supervivientes.

Garage Olimpo (Marco Bechis, 1999)

Este filme cuenta una historia de ficción ambientada en El Olimpo, un centro de detención clandestino que existió en la realidad y por el que pasaron más de 700 personas en seis meses; la mayoría de ellas desaparecieron. Garage Olimpo narra la historia de María, una joven secuestrada de quien se enamora uno de los torturadores y que trata de sobrevivir por todos los medios. Aunque de manera algo menos cruda que La noche de los lápices, esta película refleja el horror vivido en el interior de los centros de detención.

Kamchatka (Marcelo Piñeyro, 2002)

El trabajo de Marcelo Pineyro se distancia del tono de la mayoría de películas sobre esta temática narrando la historia desde la óptica de un niño. El protagonista es un chico de 10 años que se ve obligado a huir de Buenos Aires junto con su hermano y sus padres, quienes están siendo perseguidos por los militares. Aunque se trata de una historia trágica, todo lo que rodeó los secuestros y desapariciones aparece más bien como telón de fondo.

Crónica de una fuga (Adrián Caetano, 2006)

Esta película relata la historia real de la única fuga de un centro de detención registrada durante la dictadura. Aunque en un tono más de suspense, Crónica de un fuga se inscribe en la misma línea que Garage Olimpo y La noche de los lápices, al reflejar los tormentos a los que eran sometidos los secuestrados. No obstante, a pesar de que las tres son durísimas, la más estremecedora en este sentido sigue siendo, en mi opinión, La noche de los lápices.

Al margen de las películas mencionadas, es también muy interesante El secreto de sus ojos (Juan José Campanella, 2009), aunque en ella el tema de la dictadura aparece en un lugar más secundario. Además, para el caso de Chile está la excelente Missing (Costa Gavras, 1982) en la cual se relata la historia de un ciudadano estadounidense desaparecido poco después de producirse el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973. Por último, no me gustaría concluir sin referirme a Estado de sitio (1973), también de Costa Gavras, donde se narran los acontecimientos que rodearon el secuestro de un funcionario norteamericano a manos de los Tupamaros en Uruguay.

http://www.sepiavlc.com/cine-de-la-dictadura-argentina/