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Presos del Franquismo fueron ‘condenados’ a construir un puente clave de entrada a Barcelona

La Vanguardia, | 29 marzo 2017

Un destacamento de unos 70 reos participó en la obra entre 1943 y 1944

 

Un historiador de Sant Adrià rescata los orígenes de la estructura, que cruza el Besòs a través de la antigua Nacional II

Hasta hace unas semanas, nadie sabía los minuciosos detalles de la obra ni que había sido ejecutada por mano de obra prisionera. O al menos nadie lo había contado públicamente. Si bien se conocían elementos por separado, como la existencia de destacamentos penales de trabajos forzosos y la propia construcción del puente en aquella época, la relación no estaba documentada. La pieza que ha permitido encajar el puzzle es el nombre de Joaquim Miquel Montes, uno de los represaliados del Régimen en Santa Coloma de Gramenet.

El historiador Jose Luís Muñoz participaba hace poco en una actividad de memoria histórica en Santa Coloma cuando dio con este eslabón perdido. La visita mencionaba la efímera Unió de Joves Antifeixistes, un precoz grupo de lucha y acciones antifranquistas que operó ya en 1939 y que integraban chicos y chicas de entre 15 y 23 años de Badalona, Santa Coloma y Sant Adrià. Pronto fueron capturados y cinco fueron sentenciados a muerte. Uno fue ejecutado en el Camp de la Bota y los otros cuatro pudieron conmutar la ejecución por 30 años de prisión. Uno de ellos era Miquel Montes, vecino colomense, que fue trasladado al “destacamento de Sant Adrià”.

“¿Hubo un destacamento de Sant Adrià? Fue entonces cuando empecé a buscar, porque no había constancia en los archivos. Entonces encontré un estudio de trabajos forzados en el ámbito ferroviario”, cuenta Muñoz. Se trata de un extenso análisis de obras ferroviarias llevadas a cabo por mano de obra prisionera del Franquismo, un estudio presentado por Juanjo Olaizola Elordi en el 4º Congreso de Historia Ferroviaria, celebrado en 2006 en Málaga. Y que incluía en un largo inventario la construcción del puente de la antigua Nacional-II sobre el Besòs.

“Ha sido una suerte que entonces por encima del puente pasara un tranvía, porque así este análisis ferroviario lo ha documentado; sino quizá no lo hubiéramos sabido nunca”, apunta el historiador adrianense. A partir del estudio, el resto de piezas empezaron a encajar una tras otra: “Fuimos a comprobar la documentación pública sobre la obra y, en efecto, toda la información detallada se encuentra en la web del actual Ministerio de Fomento ”.

La obra fue encargada a la empresa Cimentaciones y Obras y la promovía la Dirección de Puentes y Estructuras, Dirección General de Carreteras y Caminos Vecinales del entonces Ministerio de Obras Públicas. Su proyectista fue el ingeniero Carlos Fernández Casado y durante algunos años ostentó el récord español de puente con mayor distancia entre los pilares que lo sustentaban. De hecho, sus méritos le valieron al ingeniero Vicente Roglá Altet el premio ‘Francisco Franco’ de Ciencias en 1946.

En las obras intervinieron al menos unos 70 presos. La identidad de la mayoría todavía no ha podido documentar. Muñoz explica que oficialmente los presos realizaban las obras de forma voluntaria para rebajar sus penas, aunque en realidad “eran invitados a participar”. La mayoría optaba por llevar a cabo estos trabajos porque, por un lado, cada día de tareas les rebajaba uno en la cárcel, y, por otro, era la única manera de conseguir algo de dinero para aliviar la posguerra a sus familiares. “La empresa pagaba al Estado el sueldo íntegro de los trabajadores, como si fueran hombres libres. Una parte servía para pagar la manutención de los propios obreros y el trabajador se quedaba una miseria que se enviaba directamente a las familias”, detalla.

Del único vecino del Barcelonès Nord del que se tiene conocimiento, de momento, es del susodicho Joaquim Miquel Montes. Se sabe, además, que consiguió escapar entre octubre y diciembre de 1943. Muñoz está convencido que cuando las jornadas de trabajo en el puente que se alargaban y no salía a cuenta ir y volver para dormir en la cárcel, los integrantes del destacamento dormían en el Polidor, el actual centro lúdico y de ocio juvenil de Sant Adrià ubicado junto al puente. “Con más tiempo y más trabajo de rata de biblioteca, encontraremos más cosas”, avanza de buen humor.

Los presos eran “invitados a participar” en las obras a cambio de rebajar sus penas y de un sueldo mísero

http://www.lavanguardia.com/local/barcelones-nord/20170329/421217294196/puente-entrada-barcelona-construido-presos-franquismo-sant-adria.html