Olvidar o prohibir recordar
Nadie habla de ningún monumento a Hitler ni a Mussolini, de llevarle flores a Salazar, ni de visitar la tumba de Videla o Pinochet
Susana Giménez DÃaz –
Pero, ¿España todavÃa le pone flores frescas a su propio dictador al que tienen enterrado en ese monumento descomunal y horroroso? La reflexión no es mÃa, sino de Nicolas, un adolescente francés de catorce años al que le daba clase el año pasado y que no acababa de creerse la imagen del Valle de los CaÃdos que reflejaba el proyector. SÃ, y además, tal monumento fue construido por presos republicanos, que fueron condenados a trabajar en condiciones de esclavitud. Confirmé y añadà yo, tragando saliva y esperando que los 20 minutos que me quedaban para explicar el pretérito indefinido no se me fueran en una clase de Historia. Pero sÃ, se convirtieron en un interminable querer saber por qué España es el único paÃs democrático del mundo que rinde un homenaje de tales dimensiones a su dictador. A alguno hasta le asaltó la duda de si en España gobernaba todavÃa la extrema derecha o de si eso del monumento era cosa de la monarquÃa. Porque tres cuartas partes de estos alumnos son nietos de los republicanos que se vieron obligados a huir en el invierno del 39 y que conocen la historia real a través del relato autobiográfico de sus familias. Y porque sin saberlo, tienen la certeza de que a ningún dictador del siglo pasado ni lo agasajan ni le rinden homenajes de tal magnitud.
Nadie habla de ningún monumento a Hitler ni a Mussolini, de llevarle flores a Salazar, ni de visitar la tumba de Videla o Pinochet. Porque el solo hecho de imaginarlo sonarÃa a tomadura de pelo.
Cuando para un chaval de catorce años es tan evidente que algo asà es lo más parecido a una apologÃa del fascismo y que no tiene razón de ser en la Europa actual, pero sin embargo existe, es que en algún capÃtulo de la Historia hay un problema. Y grave. Y más aún si añadimos que no solo se le rinde culto a un dictador, sino que se hace con misas diarias, flores frescas, dinero público y saludo fascista incluido.
Ahora que la polémica vuelve a saltar, decido ponerme a hurgar en la prensa francesa para ver cuál es su versión de los hechos y, poco a poco, voy sacando frases una a una y con cuidado, como el que va exhumando huesos de una sepultura, escogiendo las que más definen la historia que hay detrás de esos despojos. AsÃ, al azar, leo « el vestigio de la vergüenza » (http://www.humanite.fr/monde/espagne-el-valle-de-los-caidos-vestige-de-la-honte-485320), « España, todavÃa dividida ante los huesos de su dictador », « ausencia de voluntad polÃtica », « imposible deshacerse de este vestigio » (https://www.youtube.com/watch?v=Hn3Q5jKKK20)y, la mejor para el final, « hablan de exhumar los huesos de Franco, pero no los de Primo de Rivera, que fue el fundador de la Falange ». Y asà sucesivamente.
El siguiente capÃtulo de la Historia, como ya es sabido cuando no se conoce, es repetirla. Asà que, como la proposición de Ley no obliga al Gobierno a ejecutarla y el presupuesto en estos casos es cero, el pasado seguirá siendo en blanco y negro y poco claro. Y una ya no sabe a qué juegan en los púlpitos desde donde se deciden las cosas: si a la memoria histórica, a olvidar, a prohibir recordar (https://www.youtube.com/watch?v=r6micFG4B1U), o a hacer como si nada. Yo, en cualquier caso, y a escala reducida dentro de las aulas, juego a contar la verdad.