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La muerte obrera que agitó las calles

Levante-EMV, 23.06.2016 | 29 junio 2016

PlacavalentinLa Plataforma per la Memòria del País Valencià recuerda hoy al joven Valentín González, que perdió la vida en una huelga hace 37 años

 

 

Descripción: La muerte obrera que agitó las callesLa muerte obrera que agitó las calles

PACO CERDÀ | VALENCIA ­Si la gente humilde no tiene mucho más que su trabajo, su dignidad y su familia, a Valentín González lo mataron a los 20 años cuando quiso proteger esos tres tesoros a la vez.

Era el 25 de junio de 1979 „tiempo de agitación política y laboral„ y las colles de carga y descarga del Mercado de Abastos de Valencia se manifestaban en una huelga legal por los atrasos salariales que la patronal les debía. Valentín acudió a la huelga con su padre, ambos trabajadores de la carga y descarga y ambos afiliados al sindicato libertario CNT.

Pronto empezaron las embestidas policiales. Al padre de Valentín, de 48 años, le dieron con la porra. Y su hijo, al verlo, salió en su auxilio al grito de «ya está bien de pegar a mi padre». Según los testigos, un policía le disparó una pelota de goma a poca distancia y luego un golpe en la cabeza. Era su primera huelga, su primera manifestación, recién estrenada la democracia. Y fue la última.

Aquel disparo acabó con su vida camino del hospital Clínico. Aquel disparo, también, sacó a la calle a una marea humana „entre 100.000 y 300.000 valencianos, según la prensa de la época„ en la comitiva fúnebre del día siguiente, que atravesó toda Valencia hasta el cementerio general mientras las sirenas de los barcos del puerto sonaban en su memoria como un llanto obrero de clase. Aquel disparo, por último, desató al día siguiente una huelga general unitaria, seguida por todos los sindicatos y partidos de Valencia, que consiguió paralizar medios de transporte, grandes fábricas, construcción y servicios del área metropolitana.

Sin embargo, a pesar de todas sus consecuencias y de que marcó un hito en los tiempos convulsos de la Transición, aquel disparo a Valentín se ha desleído de la memoria valenciana y su eco se va apagando. «Hoy en día muchos valencianos desconocen por completo estos hechos», lamenta la Plataforma per la Memòria del País Valencià. Por eso, la entidad ha convocado dos actos esta semana: una charla-debate con documental hoy en la Facultat de Filosofia (19 horas) y una concentración unitaria con CNT y CGT el sábado a mediodía a las puertas del antiguo Mercado de Abastos, donde fue asesinado el joven que aquel día, por la mañana le dijo a su madre: «Dame un beso por si es el último», según recuerda su hermana Paqui.

Plaza de Valentín González

La Plataforma per la Memòria del País Valencià dice que no sólo quiere recordar este «episodio de la lucha por la dignidad de los trabajadores y por la democracia» de hace 37 años. También quiere «honrar la memoria de Valentín González y de las muchas otras víctimas de la represión caídas durante la Transición». Por eso, reclamarán al Ayuntamiento de Valencia que la plaza existente en la puerta principal del Mercado de Abastos (hoy convertido en instituto, centro deportivo y comisaría de la Policía Nacional) se rotule como Plaça de Valentín González. Ahora hay una placa que recuerda al joven cenetista dentro del Mercado de Abastos.

Tras la muerte de Valentín, el Gobernador civil declaró que el policía nacional cumplía con su obligación. El juicio por aquella muerte se acabó con una falta leve y una multa de 1.200 pesetas al policía responsable, que fue trasladado al norte de España. La familia de Valentín fue indemnizada con un millón y medio de pesetas.

El hecho retrata la época en que el Gobierno de la UCD preparaba un Estatuto del Trabajador apoyado por las grandes empresas y que había recibido amplia contestación sindical. Eran tiempos de revuelta. Nadie sabía hasta dónde permitía llegar la nueva democracia. Pronto se supo.

Cuando se cumplieron 25 años del fatídico asesinato, Antonio Pérez Collado, dirigente de la CGT-PV, hizo una interesante reflexión de lo ocurrido al día siguiente de la muerte de Valentín: «Al menos durante un día fuimos tantos y estábamos tan seguros de nuestra razón y nuestra fuerza que nos echamos a la calle y paramos toda la actividad laboral, la generación de riqueza, que es lo que más le duele al poder, casi lo único. Aquel día nos sentimos clase trabajadora orgullosa y solidaria, y el mejor homenaje que podemos hacerle a Valentín y a todos los obreros caídos en la lucha es intentar volver a sentir y soñar como entonces». El recuerdo de Valentín continúa vivo, aunque acechado por el olvido. El sentimiento obrero sigue de capa caída. Y los sueños, como siempre, sueños son.

http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2016/06/23/muerte-obrera-agito-calles/1435561.html