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Límites de la memoria

Erika Martínez. Granada Hoy, | 24 noviembre 2015

_PrGranadaHoySolo un Estado que duda de sus cimientos democráticos puede hacer la vista gorda cuando se viola una ley que lo fundamenta

 

ERIKA MARTÍNEZ 24.11.2015

TIENE toda la razón el PP, al cual apoya y deja de apoyar Ciudadanos con un inquietante titubeo: es inútil reabrir el debate sobre la memoria histórica. Y es inútil hacerlo porque nunca se ha cerrado. ¿De verdad cree alguien posible que pasemos página mientras nuestro espacio público sigue ocupado con la conmemoración de Franco? Una escultura en una plaza, el nombre de una calle o una inscripción en una fachada constituyen un homenaje. No puede negarlo el gobierno que le puso Adolfo Suárez a un aeropuerto que, desde 1931, venía llamándose Barajas.

Como es tradición, el pasado 19 de noviembre algunos de los periódicos más importantes de nuestro país dedicaron una página a las esquelas de José Antonio Primo de Rivera y Francisco Franco. En ellas, se avisaba de la misa catedralicia por el alma del dictador, que «murió al servicio de la patria», así como en nombre de los «caídos por España». ¿Se imaginan al Der Spiegel permitiendo que en sus páginas se afirme que Hitler murió al servicio de Alemania? Conceder espacio a ese anuncio no es ya solo humillar a las víctimas del franquismo y a nuestra democracia: es sencillamente ilegal. O debería serlo, porque así lo dicta nuestra vigente Ley de la Memoria Histórica. Solo un Estado que duda de sus cimientos democráticos puede hacer la vista gorda cuando se viola una ley que lo fundamenta.

Esta semana hice una encuesta para probar mis conocimientos sobre el tema y fallé la siguiente pregunta: ¿cuál es el número de desaparecidos que hay todavía de la Guerra Civil y del franquismo? La respuesta correcta es, según la encuesta, doscientos mil, cifra que nos convierte en el segundo lugar con más desaparecidos del mundo, después de Camboya. ¿No resulta sintomático que, en un país que mantiene a Franco en sus plazas y a sus víctimas en la cuneta, se desconozca esa cifra? Se pregunta Rivera cuál sería el límite cronológico de un trabajo de restitución de la memoria, aludiendo de forma cínica y grotesca a sucesos que transcurrieron hace tres o cuatro siglos. Y lo que me pregunto yo es dónde están los miles de españoles que piden dignidad para los caídos en la batalla de Atapuerca. Es tan sencillo que da vergüenza: las víctimas cuya memoria hay que restituir son aquellas cuya restitución se está exigiendo.

http://www.granadahoy.com/article/opinion/2161501/limites/la/memoria.html