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Los familiares de víctimas del franquismo en Madrid se sienten agraviados y ofendidos por el Comisionado de la Memoria

Memoria y Libertad, 26/04/2018 | 28 abril 2018

Piden a Carmena su disolución

COMUNICADO DE MEMORIA Y LIBERTAD

El Comisionado de la Memoria Histórica ha hecho pública, al fin, a través de su presidenta Francisca Sauquillo, la propuesta contraria a la ya histórica pretensión del colectivo de amigos y familiares del cementerio del Este de Madrid, Memoria y Libertad, de levantar un memorial en el cementerio que contenga los 2933 nombres de las víctimas fusiladas o ejecutadas por consejos de guerra y que fueron a parar allí.

A la demanda de las familias y colectivos memorialistas, el Comisionado opone dos monumentos sin nombres y emplear, por primera vez en la historia, los códigos QR para invisibilizar. Uno que abarcaría el periodo 1939-1944 y otro para los años 1936-1939, porque el órgano entiende que durante ese periodo bélico en Madrid los republicanos cometieron crímenes a mansalva y sin motivo ni razón. Es una propuesta disparatada, injusta y en consonancia con el ideario y la propaganda franquista.

Que en el siglo XXI sigan apareciendo planteamientos tan reaccionarios en un país que alardea de demócrata es como una pesadilla, realmente parece que la dictadura nunca se va a acabar.

Cuando está a punto de morir, Nazira le pide a su nieta Nawal: “No te derrumbes, Nawal, no digas sí. Di no. Rechaza. No consientas, Nawal, no consientas nunca.  Ten en cuenta que para poder rechazar hay que saber hablar… ¡Aprende a leer, a escribir, a contar, a hablar, aprende a pensar. Aprende!”. Y Nawal cumple la promesa que hace a su abuela y graba en la lápida de su tumba, el nombre de Nazira. “Una palabra y todo se ilumina”. Este texto pertenece a la obra de teatro “Incendios” de Wajdi Mouawad y viene muy al caso. En primer lugar porque los 2933 nombres del memorial en La Almudena iluminarán la magnitud del genocidio franquista en Madrid, una cifra todavía desconocida para la mayoría del país, y en segundo porque habrán sido los hijos, las hijas, las nietas, los nietos y los sobrinos y sobrinas de las víctimas las que en cumplimiento de la promesa de traer verdad, justicia y reparación a los suyos, habrán logrado grabar sus nombres en las lápidas como recompensa por haber aprendido a pensar en libertad y negarse con determinación a que permanezcan en el olvido sus vidas y su lucha.

La ocurrencia del Comisionado de erigir un memorial sin los nombres de las víctimas en un cementerio donde nunca los tuvieron, daría risa si no fuera por lo insultante que resulta para las víctimas y para sus familias. Es como si el franquismo las matara dos veces y dos veces las condenara al olvido. Es una propuesta inadmisible.

La propuesta del memorial para las “otras víctimas”, las del 36 al 39, tiene otros matices. Esos años son los del tiempo que tardó el ejército golpista con el apoyo del fascismo internacional, en lograr el objetivo de derribar la II República y acabar con las vidas de sus integrantes. La victoria tardó tanto porque el pueblo atacado se defendió tozudamente frente al fascismo con fuerza y valentía, sus principales armas. El Ayuntamiento expone estos días la exitosa muestra “No pasarán” en homenaje a la defensa de Madrid mientras que, paradójicamente, su Comisionado desmiente la proeza y tacha de asesinos a los defensores de la legalidad constitucional republicana.  Porque de eso va la propuesta del segundo memorial, de hacer equivaler a las víctimas con sus verdugos, porque todos mataron a todos, como sucede en las guerras civiles. Sí, pero aquí esa premisa no sirve, aquí la primera premisa se llama golpe de estado y aunque esté mal recordárselo a personas tan notables como las que componen el comisionado, la violencia del que ataca no es la misma que la del que se defiende..

En días pasados y en un gesto muy celebrado, ETA pidió perdón a sus víctimas; en realidad, no a todas, puesto que hubo algunas que sí se merecieron ser asesinadas, según la banda terrorista. Es la misma tendencia que parece haber seguido el Comisionado cuando sostiene que la dictadura mató a las 2933 personas que acabaron en el cementerio, pero algunas no deben figurar en el memorial porque se lo merecían, en referencia a los supuestos “chequistas”, según acusaciones de la Causa General franquista. Entre las voces que han tachado a ETA de miserable por sus manifestaciones seguro que algún comisionado había. No estaría mal que se lo pensaran un poco.

La última aparición pública del Comisionado de Madrid ha venido a ratificar el tremendo error que cometió el Ayuntamiento al crearlo de la nada. Su existencia deja entrever cierta incapacidad institucional o dejadez de funciones al enfrentar la reivindicación histórica del derecho a la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas del franquismo asesinadas en Madrid. Sus desenvueltas propuestas de ayer ponen en evidencia su escaso miedo al ridículo y un desprecio absoluto a las víctimas y a sus reivindicaciones históricas. Puede afirmarse, por tanto, con rotundidad, que el Comisionado trabaja para reforzar la versión manipulada de la historia impuesta por la dictadura tras el triunfo del golpe de estado, con el propósito de agradar a los verdugos y a sus herederos mediante una igualdad de trato, impensable en cualquier democracia medianamente decente. Invocar la perpetuidad del olvido de las víctimas, negando su memoria, es continuar con la labor de la dictadura y proponer memoriales al fascismo es algo que les costaría la cárcel en cualquier país europeo. Estamos pagando bien caro que la guerra la ganaran los malos, muy caro. Vivir sin democracia y carecer de derechos plenos de ciudadanía es un precio demasiado alto.

Imaginemos por un momento que el Ayuntamiento, incapaz de gestionar los asuntos de la hacienda pública, hubiera nombrado un equipo de notables externos sin experiencia en economía con capacidad de adoptar decisiones en esa materia. ¿Sería aceptado por la ciudadanía? Con las víctimas del golpe y de la dictadura el estado y sus instituciones se pueden permitir cualquier discriminación y olvido. ¿Quedará algo por ver?

La alcaldesa Manuela Carmena debería eliminar urgentemente el terrible obstáculo que representa el Comisionado para las víctimas en Madrid y las políticas democráticas de Memoria; sus dejaciones, sus actuaciones, sus filtraciones, sus declaraciones, provocan más injusticia e indefensión que toda la Transición junta, además de significar un evidente e innecesario refuerzo del franquismo. El franquismo goza de muy buena salud en España.

Julia Conesa, fusilada en la tapia en 1939, terminaba así su ya histórica carta de capilla “Que mi nombre no se borre en la historia”. Pero en Madrid, Julia querida,  está costando un potosí escribir vuestros nombres. Quizá para que tu nombre pueda leerse, urge que otros nombres se borren: “Que los nombres del Comisionado se borren en la historia”.

El Ayuntamiento de Madrid, además de rechazar en Pleno la proposición del PP que ahora esgrime el Comisionado como si la mayoría democrática no fuera con este órgano, hizo una promesa al colectivo de familiares Memoria y Libertad: el monumento memorial con todos los nombres estaría listo para el homenaje de 2018; pero no ha sido así.

El memorial, como elemento de reparación, es muy urgente. Cada año que pasa alguien se muere sin verlo. No hay derecho.

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