Segismundo en Cuelgamuros
MartÃn Cedillo estrena su ‘opera prima’ sobre la amistad de dos presos en El Valle de los CaÃdos
JAVIER VALLEJO 18 MAR 2015
Un thriller social, protagonizado por sendos presos condenados a excavar la cripta del Valle de los CaÃdos y por sus familias, en un arco temporal que lleva al público desde el dÃa de hoy hasta el final de nuestra Guerra Civil, a través de retrospecciones sucesivas. El valle de los cautivos comienza in medias res: Segunda, anciana que estuvo exiliada en México, y Javier, joven periodista, conversan durante el entierro de Saturio, marido de aquella, excautivo en Cuelgamuros, que se ha suicidado cincuenta años después, sin que su mujer sepa por qué.
Una carta firmada por Lázaro Cedillo, excompañero de presidio de Saturio, es el hilo que lleva a Javier hasta el corazón de la montaña horadada donde, al cabo, descubrirá que la intrahistoria de la pareja de ancianos exiliados está ligada a la biografÃa de su abuelo, muerto durante la excavación de Cuelgamuros.
Entreverando historia y ficción, Pedro MartÃn Cedillo (San Lorenzo de El Escorial, Madrid, 1978), nieto de uno de los presos que levantaron el monumento más visitado del franquismo, crea una peripecia plausible, en cuyas revueltas acecha siempre una nueva pregunta sobre la identidad de los protagonistas. Una vez dilucidado lo que les sucedió a su marido y a su abuelo, ni Segunda ni Javier vuelven a ser los mismos.
Francisco Vidal ha hecho un montaje aproximativo de una obra que, por la multiplicidad de tiempos y localizaciones donde se desarrolla, requerirÃa mayor producción, pero poco importa lo modesto de esta cuando todo el equipo pone el alma en el envite y cuando se tiene un catalizador como Fernando Escudero, cuya figura optimista y enérgica evoca la de Paco Valladares joven.
MartÃn Cedillo construye su ficción histórica con vuelo poético, pero en su lenguaje, claro y ambicioso, las diferencias de clase están sin matizar: Lázaro, analfabeto, habla durante su cautiverio con el lenguaje elevado de Saturio, su amigo y maestro. Otra salvedad: si a Saturio, ya viejo, lo encarna un actor de cierta edad (por razones que se comprenderán en el epÃlogo), también Segunda y Polifemo, una vez ancianos, deberÃan ser encarnados por intérpretes veteranos, para mantener el código de la representación. Eso aparte, el montaje se tiene firme. Vista (y leÃda) esta opera prima, tenemos autor.
El valle de los cautivos
Autor: Pedro MartÃn Cedillo. Director: Francisco Vidal. Madrid, Sala Tú. Los domingos, hasta el 26 de abril.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/03/18/actualidad/1426682423_979636.html