Dos testigos comprometen al doctor Vela en el primer juicio por bebés robados
Se trata de dos periodistas francesas que consiguieron la confesión del acusado en un reportaje con cámara oculta
Mateo Balín
MATEO BALÍN Madrid
Martes, 4 septiembre 2018,
La Audiencia Provincial de Madrid ha reanudado hoy la segunda sesión del juicio que sienta en el banquillo de los acusados al ginecólogo jubilado Eduardo Vela por el primer caso de un bebé robado, el de la madrileña Inés Madrigal, que se juzga ante un tribunal.
La vista oral se ha retomado tras la suspensión el 26 de junio por la indisposición del doctor de 85 años. Hoy tienen previsto testificar por videoconferencia dos periodistas francesas de la televisión pública, que consiguieron en un reportaje con cámara oculta grabar la confesión del ginecólogo.
Ante ellas, reconoció que regaló un bebé robado, pero sostuvo que no cobró por ello. El regalo era Inés Madrigal, la mujer que ha llevado al exdirector de la Clínica San Ramón de Madrid ante la Justicia.
En su declaración, el principal y único acusado lo negó de plano. «Yo no he dado ninguna niña a nadie», dijo, y alegó que no sabía «más que tema médico». Tampoco reconoció su firma en los documentos del registro del bebé ni recordó buena parte de las preguntas que le formularon, ni si en la clínica San Ramón -hoy desaparecida- se tramitaban adopciones, ni si por allí pasaban monjas o quién se encargaba de rellenar los libros de registro de nacimiento.
Su declaración, como la de su mujer, su socio y tres enfermeras de la clínica, no sirvió para esclarecer los hechos.
En la maternidad de este centro trabajó como asistente social la monja Sor María. María Gómez Valbuena murió en 2013, días después de declarar ante el juez por detención ilegal y falsedad documental en relación al el presunto robo de unas gemelas. Supuso la primera vez que un juez investigaba a una religiosa.
Vela está acusado de los delitos de sustracción de menores de siete años, suposición del parto, falsedad documental y detención ilegal. Se enfrenta a 13 años de cárcel. Su abogado alegó en la vista oral que los delitos están prescritos.
«Mi madre me lo confesó»
El testimonio de las periodistas sería clave para sustentar una posible condena. La madre de Inés falleció en diciembre de 2016, a los 93 años. Su relato era fundamental, ya que sostenía que Vela le regaló a su hija.
La mujer inscribió entonces a su niña adoptiva en el registro civil como si fuera su hija, firmando Vela un documento oficial de un parto que nunca sucedió. En el juicio, no reconoció su rúbrica.
En su declaración ante el tribunal, Inés Madrigal contó el relato que siempre le narraba su madre adoptiva. Lo escuchó con 18 años por primera vez. Era 1987. «Me dijo que era la hija de una señora que no me podía tenerme», recordó ante el tribunal.
Sin embargo, ya con 8 años comenzó a sospechar que había algo raro. «En aquella época, mis padres vivían en Los Molinos (Madrid). Un día mi madre llegó con un bebé y la gente no la había visto embarazada. Y ya saben que en los pueblos se habla», dijo.
Pasó el tiempo y un día en el colegio, la llaman «adoptada». «No sabía que era eso. Y le pregunté a mi madre. A raíz de ahí. Algo extraño había. No encajaba. Es una intuición que tenemos la gente que somos adoptados», reconoció.
«Recibieron una llamada telefónica en la lechería del pueblo porque eran los únicos que tenían teléfono. Les citaron en San Ramón porque había una niña de buena familia embarazada y les iban a dar el niño y que iba a simular embarazado con cojines. Le dijo que no fuera a la peluquería y que tuviera síntomas de embarazada. Les llamaron a la semana», relató.
Su madre, ya fallecida, le contó que no pudieron vestir a la niña porque si no se iba a «descubrir el ajo», una frase que solía repetir cuando le contaba lo que pasó aquellos años. Sobre el cura que habría actuado de intermediario, ha señalado que nunca le habló de Vela y que siempre ha sentido que le ha seguido la pista.
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