Somos solicita señalizar todas las fosas comunes existentes en Siero
Su portavoz, Javier Piquero, presenta la moción en el Pozu Tartiere, junto al hijo y el nieto de la única vÃctima identificada en ese lugar
- C. D. LIERES
10 diciembre 2016
El portavoz de Somos Siero, Javier Pintado, solicitó ayer la adecuación y señalización de todas las fosas comunes de Siero incluidas en el inventario elaborado por el Gobierno del Principado y la Universidad de Oviedo. En el concejo constan, al menos, doce fosas «de las que solo una se encuentra señalizada (San Miguel) y dos exhumadas (Lugones) oficialmente», afirmó.
La moción para su debate en el Pleno de este mes propone elaborar un estudio detallado del municipio «por si existieran otras fosas que no han sido contabilizadas»; que todos los datos de cada fosa (localización, fotografÃa, número de personas enterradas y acciones realizadas) estén disponibles en la página web del Ayuntamiento, y que se habiliten ayudas económicas para la exhumación e identificación de los cuerpos para aquellas asociaciones o familiares que lo deseen.
Somos presentó ayer su propuesta frente a la fosa del Pozu Tartiere, en la parroquia de Lieres, y en presencia del hijo y el nieto de Enrique DÃaz Peña, la única vÃctima identificada de todas las enterradas en esa antigua mina de noventa metros de profundidad. Su hijo, Enrique DÃaz Vigil, explicaba ayer que su padre habÃa sido asesinado un Jueves Santo de 1938 a la edad de 27 años. Perseguido por motivos polÃticos, se habÃa escondido en un hórreo, pero fue delatado por alguien de la zona. «Tiráronlu vivu al pozu y quedó fuera una zapatilla colorá», asegura. Hace ocho años, el hijo solicitó al Ayuntamiento de Siero que se instalara una placa en el lugar, pero no se llegó a materializar. Comenta también que un tÃo suyo -hermano del asesinado- y su mujer dejaron como última voluntad antes de morir que arrojaran sus cenizas a esta fosa de Siero.
TraÃdos en camiones
«Habrá cientos de ellos», responde otro de los presentes, José Antonio Piquero, al preguntarle cuánta gente podrÃa haber sido enterrada en la fosa común del Pozu Tartiere. Este vecino -cuyo padre fue asesinado en Bilbao, pero tampoco sabe dónde está enterrado- explica que la mayorÃa de las personas arrojadas a la fosa común del Pozu Tartiere eran transportadas en camiones militares desde Oviedo, o bien estaban presos en la cárcel de Lieres, desde donde les daban ‘el paseÃllo’.
El concejal Piquero comentó que las instituciones tienen el deber moral de adecentar aquellos lugares en los que yace «gente asesinada y que luchó por la democracia», además de cumplir la Ley de Memoria Histórica.