Continúa adelante el único proceso abierto en un juzgado de España por crímenes del franquismo
La hija de Juan Ballano, un hombre que ayudaba a los vecinos y les enseñaba cuentas, relata el asesinato ante la jueza de Almazán
- MOYA | 18/08/2015
La causa abierta por los asesinatos el 14 de agosto de 1936 de los diez civiles de Barcones, sigue adelante. La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Almazán (Soria) que instruye el caso de estas muertes tomará declaración este miércoles a la hija de Juan Ballano, una de las víctimas dentro de lo que hoy por hoy es el único caso abierto por la justicia española acerca de un crimen del franquismo. La jueza de Almazán continúa con el proceso.
Este miércoles 19 de agosto se tomará declaración en el Juzgado de Instrucción nº 1 de Almazán a la segunda de las descendientes de los 10 civiles asesinados el 14 de agosto de 1936 dentro de la causa abierta por sus muertes. La toma de declaración se hará, igual que la llevada a cabo el pasado 1 de julio, en calidad de perjudicada por el asesinato de su padre, informa la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad (ASRD).
La hija de Juan Ballano
La declarante es la hija del Juan Ballano. De su padre relata que era el mayor de seis hermanos a quienes enseño a leer, escribir. Acudía a clases nocturnas y “enseñaba cuentas” a vecinos del pueblo. También acudía a él el Secretario de San Esteban de Gormaz para pedirle ayuda con las cuentas del Ayuntamiento.
Organizaba el trabajo
“Se encargaba de buscar trabajo a las cuadrillas que organizaba junto a su familia y otros vecinos de Atauta para picar piedra en la construcción de caminos o realizar trabajos de campo en Guadalajara”, continúa.
Le mataron sin más
Explicará ante la jueza que Juan fue encarcelado el 3 de agosto y sacado por un grupo de guardias civiles y falangistas el 13 del mismo por orden del Comandante Militar. A la mañana siguiente, después de pasar toda la noche esposados fueron asesinados en el paraje conocido por Valdevelaza en Barcones, provincia de Soria.
Recorrido de la causa
La ASRD recuerda que el 12 de julio de 2013, una semana antes de la apertura de la fosa de Barcones que albergaba los cuerpos de Mariano González Carracedo, Máximo Redondo García, Bernabé Esteban Benito, Cándido Muyo Arranz, Juan Pablo Rica Gutiérrez y Juan Ballano Pérez, la ASRD entregaba en el juzgado de Almazán la correspondiente denuncia solicitando la participación del juzgado en la exhumación y señalando estos crímenes como susceptibles de ser declarados desapariciones forzadas.
Un laberinto judicial
“Tras abrir el juzgado adnamantino las correspondientes diligencias, meses después se declaró el sobreseimiento. La ASRD apeló en noviembre de 2013 y en diciembre la Audiencia Provincial lo desestimó. En enero de 2014 llevamos el caso al Tribunal Constitucional que en diciembre de 2014 también lo desestimó. El 17 de marzo de 2015 se reabría en el juzgado de Almazán la causa y el 1 de julio declararía Filomena Ballano, hija de Juan Ballano, ante la juez”, añaden.
La fosa se localizó en 2012
El 19 de julio de 2012 comenzaban los trabajos de exhumación llevados a cabo por la Fundación Aranzadi, dirigida por el Médico Especialista en Medicina Legal y Forense, Francisco Etxeberría Gabilondo, y que gracias a los trabajos de investigación de la asociación y al relato de un testigo, dieron con la localización de la fosa que albergaba a seis de ellos, continuando a día de hoy los otros cuatro desaparecidos.
Identificados por el ADN
El 1 de noviembre del año pasado, coincidiendo con la festividad de Todos los Santos, se entregaron a sus familias los cuerpos de los seis vecinos de San Esteban de Gormaz que se exhumaron en Barcones y que fueron identificados genéticamente.
500 asesinatos sin guerra
Resalta la ASRD que Soria fue una provincia que en el alzamiento militar de 1936 cedió el poder a los militares sublevados contra el orden republicano. Pese a no ser frente de guerra ni haberse dado conflictos previos, se produjeron mas de medio millar de asesinatos de civiles.
Los camiones de la muerte
Las seis personas de la comarca del Burgo de Osma, junto a otro detenido, Antonio Lafuente, fueron sacadas de la cárcel de dicha localidad por un grupo de guardias civiles y falangistas y trasladadas hacia el sur de la provincia la tarde del 13 de agosto de 1936. En algún punto se unieron a otro camión procedente de la cárcel de Almazán en el que viajaban atados los otros tres cenetistas.
Fusilados y enterrados
Tras pasar la noche amarrados de dos en dos, fueron fusilados y enterrados en dos fosas cercanas. En la primera, enterraron a los cuatro vecinos de Soria, en la segunda a los de San Esteban. El motivo de la separación pudo ser que los segundos accedieron a confesarse ante dos sacerdotes que les ofrecieron auxilio espiritual, aunque las familias no acaban de creerse esta posibilidad.
