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Fer la guerra. Diccionari i testimonis dels combatents de Benissa en la Guerra Civil (1936-1939)

| 14 abril 2016

unnamedDe Robert Llopis i Sendra, Luis Botella Ivars

 

 

338 páginas + DVD

28,00 euros

Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert

El libro que no olvida ninguna memoria de la Guerra Civil en Benissa

  • · Robert Llopis y Luis Botella presentan el primer diccionario en España con los nombres y biografías de todos los soldados de un municipio que lucharon en el conflicto civil
  • · La obra recoge testimonios de combatientes sobre menores de edad que lucharon sin permiso paterno, marineros de submarinos de guerra, milicianos que jamás regresaron a casa, exilios y hambre, represiones y amistades eternas

El premio Nobel de Literatura José Saramago realizó en su novela Todos los nombres un gigantesco esfuerzo humanístico. En la creencia de que ni las multitudes ni el tiempo ni las catástrofes deben provocar el olvido de ninguno de los seres humanos que han habitado el planeta, Saramago porfió por recordar todos sus nombres: todos merecían ser rescatados de la muerte. Este fenomenal homenaje a la vida es que el que también han practicado Robert Llopis y Luis Botella en Fer la guerra. Diccionari i testimonis dels combatents de Benissa en la Guerra Civil (1936-1939), una obra de más de 300 páginas publicada por el instituto Gil Albert, que se presentará el próximo viernes a las ocho de la tarde en el Taller d’Ivars de ese municipio.

Es la primera parte del libro, a cargo de Llopis, la que recoge a modo de diccionario precisamente todos los nombres (con sus apellidos y sus malnoms) de todos los soldados que participaron en aquella contienda: fueron más de 900, una cantidad ingente para una población que entonces tenía 5.000 habitantes. La mayoría eran republicanos, pero también hubo franquistas. Como todo diccionario que se precie, aparecen ordenados de la A a la Z, desde Alonda Rico, Francisco, que es el primero, hasta Zuziaga Ivars, Joaquín, que es el último. Para que como pretendía  Saramago, ningún nombre, absolutamente ninguno, sea olvidado.

Ni tampoco ninguna vida. Porque ese diccionario, fruto de una investigación de dos décadas, entre 1997 y 2013, no es una mera recopilación de fechas y estadísticas. Se dedica a indagar quién fue cada protagonista: dónde vivía, su oficio, su apodo, cuándo se incorporó al ejército, a qué unidad, si llegó a ser oficial, si fue herido, si sufrió la represión franquista…

Además, con la finalidad de «recoger el mayor número de experiencias para que no pasen al olvido», la segunda parte del libro expone casi una treintena de testimonios de aquellos combatientes. A través de entrevistas realizadas en su día por Luis Botella, todos ellos narran sus vivencias tremendas en el campo de batalla y los posteriores años de una paz traducida en muchas ocasiones en exilio, persecución y enfermedades.

Es una investigación clave para entender la historia del siglo XX en Benissa pero que a la vez trasciende las fronteras de esa localidad y se erige en obra universal: aunque sí hay en algunas poblaciones del Estado diccionarios sobre los nombres de la represión, todavía no se había realizado ninguno sobre soldados, más allá de algunos sobre brigadistas internacionales de origen austriaco o estadounidense.

El resultado final es un fresco monumental sobre aquella época forjado a partir de pequeñas historias individuales: el grupo de amigos de la infancia que se alistaban como voluntarios el mismo día; menores de edad que luchaban en el frente sin permiso de sus padres; evasiones épicas a Mallorca y Francia; recuerdos de los diez soldados del pueblo que fallecieron en Guadalajara cuando combatían en el batallón Alicante Rojo y cuyos restos jamás regresaron a casa; oficiales del Ejército Popular o del franquista dirigiendo soldados en el combate; marineros de barcos y submarinos de guerra; actos de valentía y de temeridad.

También historias de miedo y de tragedia; de bajas en el combate; de mutilados; de violencia extrema; de campos de concentración; de represión: las fichas policiales tras la contienda en las que un determinado vecino de Benissa era descrito como extremista peligroso, el otro como un rojo pero el de más allá como hombre de buena conducta.

Y también historias de canciones que los supervivientes recordaban siete décadas después. Como aquella que constituyó un homenaje a los caídos en Guadalajara y que decía: Nutrida de campesinos/la primera compañía/por los campos de la Alcarria/con gran valor combatían/puedes estar orgulloso/Pego, Muro y Cocentaina/sin olvidar a Benissa con el alma desgarrada(…)/Y en el campo que caísteis/te prometemos venganza.

Y cartas, como aquella póstuma de Julio Cabrera desde el frente a sus padres, asegurándoles que «nuestro comandante es un tío cojonudo y nos llevará a la victoria»; soñando con que «pronto estaremos los tres juntos en la mesa (…) e iremos al casino a tocar el piano; y proclamando que «es una cosa fantástica pasearse de noche con un fusil al hombro a la luz de la luna».

Y fotos. Hasta 300 recopiladas para el libro: partiendo a la guerra desde Benissa o en la primera parada en Calp; o en Alicante; o ya en el frente, Guadalajara, Teruel, Madrid, Pozoblanco; soldados en grupos mostrando sus uniformes con orgullo o solos, republicanos o franquistas; o en el exilio francés; o en la URSS; o en la posguerra, en el Batallón de Trabajadores, en el Disciplinario.

Y cartas. Y documentos oficiales. Y palabras, miles y miles de palabras de los supervivientes y de sus tragedias resumidas en lo que uno de ellos, José Baidal, le contó a Botella en el verano de 1990: «Mira que n’hem passat».

Eso es lo que ya no será olvidado. Nunca.