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El Museo Marítimo de Bilbao homenajea a 9 jóvenes que huyeron del franquismo en balandro

Deia, 06-11-2014 | 7 noviembre 2014

_PrDeiaHuían de la dictadura en busca de un futuro mejor

 

 

 

El Museo Marítimo de Bilbao rinde homenaje, con una exposición, a nueve jóvenes vizcainos que en 1950 cruzaron el Atlántico en un balandro

DESDE SANTURTZI A VERACRUZ

JOSÉ BASURTO – Jueves, 6 de Noviembre de 2014

BILBAO – A primera hora de la tarde del 22 de agosto de 1950, Félix San Mamés Loizaga, un joven santur-tziarra de 24 años, gritó desde la proa de un pequeño balandro bautizado con el nombre de Montserrat: “¡Tierra, tierra a la vista!”. Así, con la isla caribeña de Tobago en lontananza, concluía la primera etapa de una gran aventura, más bien hazaña, protagonizada por nueve vascos que decidieron atravesar el Atlántico en un barco construido por ellos mismos para huir de la dictadura franquista y buscar un futuro mejor.

Fue una singladura muy larga. Tardaron 91 días en recorrer las más de 7.000 millas náuticas que separan Santurtzi de Veracruz, en México. Pero llegaron bien, todos sanos y salvos a pesar de sufrir mil contratiempos y padecer siete huracanes. La gesta tiene más mérito ya que ninguno, excepto Gregorio Solano, había navegado. Por eso ahora, 64 años después, el Museo Marítimo de Bilbao quiere rendir un homenaje a estos intrépidos marineros que el 16 de julio de 1950, aprovechando la romería marinera de la Virgen de El Carmen en Santurtzi, huyeron poniendo rumbo hacia la libertad. Lo consiguieron.

Los nueve aventureros rehicieron sus vidas en México. Todos echaron raíces en el país azteca gracias al cobijo y a las oportunidades que les brindó el Gobierno de la República en el exilio y, por supuesto, el del presidente mexicano Lázaro Cárdenas. Pero nunca se olvidaron de su querida Euskadi. Lo llevaron en el corazón hasta su muerte. Hoy en día son sus descendientes los que mantienen viva la llama y el vínculo con la tierra madre. Gracias a las aportaciones de la familia de Félix San Mamés y al empeño del director del Museo Marítimo, Jon Ruigómez, la exposición ha sido posible.

La idea de “huir de España en pos de una vida sin represión” se fraguó tras la sobremesa de la comida que los hermanos Algorri, propietarios de los astilleros Alsa en Las Arenas, ofrecieron a un grupo de empleados el 16 de julio de 1949, festividad de El Carmen. Parece ser que todo estaba muy premeditado por parte de José Luis y Manuel Algorri, ya que, según se iban yendo los comensales y cuando solo quedaron los de su total confianza, les plantearon el proyecto. “Qué os parece si nos vamos a América”, les debieron decir. Parece que todos aceptaron el envite, porque al día siguiente comenzaron a construir la embarcación en los mismos astilleros. Así comenzó una aventura que iría tomando forma poco a poco. Lo primero que hicieron fue guardar el secreto y actuar con máxima discreción. No se lo comentaron ni a sus familias ni a sus esposas los que estaban casados. Tampoco al resto de empleados de los astilleros que no iban a participar en la huida. Así que les dijeron que el barco que estaban construyendo era para un cliente catalán.

‘MONTSERRAT’

Para no levantar sospechas trabajaban de día, como si fuera un encargo más, y bautizaron el balandro con el nombre de Montserrat. A la vez que iban dando forma al velero de trece metros de eslora y 3,85 de manga, dotado con dos palos y un motor, los expedicionarios ahorraban para afrontar los gastos de aprovisionamiento de víveres. Todos los preparativos se hacían de la forma más discreta posible, ya que los tiempos políticos de la época no eran los más adecuados para correr riesgos.

En el libro La travesía del Montserrat, donde se relata la aventura gracias al diario que escribió Félix San Mamés, uno de los tripulantes, se dice que para hablar del proyecto lo hacían paseando, “nunca se reunían en bares”. Cuatro meses después de aquella comida, botaban en la ría, a la altura de Erandio, el Montserrat. Ya en el agua, lo fueron acondicionando y llenando de comida hasta que llegó la fecha de salida. Fue el 16 de julio de 1950. Aprovecharon que era la procesión marinera de El Carmen para pasar más desapercibidos y cambiar el rumbo al menor despiste de la Guardia Civil. Ese mismo día, por la mañana, se despidieron de sus respectivas familias, y a las 18 horas y 45 minutos partieron del puerto de Santurtzi nueve “locos” aventureros: José Luis Algorri, Manuel Algorri, Gregorio Solano, que hizo las veces de piloto; Ismael Martín, José Luis Bilbatúa, José Ramón Bilbatúa, Agustín Palacios, José Martín Barinagarrementeria y Félix San Mamés. Como dice Juan José San Mamés, sobrino de Félix, “todos eran vascotes, fuertes, que aguantaron bien física y psicológicamente gracias al temple euskaldun”. Lo curioso del caso es que solo uno de ellos, Gregorio, había navegado. Daba igual, las ansias por vivir en libertad y desarrollar un nuevo proyecto de vida superaba la inexperiencia. El primer día de navegación fue nefasto debido a la galerna que les pilló nada mas abandonar la romería de El Carmen. Solo pudieron recorrer unas cuantas millas. Tuvieron que entrar en el puerto de Castro Urdiales. Pero a la mañana siguiente emprendieron la navegación con mejor suerte y ya no tocarían tierra hasta el 22 de agosto en Tobago. Ni siquiera arribaron a las Islas Canarias por miedo a que fueran descubiertos, ya que navegaban de forma ilegal. Aprovisionados de alimentos y agua, la expedición fue ganando millas por el Caribe hasta llegar el 15 de octubre a Veracruz. Atrás dejaban huracanes, olas gigantes, roturas del motor, sustos con los “negros” que habitaban las islas, desorientaciones, pérdidas de rumbo y miles de horas de “cielo y mar”. Pero habían conseguido su objetivo.

Llegados a México, cada uno eligió su destino. Unos se quedaron en Veracruz y otros se fueron a la capital federal. Todos rehicieron su vida y echaron raíces. Félix San Mamés, que se casó con Rosa María Roca, tuvo cuatro hijos y acabó poniendo un “negocio de maderería”. Por eso, una de sus hijas, Rosa María, dice ahora que “la exposición es un orgullo para nosotros y para la memoria histórica de la patria vasca”.

http://www.deia.com/2014/11/06/bizkaia/desde-santurtzi-a-veracruz-por-todo-el-oceano