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Una memoria que se resiste a desaparecer en Vilagarcía

La Voz de Galicia, 04/10/2017 | 5 octubre 2017

Calles, bustos y cruces glosan lo que sucedió durante los cuarenta años de la dictadura

 

ANTONIO GARRIDO

VILAGARCÍA / LA VOZ

A principios de los ochenta, la pandilla que acudía cada día para jugar en el atrio de la iglesia de Santa Baia usaba la losa que está al pie de la cruz que honra la memoria de los caídos en uno de los bandos como cárcel cuando tocaba correr con el «polis y cacos». Aquella cárcel sigue muy viva porque nadie ha sido capaz de borrar la huella del franquismo en las calles de Vilagarcía. La cruz falangista ha ido perdiendo brillo pero el inefable «presentes» se resiste a desaparecer.

No es el único ejemplo de la resistencia de la memoria franquista. Los chavales que cada día van a clase al Anexo A Lomba pasan al lado de un busto que honra la figura de Calvo Sotelo. También con el imprescindible «Presente», aunque en este caso le falte alguna letra, y con la diatriba que supone que el autor la escultura sea Francisco Asorey. La resaca franquista se traslada por supuesto a los nombres de las calles. Afortunadamente, dos de ellas cambiarán de denominación próximamente. Las rúas Almirante Fontán (Vilaxoán) y General Yagüe (Trabanca Sardiñeira) pasarán a llamarse Laureano Gómez Paratcha y Luís Pando para completar el reconocimiento de los nombramientos de Hijo Predilecto e Hijo Adoptivo si se cumplen los planes del Concello y sale adelante su propuesta.

Dos cambiarán su nombre pero quedan más. Y en pleno centro de Vilagarcía. Queda, por ejemplo, la rúa Conde Vallellano. Y queda también Fariña Ferreño.

Lo más curioso de todo es que es el propio Concello quien no acaba de cumplir una moción que presentó Esquerda Unida en el 2008 y que fue aprobada con el apoyo de todos los grupos municipales salvo el voto en contra del PP. Aquella moción ya comprometía a Ravella a eliminar toda la simbología franquista existente, como el busto de Calvo Sotelo y la denominación de las calles, y proponía cambiar el nombre de la plaza de España por Segunda República.

Esta última condición se cumplió en parte y en la explanada del auditorio. El cambio en las demás denominaciones va más despacio. Incluso el de nombrar una calle como Madre Guadalupe, acuerdo adoptado en el anterior mandato a propuesta del propio PSOE.

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/arousa/vilagarcia-de-arousa/2017/10/04/memoria-resiste-desaparecer/0003_201710A4C3991.htm