La Catástrofe de Ribadelago permanece en la memoria 58 años después
El régimen de Francisco Franco ocultó cualquier responsabilidad y se limitó a pagar indemnizaciones
Manuel Herrera
El 9 de enero de 1959, la rotura de la presa de Vega de Tera provocó la muerte de 144 personas y arruinó la vida de muchos de los supervivientes. Sólo se rescataron 28 cadáveres.
Entre las doce de la noche y la una de la madrugada de la noche del jueves 8 al viernes 9 de enero de 1959, la presa de Vega de Tera reventó y un torrente de ocho miillones de metros cúbicos de agua se precipitó en dirección a la localidad sanabresa de Ribadelago. En apenas veinte minutos, el pueblo quedó inundado y prácticamente destruido. Murieron 144 personas; se recuperaron tan solo 28 cadáveres.
La mayor parte de los cuerpos terminó hallando una tumba acuática en el Lago de Sanabria, en la mayor tragedia de estas carácterÃsticas que se produjo en España durante el siglo XX. Las instantáneas tomadas a la mañana siguiente hablan de un desastre de magnitudes desproporcionadas y son fiel reflejo del drama que marcó la vida del aproximadamente medio millar de supervivientes.
Las pesquisas posteriores demostraron que los materiales defectuosos utilizados en la construcción de la presa fueron determinantes, pero el régimen de Francisco Franco ocultó cualquier responsabilidad y se limitó a pagar indemnizaciones a los familiares de las vÃctimas.
En todo caso, la destrucción del pueblo fue tan evidente que al dictador no le quedó más remedio que construir otra localidad a unos kilómetros para dar refugio a los supervivientes. Entonces, se llamó Ribadelago de Franco; ahora es conocida como Ribadelago Nuevo y constituye un atractivo turÃstico importante por su proximidad a las playas del Lago.