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Entrevista a Isabel Esteve, experta en las brigadas internacionales alemanas

Diario de Teruel, 28/04/2015 | 29 abril 2015

_PrDiarioTeruel“En el 36 había brigadistas que no tenían fusil hasta que el compañero caía muerto”

 

Cruz Aguilar Alfambra

Isabel Esteve es profesora y cuando se jubiló decidió investigar a los brigadistas alemanes que estuvieron en la guerra civil.

Isabel Esteve es profesora y cuando se jubiló decidió investigar a los brigadistas alemanes que estuvieron en la guerra civil. Todo fue a raíz de conocer al brigadista Karl Kormes, quien le habló de lo olvidados que estaban la mayor parte de sus compañeros. Algunos resultados de su trabajo los dará a conocer en una charla en el Vicerrectorado a las 17 horas de hoy. Es una de las ponencias de las Jornadas sobre la Memoria Histórica organizadas por la Asociación Pozos de Caudé.

– ¿Cuántos brigadistas hubo en Teruel?

– Ni siquiera está claro cuántos brigadistas hubo en España, es difícil de saber, las cifras máximas hablan de 50.000, las mínimas de 30.000 para España. En cuanto a los alemanes, la cifra oscila entre los 2.500 y los 4.000 para toda España y en Teruel se podría hablar de entre 1.000 y 1.500, pero la verdad es que no lo sé.

– Pero tuvieron un peso específico en la Batalla de Teruel…

– La mayor parte del material que he manejado es del primer batallón de la XI Brigada, del Edgar André, y sí tuvo un peso específico en el Muletón porque fue el que lo defendió, pero había cuatro batallones. El Edgar André es el primero que sube al muletón el 18 de enero del 38, aunque allí ya había habido combates antes con españoles, de hecho los brigadistas encuentran cadáveres. Para ellos fue muy importante la Batalla del Muletón, hay un oficial francés que le dice al comandante del Edgar André que desde la batalla de Verdún, en la Primera Guerra Mundial, no había visto una concentración de fuego y tropas semejante. Lo estaba comparando con la batalla de Verdún… para la XI brigada fue importantísimo, la batalla para ellos y ellos para la batalla.

– Para muchos brigadistas Teruel fue su bautismo de fuego, ¿no es así?

– En el invierno del 36 llegaron pipiolos que nunca habían manejado un fusil a la XIII Brigada, que se acaba de constituir con 21 nacionalidades, fue su bautismo de fuego. Al año siguiente la gente ya tenía más experiencia e iba mejor armada, dentro de que la diferencia de armamento era terrible, sobre todo en aviación y artillería pesada. En la primera batalla de Teruel, cuando vinieron por primera vez alemanes, en el 36-37, no tenían ni fusiles todos, algunos tenían que esperar a que el compañero cayera muerto para cogerle el fusil. Pero en la segunda Batalla de Teruel, que es la famosa, la terrible, eran ya expertos y estaban mejor armados.

– Muchos de ellos quedaron en el anonimato, ¿no es así?

– Sí, totalmente, el motivo es que si caían en el frente era más fácil, pero si eran heridos, estaban inconscientes y no iban acompañados de otra persona que supiera su nombre y la unidad, eran llevados al hospital de sangre y si se morían allí nadie sabía quiénes eran, los enterraban y ya está. Eso pasaba.

– ¿Los brigadistas eran civiles voluntarios?

– Sí, eran civiles e inexpertos y todos los brigadistas eran voluntarios, a diferencia de los que vinieron a combatir en el lado fascista, que eran enviados por sus gobiernos, cierto que es posible que también hubiera voluntarios entre ellos, pero en todo caso los enviaba su gobierno, llegaban oficialmente. Muchos de los brigadistas alemanes venían del exilio porque Hitler había llegado al poder en el 33 y eran mayoritariamente comunistas. Era una gente muy muy muy politizada, ahora no nos lo podemos imaginar, con una conciencia de clase muy firme, un espíritu de solidaridad internacional muy fuerte y eso es lo que les llevó a luchar aquí.

– ¿Y no solo hombres…

– Vinieron muchas mujeres también, aunque menos, pero ellas vinieron como personal sanitario, periodistas, administrativas… Así como al principio de la guerra hubo milicianas, cuando el ejército se militarizó y estuvo organizado las mujeres en el frente no estaban.

– Si los españoles cayeron en el olvido histórico los brigadistas internacionales aún más, ¿no es así?

– Bueno, cayeron en el olvido histórico en España, como todos los perdedores de la guerra, de hecho lo pasaron muy mal cuando volvieron a sus países. Pero en otros lugares ya han sido reconocidos y hay asociaciones que reivindican su memoria.

– ¿Qué fue de ellos tras el 39?

– Combatieron siempre y perdieron casi siempre, concretamente los alemanes se fueron a Francia, combatieron muchos en la resistencia francesa y cayeron o fueron apresados por la Gestapo. Cuando acabó la guerra en las cárceles fascistas había muchos brigadistas, por ejemplo a Karl Kormes, que es el que yo conocí, lo soltaron en el año 43. Las pasaron canutas, muchos murieron. En el mejor caso se fueron a la República Democrática Alemana, por afinidad ideológica, algunos se fueron a la URSS y sufrieron las purgas de Stalin, que no se fiaba de ellos porque habían recorrido demasiado mundo y Stalin quería tener allí perros fieles. Tuvieron unas vidas muy muy difíciles.

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