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80 años, 68 muertos

Hoy.es, 09-01-2017 | 10 enero 2017

Navas del Madroño (Cáceres) recuerda hoy con dolor aquel trágico 9 de enero de 1937

  1. R. ALONSO DE LA TORRE CÁCERES

9 enero 2017

Cuando usted esté leyendo este artículo, hará exactamente 80 años que un pueblo extremeño llamado Navas del Madroño sufrió uno de los episodios más kafkianos, incomprensibles y brutales que se han conocido en esta región. En la mañana del 9 de enero de 1937, llegaron a Navas varios camiones cargados de guardias y falangistas, detuvieron a medio centenar de vecinos y se los llevaron a la prisión provincial de Cáceres. Los presos, sorprendidos, intentaban tranquilizar a sus esposas y a sus hijos desde la incredulidad: «Es una equivocación, no os preocupéis, nos soltarán enseguida, no pasará nada». Pero pasó lo peor.

Seis días después, el 15 de enero de 1937, los pelotones acabaron de una tacada con la vida de 54 de aquellos venteros (gentilicio de los nacidos en Navas del Madroño). Antes de que acabara aquel aciago enero de hace 80 años, los 50 presos de aquel camión y otros 18 vecinos de Navas ya habian sido fusilados en Cáceres.

Morir es terrible. Pero morir fusilado sin conocer la razón de tu muerte debe de ser desesperante. Pocos episodios tan injustos se vivieron en la Guerra Civil española como la masacre que en estos días se evoca con dolor en Navas del Madroño. Los fusilados eran hombres de entre 30 y 50 años, padres de familia, trabajadores del campo, la cantería, el transporte, la pesca o el comercio.

El origen de aquella selección inexplicable de 68 venteros hay que buscarla en una lista de nombres. La llevaba Máximo Calvo, un activista comunista que se movía por Cáceres y era temido por los gobernantes franquistas. Se rumoreaba que preparaba un levantamiento en la provincia contra el nuevo orden.

Calvo fue descubierto, tiroteado y muerto cerca de Almoharín el 27 de diciembre de 1936. En su cartera se encontraron unos papeles cifrados. Al día siguiente de su muerte, se descifraron y se supieron los nombres de las personas que en él aparecían. Era una relación de vecinos de Navas que quizás pudieran simpatizar con la causa de Máximo Calvo y con los que podría hablar por ver si los convencía. Pero ni el dirigente comunista conocía a aquellos vecinos ni los venteros sabían quién era aquel hombre.

Los dirigentes políticos cacereños no entendían de matices y tenían miedo. En cuanto descifraron la lista de Calvo, decidieron acabar con el problema expeditivamente. Detuvieron a los 68 posibles revolucionarios de Navas y en 15 días los habían fusilado a todos.

En Cáceres, se temía a los venteros porque en 1934 había habido en el pueblo un conato revolucionario al tiempo que se levantaban los mineros en Asturias. Según el historiador José Espinosa, Navas del Madroño había sido un pueblo muy luchador y con situaciones de tensión social más enconadas que en el resto de Extremadura. Estas circunstancias pudieron influir en la decisión de acabar sangrienta y tajantemente con los 68 de la lista.

Hoy se cumplen 80 años de la llegada por sorpresa de los camiones a Navas y de su vuelta cargados con 50 vecinos que sus familias no volvieron a ver vivos. En estos días, cada año, se celebra en el cementerio ventero un acto de homenaje a aquellas víctimas que murieron sin saber por qué.

El pueblo interiorizó el dolor: solo lo manifestaba en detalles como que, durante la dictadura, las películas que llevaban los exhibidores ambulantes de cine a Navas del Madroño tenían la venganza como motivo. Sabían que con ese argumento, la película triunfaba seguro. En 2017, sin venganza y con dolor, Navas recuerda a sus muertos inexplicables 80 años después.

http://www.hoy.es/extremadura/201701/09/anos-muertos-20170109002650-v.html