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“La España democrática no ha resuelto la impunidad del franquismo”

Atlántica XXII, 03-06-2018 | 5 junio 2018

Entrevista a José Babiano, uno de los autores de “Verdugos impunes”

Ismael Juárez / Periodista.

José Babiano, además de director del área de Historia de la Fundación 1 de Mayo de CCOO, es uno de los autores de “Verdugos impunes”. Un libro que esta semana se ha presentado en Asturias y cuyo origen se encuentra en un informe pericial hecho para la Coordinadora de Apoyo a la Querella Argentina (CeAQUA), que ha acabado convirtiéndose en un libro dirigido a un público general. En él se pone de manifiesto que los crímenes del franquismo son de lesa humanidad.

Tras Madrid y Barcelona llega usted a Avilés a presentar “Verdugos impunes”.

Sí, además también hemos dado una rueda de prensa hoy en Oviedo coincidiendo con la presentación de tres querellas por los delitos de lesa humanidad y torturas contra el expolicía Pascual Honrado de la Fuente por tres de sus víctimas: Gerardo Iglesias, Vicente Álvarez y Faustino Sánchez. Algo que no pasó hace tanto, a finales de los años sesenta.

¿Cómo un informe técnico pericial se convierte en un libro para un público general?

Empezaré por el principio. En 2010 se presenta una primera querella en Argentina por un hombre, Darío Ribas, por el fusilamiento de su padre en Orense en 1936. A partir de ahí se presentan más querellas. Sin embargo será a partir de que a Garzón le inhabiliten como juez y corten la vía que se había abierto con él para investigar los crímenes, que se presenten más querellas en Argentina. Querellas con muchas circunstancias distintas de crímenes del franquismo: torturas, asesinatos, robos de hijos…

Ante la masificación de denuncias, en 2014 hay un grupo de querellantes que crean CeAQUA. Plantean que la querella está muy bien pero que acabar con la impunidad del franquismo solo es posible si se juzga en España, como había pasado en Argentina. Así pues se opta por un cambio de estrategia. Además de presentar querellas en Argentina hay que presentarlas en España. Fue entonces cuando, para acompañar a estas querellas, los abogados nos piden un informe pericial de contexto, a Gutmaro Gómez, Antonio Míguez, Javier Tebar y a mí. Tras realizar el informe, los abogados y algunas de las víctimas pensaron que podía convertirse en un libro interesante, si contábamos todo sintéticamente, sin un lenguaje jurídico.

Y sintéticamente, ¿qué cuenta el libro?

Analiza el franquismo desde el punto de vista de los derechos humanos. Analiza un régimen que negaba las libertades fundamentales y consigue detallar la sucesión de violaciones de los derechos humanos que se dieron durante aquel periodo y que son crímenes de lesa humanidad.

¿Un análisis técnico hecho para un público general?

Efectivamente. Los franceses lo llaman alta divulgación. Hemos tratado de ser pedagógicos. En un principio el informe estaba hecho para que lo leyera un juez que es un profesional familiarizado con un determinado tipo de lenguaje. El informe lo hacemos interactuando con los abogados y las víctimas. Desde ese punto de vista es un libro poco común desde lo académico. Intereactuamos con víctimas y juristas. El libro no va dirigido a los historiadores. Creo que hemos sabido utilizar un lenguaje adecuado para el público general.

¿Usted cree que en España aún no se conoce el alcance de los crímenes del franquismo?

Nosotros más que aportar datos nuevos recogemos elementos de análisis que forman parte del consenso entre los historiadores profesionales. Y entiendo que una cosa es lo que se sabe en términos académicos y otra bien distinta lo que a nivel social se conoce. Creo que todavía hay cuestiones que no se conocen bien especialmente entre la gente joven. No todo el mundo es consciente de los detalles con los que se perseguía a muchos grupos de la sociedad, como a los homosexuales, a los opositores políticos, o incluso a las mujeres con unas leyes represivas que las anulaban.

¿Está el Estado español oponiéndose a las investigaciones que se hacen desde Argentina?

Por supuesto que no está colaborando. La Fiscalía General del Estado está poniendo muchas piedras en el camino. Por no hablar de lo que le pasó a Garzón. Está claro que en algunas instancias del Estado todo esto no es un asunto con el que quieran colaborar.

Aun así la Querella Argentina ha conseguido logros importantes.

Por supuesto. La visualización internacional de este grave problema español ha sido gracias a la Querella Argentina. Muchas instituciones internacionales, como Amnistía Internacional o comisiones en parlamentos europeos que han sido informados por las víctimas, se han pronunciado al respecto. Lo que me parece más importante es que la ONU ha llegado a elaborar dos informes, instando para que se investiguen los crímenes del franquismo. Para que se investiguen y se haga justicia.

¿También para que se juzgue el franquismo?

La impunidad no se sitúa en el terreno de la memoria. La memoria es plural. Es una cuestión de derechos humanos. Y esto no es discutible. Porque no estamos hablando de un problema de hace décadas sino de un problema de la democracia actual, así lo interpreta la ONU. La España democrática no ha resuelto la impunidad del franquismo. Nosotros en el libro demostramos, según los principios del derecho penal internacional, que los crímenes del franquismo son de lesa humanidad y este tipo de crímenes no prescriben.

¿Y la Ley de Amnistía?

Pero es que según el derecho internacional no se puede esgrimir la Ley de Amnistía del 77 para no investigar los crímenes del franquismo. Porque es una legislación local. El Estado español ha firmado convenios que le obligan a subordinar su legislación a la legislación internacional. De igual forma que la legislación autonómica está subordinada a las leyes estatales y a la Constitución española.

¿Qué opina de que una parte de la sociedad considere que investigar los crímenes del franquismo es reabrir heridas?

El poeta Marcos Ana decía que “hay que pasar página, pero antes de pasarla tenemos que leer”. Me parece que es una metáfora muy buena. No se trata de irse al pasado. Se trata de resolver problemas que persisten en el presente. Las víctimas no quieren volver a la época en que las torturaron o en que mataron a sus familias. Quieren recuperar los cadáveres. Y, sí, que se haga justicia. Que se les reconozca como víctimas. Como se reconoce a las víctimas del terrorismo. Porque ellas son víctimas de violaciones de derechos humanos. Conviene no olvidarlo. Y por lo menos merecen un tratamiento similar. A nadie se le ocurre decir que investigar los crímenes del terrorismo de ETA, como ya se ha disuelto, es reabrir heridas.

¿La Querella Argentina puede acabar convirtiéndose en el último juicio a una dictadura del siglo XX?

Sinceramente no lo se. Pero cuando los juristas están haciendo todo lo que hacen es porque entienden que hay una oportunidad de que haya un desenlace similar a otra dictaduras del siglo XX. Como en Argentina. En Argentina costó también mucho. En ese país, al principio hasta 217 querellas no fueron admitidas. Fue a partir de la 218 que todo empezó a moverse para que finalmente los torturadores y asesinos de la dictadura empezasen a ser juzgados. Las víctimas no buscan venganza sino justicia. Creen que es su deber cívico ir para adelante con todo esto. En mi opinión, los demócratas tenemos que estar muy agradecidos a su tenacidad.

¿Qué le parece que a Billy el Niño se le siga manteniendo la medalla?

Es una infamia. Las víctimas se han sentido humilladas. Además el gobierno ha dado un argumento falaz para no retirar la medalla. Dar o retirar una medalla es un acto político, no judicial. Y él ha apelado a que este señor no ha sido condenado en un juicio. Claro, porque el Estado español no colabora con la justicia argentina. Pero lo cierto es que en una de las querellas que se presentaron en Madrid y que fue rechazada, el juez argumentó que efectivamente Billy el Niño torturó pero que el delito había prescrito. Este razonamiento debería tener consecuencias éticas y políticas que obligasen a retirarle la medalla.

Lo curioso es que cuando le condecoraron Franco ya estaba muerto.

Es que los responsables de la policía política siguieron en sus puestos. Incluso algunos de ellos acabaron teniendo puestos muy relevantes en la lucha contra el terrorismo. Una de las características de la Transición fue que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado apenas se tocaron. Quizás el ejército sí tuvo un proceso de modernización en los ochenta y más tarde con las misiones internacionales. Un ejército que anteriormente había sido concebido para la represión interior y para el dominio colonial. Pero en la policía no hubo ningún tipo de depuración. Y lo mismo con los jueces. Algunos de los que juzgaban a personas por poner propaganda que era ilegal durante el régimen franquista pasaron a la Audiencia Nacional.

¿Cree que con el nuevo gobierno de Pedro Sánchez el Estado empezará a colaborar con la Querella Argentina?

No lo se. Yo me dedico a la historia. Lo único que puedo decir es que en el pasado el PSOE ha tenido posiciones dubitativas con respecto a la memoria histórica.

http://www.atlanticaxxii.com/la-espana-democratica-no-resuelto-impunidad-franquismo/