Alcañiz homenajea a las víctimas del bombardeo del 3 de marzo
14 aviones de la aviación legionaria italiana descargaron un brutal bombardeo que acabó con 250 personas
Viernes, 04 Marzo 2016
Beatriz Severino
Bastaron dos minutos para que Alcañiz escribiese el episodio más cruento y negro de su historia reciente. Ayer hacía sol, buena tarde aunque con viento. Un clima similar al del 3 de marzo de 1938. Era jueves también y a las 16.10 de esa apacible tarde, 14 aviones Savoia Marchetti de la aviación legionaria italiana procedentes de Logroño irrumpieron en el cielo alcañizano y descargaron en dos minutos un brutal bombardeo que acabó con la vida de al menos, 250 personas.
Las sirenas no reaccionaron y no hubo tiempo de buscar cobijo así que, todos los que cayeron lo hicieron mientras la gente seguía sus rutinas una tarde de jueves de 1938 casi primaveral. En plena Guerra Civil, entre la batalla de Teruel y la del Ebro, el ejército de Franco se marcaba como objetivo la columna Macìa Companys, en aquel momento ubicada en el edificio anexo al antiguo convento de Santo Domingo, en la rotonda del Trillero. Pero el ataque se cobró cientos de víctimas inocentes y afectó principalmente al casco histórico de la localidad siendo la calle Mayor, la plaza del Mercado y el Cuartelillo -donde se ubicaba la escuela-, zonas de grandes afecciones.
Ayer, un jueves pero 78 años después, la ciudad rindió un homenaje a todas las víctimas. Hace años se le dio el nombre de 3 de marzo a la plaza de la ‘Caminanta’ pero hasta ayer no se había realizado ningún homenaje institucional por parte del Ayuntamiento de Alcañiz. Organizaron los actos junto a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón. «Es un acto para todos, para los alcañizanos sin ninguna distinción y preparado por todo el Ayuntamiento», dijo el concejal de Cultura, Miguel Ángel Estevan. De hecho, toda la corporación asistió ayer los actos de homenaje.
El mismo edil reconoció haber sido una iniciativa necesaria porque casi todo el mundo conoce o tiene un familiar que sufrió ese día. «Una hermana de mi abuela lo vivió en la calle Mayor. Tenía 12 años y se quedó debajo de un mostrador de una panadería hasta que la sacó un miliciano de los escombros porque quedó todo derruido pero se salvó», relató.
El historiador alcañizano José Mª Maldonado explicó que el bombardeo más importante en cuanto a muertos fue Barcelona el 18 de marzo, 15 días después que el de Alcañiz. Murieron 1.100 personas y en la capital bajoaragonesa, 500 en una población con 12.000. «En proporción Alcañiz se llevó la peor parte», añadió.
Actos de homenaje
Los versos de Miguel Hernández se leyeron en el acto de conmemoración que comenzó a las 17.30 en la plaza 3 de marzo. Laura Lombarte interpretó una danza con la música del pasaje ‘Orfeo y Eurídice’ de Gluck. Emulando a un ángel blanco, la alcañizana repartió los claveles rojos entre los presentes que depositaron en el monolito ubicado en la plaza.
El público rompió en aplausos y los asistentes comentaban entre ellos. Algunos estaban presentes porque tenían familiares que sufrieron la masacre, otros porque lo habían escuchado pero querían saber y otros, simplemente por curiosidad al ver la concentración de la plaza junto a la ‘Caminanta’.
La siguiente parada fue el refugio antiaéreo que se conserva en Alcañiz. Data de aquellos años pero ese día, como las alarmas no sonaron, se quedó vació. Nadie se salvó en las entrañas de Alcañiz. Tiene dos entradas, una por la calle Santo Domingo y otra, por Teniente Moore. Todos los que se atrevieron a entrar experimentaron cómo se vive un bombardeo desde dentro. José Vallespí Solé es un vecino de Alcañiz. Su familia llegó a la ciudad en los años 40, después de los hechos. «Conocía lo que sucedió por amigos y vecinos que sí que lo sufrieron. Nunca había estado en el refugio y me ha sobrecogido, es impresionante llegar a hacerse una idea de lo que tuvieron que sufrir», explicó ayer a la salida en la calle del Teniente Moore. Cuentan que Alcañiz no podía asumir el número de heridos, que ascendía a más de mil. Los dos hospitales de la ciudad colapsaron y costó mucho tiempo recuperar a todos los muertos, muchos de ellos, desmembrados. Hasta el domingo todos los días a las 11.30 se podrán realizar visitas guiadas gratuitas al refugio.
La jornada de homenajes acabó en el Liceo, en una sala que se quedó pequeña para escuchar a José Mª Maldonado y al presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón, Enrique Gómez. «Esperamos que no sea la última vez y que cada año se cuente la historia de nuestra ciudad», dijeron.