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Franco, el camaleón corrupto

Diario de León, 24/09/2015 | 4 octubre 2015

portada_la-otra-cara-del-caudillo_angel-vinas1El historiador Ángel Viñas documenta el oscuro origen de la fortuna del dictador y sus latrocinios «de guante blanco» en el libro ‘La otra cara del Caudillo’

 

MIGUEL LORENCI | MADRID

«Franco no robó, pero se apropió de grandes cantidades de dinero. Se enriqueció de forma escandalosa e inmoral. Era la ley, la fuente del Derecho, y la ley no va contra sí misma». El historiador Angel Viñas (Madrid, 1941) no osa llamar ladrón a Franco pero sí certifica que fue «corrupto y corruptor, digamos de guante blanco». En su ensayo La otra cara del Caudillo (Crítica) aporta pruebas documentales de algunos de los oscuros manejos que permitieron a un general mal pagado por la República en 1936 atesorar una fortuna próxima a los 400 millones de euros actuales en 1940, un año después de la incivil y fratricida guerra en la que triunfó. Tras constatar algo obvio -«que Franco fue un dictador por más que para muchos fuera la cabeza de un régimen autoritario»-, Viñas prueba cómo nada más empezar la guerra recibía ya sustanciosos y atípicos ingresos. Cómo derivó a sus cuentas fondos y donaciones a su causa, el fruto de la venta de siete toneladas de café regaladas por el dictador brasileño Getúlio Vargas a la depauperada España de 1939 y recibió una jugosa «gratificación» mensual de Telefónica.

Todo convirtiendo en testaferros a su primo, Salgado-Araujo o a su esposa Carmen Polo, y adecuándose a las circunstancias de cada momento. «La cara oscura de Franco es la de un camaleón que se mimetiza con el terreno; cambia del color, anda, repta o escala adecuándose al entorno y sin perder su esencia camaleónica. Y eso es señal de inteligencia, de voluntad y capacidad de supervivencia» apunta Viñas. «Es fascista cuando toca, nacional católico, o tecnócrata. Siempre tiene algún resabio fascistoide, importante al principio, y que permanece incólume hasta el final» resume el historiador afincado en Bruselas.

Desmonta Viñas el mito del Generalísimo generoso, entregado a su pueblo y desapegado del dinero y construye el del «corruptor corrupto». Constata como el dictador fallecido en 1975 comprendió pronto que con su magro sueldo de militar recortado por la República -2.500 pesetas- no haría fortuna. Así que, a diferencia del coronel de García Márquez que no tenia quien le escribiera, el general tuvo pronto quien le pagara, «en octubre del 36». «Entró en la guerra sin un duro y conocemos que su sueldo en 1940 era de 50.000 pesetas anuales. Si lo multiplicamos por cuatro, por su pluriempleo como Jefe del Estado y llegamos a las 400.000 pesetas en cuatro años, las cuentas no salen» dice Viñas.

Bautiza ‘Operación café’ la maniobra que llenó la cuenta del dictador «sin manchase las manos, corrompiendo a su entono y sin pasar por corrupto». Se sirvió de su propia burocracia «y de su primo, Francisco Franco Salvado-Araujo, su más fiel testaferro». El café, bien precioso en la época y carne de estraperlo, acabó vendiéndose a precio tasado a la CAT (Comisaría de Abastecimientos y Transportes) que controlaba Salgado-Araujo, responsable de la Secretaría de Estado de Franco y «pieza fundamental en su manejos».

El CAT distribuyó el café a los gobiernos civiles, que lo vendieron a 12,48 pesetas el kilo. «Franco ingresó 7,5 millones de pesetas en 1940 en una de sus cuentas, casi a 88 millones de euros actuales, fruto de la venta de café donado por Getúlio Vargas», explica Viñas, que localizó en el archivo del Palacio Real el documento que consigna que el monto total de la venta, «curiosamente el importe exacto de 7,5 millones que figura en la relación de cuentas del Caudillo cerrada a 31 de agosto de 1940».

Franco disponía entonces de 34,30 millones de pesetas en sus cuentas, casi 400 millones de euros en su contravalor actual. Vilas sospecha que también se apropió de las aportaciones de simpatizantes de su causa tras la suscripción nacional abierta para financiar la guerra.

Regalos y donativos

Rastrea también el «donativo mensual» de 10.000 pesetas -11.000 euros de hoy- que Franco recibía de la Compañía Telefónica Nacional, la primera corporación española, en manos del ITT. No ha constatado cuándo Telefónica comienza a pagar al dictador ni durante cuánto tiempo «pero es obvio que en este asunto no actúa al margen de la ITT y que la entrega de dinero tiene que ver con la nacionalización de Telefónica, que Franco anunció y que no se realizaría hasta 1944».

Documenta Viñas el regalo de 10.000 cajetillas de tabaco americano en plena guerra a cada uno de su generales, apunta posibles desvíos de donaciones y recuerda que Franco jamás devolvió ‘regalos’ como el Pazo de Meriás, residencia de la escritora Emilia Pardo Bazán comprada por 400.000 pesetas reunidas mediante forzosa suscripción pública, o el coche que Hitler le regaló en e 1940, valorado en 33.597 marcos de entonces, «unos 400.000 euros». Los manejos del Generalísimo dejan en mantillas tramas como Gürtel, Púnica o los falsos ERE en Andalucía.

http://www.diariodeleon.es/noticias/cultura/franco-camaleon-corrupto_1010478.html