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Una manipulación de la Historia al servicio del franquismo: el caso de Stanley G. Payne

María Rosa de Madariaga. Crónica Popular, 14-03-2016 | 18 marzo 2016

payne-pio-moaPayne participa regularmente en seminarios o en cursos o imparte conferencias junto a sedohistoriadores del “club neofraquista”

 

 

María Rosa de Madariaga. Historiadora ||

Hace ya algún tiempo que, junto a pseudohistoriadores de poca monta, aunque sus libros se vendan como rosquillas, cuyo máximo representante sería Pío Moa, han surgido otros con un pasado de investigadores serios y bien documentados, que, tras haber dado un giro de 180 grados, defienden hoy tesis antaño defendidas por historiadores franquistas, y, luego “neofranquistas”, totalmente carentes del más mínimo rigor científico. Nos estamos refiriendo al prodigioso caso del historiador e hispanista Stanley G. Payne, catedrático emérito de la prestigiosa Universidad de Wisconsin y autor de numerosos libros entre los que cabe mencionar uno sobre la Falange española, originalmente su tesis de doctorado, y otro titulado Los militares y la política en la España contemporánea, ambos publicados en español en la editorial en el exilio, Ruedo Ibérico, el primero en 1965, y el segundo, en 1968.

Me referiré muy brevemente a este último, para decir que constituyó durante muchos años un libro fundamental para las decenas de historiadores que abordaron de una u otra manera el tema del Ejército español, como es mi caso en todos mis libros sobre el Protectorado español en Marruecos. Bien documentado, con extensa información y análisis, a mi juicio, en general acertados, aunque no siempre respecto de determinados militares “africanistas”, Stanley G. Payne era considerado por la historiografía española de izquierdas o progresista un autor científicamente fiable, de ideas democráticas, situado ideológicamente en lo que podríamos llamar centro-izquierda. En cualquier caso, un autor contrario a cualquier dictadura, y, por lo tanto, al franquismo.

Pero este eminente profesor, referencia para muchos investigadores, experimentó a partir de cierto momento una curiosa transformación, pasando de ser un historiador serio y riguroso a un apologeta del franquismo, en la línea trazada por la historiografía franquista clásica, iniciada en la posguerra por Joaquín Arrarás, y continuada por nuevos apologetas como Luis Suárez y otros, aparentemente más presentables como Ricardo de la Cierva o Salas Larrazábal, hasta desembocar en la caricatura de los citados, con el esperpéntico Pío Moa.

En 2003, publicaba Pío Moa su libro 1934: Comienzo de la Guerra Civil. El PSOE y la Esquerra emprenden la contienda, con un Prólogo de Stanley G. Payne, en el que éste realizaba un encendido elogio del pseudohistoriador al que consideraba “el historiador español que está hoy mejor calificado para analizar la insurrección de 1934”. Desde que se alineó abiertamente con el club de los pseudohistoriadores neofranquistas, cuyo jefe de fila es sobre todo hoy Pío Moa, Payne ha perdido toda su credibilidad, y, sin desdeñar ni mucho menos todo lo que escribió en el pasado con valor científico, es indudable que nada de lo que dice hoy puede tomarse en consideración desde el punto de vista de la historiografía científicamente fundamentada en bases serias y rigurosas.

Payne participa regularmente en seminarios o en cursos o imparte conferencias junto a psedohistoriadores del “club neofraquista”, que, en premio al apoyo que presta a sus tesis revisionistas de “rehabilitación” del personaje de Franco, y “denigración” de la Segunda República, le han colmado de honores. El último en fecha la investidura de Payne como Doctor Honoris Causa por la Universidad Rey Juan Carlos, en una ceremonia académica celebrada el pasado 4 de marzo.

El periódico digital eldiario.es daba cuenta de la conferencia pronunciada el 8 de marzo por Staley G. Payne en el Paraninfo del Centro de Estudios para la Defensa Nacional (CEDEDEN), dependiente del Ministerio de Defensa, bajo el título “El camino hacia el 18 de julio”, en la que Payne justificó, como ya es habitual en él, el golpe de Estado franquista de julio de 1936, acusando al gobierno de la Segunda República de ser el culpable, por su “destrucción” de la democracia. Para Payne, el golpe militar del 36 fue una reacción a la falta de democracia imperante en España, ya que, a su juicio, las últimas elecciones que llevaron al triunfo del Frente Popular el 16 de febrero de 1936 fueron el “mayor fraude de la historia de la democracia”, una manipulación de los partidos de izquierda que falsearon los resultados de esas elecciones para ejercer un monopolio y dominar a España por completo. El gobierno de izquierdas del Frente Popular fue calificado por Payne de régimen del que se podían establecer paralelismos con el régimen nazi. Frente a lo que describió como situación caótica, Payne alabó la paciencia del Ejército, y del mismo Franco, que no quiso intervenir hasta que aquella se hizo insostenible. Por ello, calificó a Franco de militar “muy prudente y profesional”.

En el curso de las preguntas que se le hicieron, después de su conferencia, Payne se refirió a la Ley de la Memoria Histórica, a la que calificó de “movimiento político arqueológico” y definió de “invento semisoviético”. Aunque estemos ya acostumbrados a las majaderías de Payne en diversos foros y tribunas, esta vez merece especial mención por haber tenido lugar en una institución dependiente del Ministerio de Defensa, y, como denuncia eldiario.es, por negarse el Ministro de Defensa a explicar “por qué organizó una charla que justificó el golpe de Franco”. Denuncia asimismo que se le requisara el ordenador al periodista de eldiario.es durante todo el acto, y se prohibiera tomar fotos y utilizar dispositivos de grabación.

El acto, al que asistieron, entre otros, el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, el ex diputado del PP, Agustín Conde, el periodista Herman Tertsch, famoso por sus dotes adivinatorias, después de haber anunciado en TeleMadrid el “fracaso” de una huelga 24 horas antes de que ésta hubiera tenido lugar, y altos cargos del Ejército, fue claramente una provocación de la reacción neofranquista a la historiografía científicamente fundamentada en fuentes sólidas y fiables, que se esfuerza desde hace años por el restablecimiento de la verdad histórica.

No entramos aquí a discutir las motivaciones de Payne para este giro tan radical en su interpretación de la Historia, si son de origen económico o no, ni tampoco, como se pregunta eldiario.es, si se pagó y cuánto a Payne por esta conferencia. Tenemos noticia de que su “cachet” suele ser bastante jugoso. El “aval internacional” que pudiera dar Payne a las tesis de los pseudohistoriadores neofranquistas tiene sin duda un alto precio.

Abundando en su decidida defensa de Franco y su denigración de la Segunda República, sacó Stanley G. Payne, en colaboración con el periodista Jesús Palacios Tapias, el libro titulado Franco. Una biografía personal y política, que vio la luz en septiembre de 2014. La comunidad de historiadores partidarios de una interpretación científica de la Historia, ha considerado oportuno dedicar un número monográfico de la revista digital Hispania Nova a una crítica del libro de Payne/Palacios, con el título “Sin respeto por la Historia. Una biografía de Franco manipuladora”. Coordinado por Ángel Viñas, este número Extraordinario se compone de 12 artículos, todos ellos a cargo de especialistas en la materia, en cada uno de los cuales se abordan los distintos capítulos de los que se compone el libro. La presentación del número corre a cargo del coordinador, Ángel Viñas, quien es, además, autor del artículo titulado “¿La “hábil prudencia” de Franco? (política exterior y finanzas)”.

La presentación de Ángel Viñas, titulada “Como dar gato por liebre a base de banalidades”, nos da un sabor anticipado de lo que va a ser el número. Lo que expone Viñas con toda claridad es que esta biografía no aporta nada nuevo y que la supuesta consulta de fuentes primarias, es decir, archivos, es una falacia, un camelo, salvo alguna que otra referencia procedente de la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF). Como advierte Viñas oportunamente, de los archivos de esta Fundación que pudieran tener un valor histórico hay una copia digitalizada en el Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH) de Salamanca, de la que no parece que los autores de la biografía de Franco se hayan enterado, ya que las signaturas de los documentos están desfasadas, lo que obliga a volver a la FNFF para realizar la conversión a las siglas actuales. En relación con esta documentación conviene también señalar que es una falacia hablar de “archivos de Franco”, ya que no son documentos generados por él, sino los recibidos por él de muy diversas procedencias. Después de la muerte del dictador, muchos documentos se destruyeron o quemaron. Es lícito pensar que todos aquellos que podían resultar comprometedores. En resumidas cuentas, si hablar de “fuentes primarias” es un engaño, las llamadas fuentes secundarias tampoco aportan nada nuevo.

En su presentación, Viñas va desgranando una a una todas las incongruencias, así como las lagunas u omisiones y las distorsiones y tergiversaciones de los autores de esta biografía, todo menos científica, destinada únicamente a rehabilitar la figura de un dictador, al que ahora se pretende presentar como un “hábil y prudente” gobernante. Recomiendo vivamente la lectura de este número monográfico de la revista Hispania Nova, particularmente esclarecedora, y que constituye una aportación importante al restablecimiento de la verdad histórica.

 

Número Extraordinario de Hispania Nova, coordinado por Ángel Viñas, y dedicado a esta biografía de Franco. (PDF)

http://www.cronicapopular.es/wp-content/uploads/2016/03/HISPANIA-NOVA.pdf

http://www.cronicapopular.es/2016/03/una-manipulacion-de-la-historia-al-servicio-del-franquismo-el-caso-de-stanley-g-payne/#.VukWOuRP998.gmail