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En busca de la memoria perdida

Aquí Castilla-La Mancha, | 24 septiembre 2018

La represión franquista tras la guerra civil se ensañó en muchas zonas de Castilla-La Mancha

EN BUSCA DE LA MEMORIA PERDIDA

Reportaje publicado en el número de Septiembre de 2018 por la Revista AQUÍ CASTILLA-LA MANCHA. Firmado por Prado López G.

Toneladas de tierra y décadas de silencio mantienen enterrado el capítulo más sangriento y trágico de nuestra historia reciente. La represión franquista que, tras la guerra civil, se prolongó durante toda la dictadura (1939-1975) se ensañó en muchas zonas de Castilla-La Mancha, dejando ocultas en fosas a miles de víctimas  que aún esperan reparación y justicia. La falta de voluntad política las sigue dejando en la cuneta.

Paz, Amor y Justicia. Estas tres palabras están escritas en el epitafio grabado en las tres fosas comunes del cementerio de Ocaña. En estas fosas yacen los restos de entre 1.300 y 1.800 represaliados por el franquismo, fusilados o muertos en prisión (torturados o por enfermedad) entre los años 1939 y 1959. Los restos no han sido exhumados ni, por tanto, identificados, pero la tenaz labor de investigación de la Asociación de Familiares de Ejecutados en el Cementerio de Ocaña ha logrado poner sus nombres y apellidos y la fecha de la muerte en los tres mausoleos levantados en memoria de estos represaliados, a los que se rinde homenaje cada 1 de noviembre.

A día de hoy, de las más de 2.000 fosas inventariadas en el Mapa de Fosas del Ministerio de Justicia, 150 están diseminadas por Castilla-La Mancha: 45 localizadas en la provincia de Toledo, 54 en Cuenca, 22 en Albacete, 18 en Ciudad Real y 11 en Guadalajara. La violencia de los represores se ensañó en muchas localidades de la región (Villa de Don Fadrique, Villarrobledo, Alcázar de San Juan, Cuenca, Guadalajara, Talavera de la Reina…) y transcurridos 82 años desde que estallara la Guerra Civil y más de 40 de democracia, las víctimas están sin contabilizar y sus historias sin contar.

Leonardo y 4.741 muertos más

A Leonardo Cedenilla, el herrero de la localidad toledana de Marrupe, su mujer y sus seis hijos (el pequeño de apenas unos meses) le vieron por última vez el 15 de octubre de 1939. Tenía 43 años

el día que lo sacaron del pueblo junto a otros cuatro vecinos, los hermanos Nicolás y Julian Ramos (hijos del alcalde de Marrupe), Eusebio Fierro y Anastasio Mayoral; todos ellos fueron fusilados y arrojados a una fosa cavada por sus asesinos en la ladera norte del cerro de la Peña Negra (en el término municipal de Pepino).

Aunque la viuda de Leonardo luchó desde el primer momento por recuperar su cuerpo, debieron de pasar 71 años para que, en 2007, la tercera generación de esta familia consiguiera localizar y exhumar los restos de Leonardo y de sus compañeros de infortunio, con la ayuda de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Los conocidos como ‘los cinco de Marrupe’ forman parte del listado de represaliados asesinados de la provincia de Toledo que suma, al menos, 4.742 víctimas, según el recuento de uno de los principales investigadores de la represión franquista en Toledo, el historiador José María Ruiz Alonso (fallecido en 2016).

En la provincia de Ciudad Real, los recientes estudios publicados  cifran en 3.887 el número de asesinados por el franquismo. Para todo el territorio de Castilla-La Mancha, el historiador Francisco Espinosa Maestre estima que el balance de represaliados muertos es de 10.358 (“La represión franquista: un combate por la historia y la Memoria”). La historiografía sobre esta etapa de nuestra historia es abundante, también en nuestra región, donde investigaciones locales y comarcales han ido ordenando el puzzle de la parte de la historia silenciada y ocultada. Una verdad que los movimientos memorialistas están rescatando pese a los muchos obstáculos políticos y judiciales que aún hoy se siguen poniendo.

Para hacer balance de todo lo investigado en nuestra Comunidad, en el año 2006 la Universidad de Castilla-La Mancha organizó un congreso sobre la Guerra Civil en Castilla-La Mancha 70 años después, cuyas ponencias fueron publicadas en un volumen editado en 2008 por la UCLM. A raíz de este importante congreso surgió el proyecto de investigación “Represión de guerra y postguerra en Castilla-La Mancha”, con el ambicioso objetivo de crear una base de datos que recogiera los nombres de todas las víctimas y sus referencias principales (hasta 22 campos: edad, oficio, las circunstancias de su apresamiento, el castigo, persona que lo denunció si se conoce, etc.)

Para difundir esta información y darla a conocer a los ciudadanos se creó el portal de internet www.victimasdeladictadura.es/ ¿Cómo ha avanzado y qué resultados ha obtenido este proyecto desde que comenzó en 2015? Se lo preguntamos al director del equipo de investigación, Manuel Ortiz Heras (director del Seminario de Estudios de Franquismo y Transición de la UCLM). “Llevamos ya 28.000 registros de víctimas sacados de las sentencias de los tribunales militares, pero el problema que tenemos ahora es que nos falta personal para trasladar estos registros a la base de datos. Estamos en situación de S.O.S porque no tenemos financiación”, manifiesta Ortiz Heras, que lleva años advirtiendo de la falta de apoyo para esta labor de investigación en Memoria Histórica.

En realidad sólo dispusieron de presupuesto público el primer año (aportados por los fondos Feder). “Necesitábamos que la Junta de Comunidades se implicara en este proyecto para poder seguir investigando, pero sólo hemos tenido silencio administrativo. En esta Comunidad, a diferencia de lo que está pasando en otras, no hay ningún interés en que esto salga a la luz, hay una gran pasividad en las administraciones. Yo estoy indignado, porque lo que pretendemos tiene una función social: dar respuestas a cientos, miles de familias de víctimas de la represión franquista en Castilla La Mancha; queremos ofrecer la mayor información posible de una etapa de nuestra historia en la que hay un gran vacío. Y en nuestra región estamos a años luz de otras comunidades, incluso de las gobernadas por el PP”, critica este historiador. Y es que el tiempo corre en contra. “Los archivos municipales tienen problemas de conservación; a veces cuando tocamos los documentos se destruyen por su mal estado; y en cuanto a las sentencias de los tribunales militares, aún estamos pendientes de firmar un convenio con el Ministerio de Defensa para poder tenerlas digitalizadas, porque de momento tenemos que seguir pagando por la documentación y nos resulta muy costoso”, comenta Ortiz Heras.

Del arduo trabajo que han realizado hasta el momento consultando las sentencias del Archivo General e Histórico de Defensa, archivos históricos provinciales, registros civiles y libros de defunción, bibliografía y fuentes orales, han constatado entre las víctimas de la represión franquista en Castilla-La Mancha 5.693 ejecutados con sentencia, 10.405 prisioneros, de los que al menos 1.549 murieron en prisión, 1.015 asesinados sin sentencia… Pero Manuel Ortiz reconoce que pueden ser muchos más. Aunque el trabajo está inconcluso, en la base de datos victimasdeladictadura.es hay ya 23.876 registros de represaliados. El equipo que dirige Ortiz confía en que el gobierno regional salga de su parálisis y asuma su papel en la recuperación de la memoria histórica en Castilla-La Mancha.

Emilio Sales, presidente del Foro para la Memoria Histórica de Castilla-La Mancha (y del Foro de Memoria Histórica de Toledo), coincide en señalar la indiferencia que está mostrando la administración autonómica en este tema. “No está haciendo nada. Desde que se aprobó la Ley de la Memoria Histórica han pasado varios gobiernos por el Estado, la Comunidad Autónoma y los municipios y no ha habido mucha voluntad política para resolver esta cuestión, primero porque se decía que era muy peligroso y últimamente porque ya es cosa del pasado. Pero el futuro hay que crearlo sobre la base de la verdad y la recuperación de las víctimas. El presidente Barreda ya dijo en su día que no quería saber nada de esto. Con Cospedal fuimos a peor, y ahora seguimos sin ver voluntad política. A nivel municipal sí se han hecho cosas, como en Toledo, que se hizo del Patio 42 del cementerio un Lugar de Memoria a los represaliados enterrados en esa fosa común. Pero quedan muchas cosas pendientes que ni siquiera son cuestión de dinero, sino de voluntad”.

Emilio Sales, activista infatigable en pro de recuperar la memoria histórica -”yo prefiero llamarla memoria democrática”, matiza- ha participado en localización de fosas y en exhumaciones, se ha entrevistado con supervivientes de la represión o sus familiares y conoce al dedillo el trabajo de los historiadores locales. Desde su experiencia, reconoce que “el balance de muertos por la represión franquista es aproximado, las cifras reales serán imposibles de conocer; tampoco será posible localizar todas las fosas que hay por cunetas y campos, ni se podrá exhumar a todos. En el tema de las fosas comunes, en las que hay muchos cuerpos es muy complicado y costoso la labor de exhumación e identificación de todos los restos, y sería mejor convertir todos esos sitios en lugares de memoria, dignificarlos con un monolito con los nombres, como ya se ha hecho en Toledo, en Quintanar de la Orden -en la fosa con 40 fusilados en 1939- y en otros sitios de la región”.

Emilio Sales denuncia que, pese a la obligación legal de suprimir nombres y símbolos franquistas en calles, edificios públicos y municipios, en Castilla-La Mancha aún hay gran resistencia a hacerlo. “Toledo es la provincia de España que más calles con nombres franquistas conserva, y el municipio líder es Fuensalida, aunque hay otros 46 que mantienen vivo el franquismo en su callejero. Y aún quedan colegios que llevan nombres de generales franquistas”, asegura el presidente del Foro de la Memoria Histórica, que recuerda como la Guardia Civil ha tenido que proteger en varias ocasiones al movimiento memorialista de quienes prefieren que la memoria histórica siga dormida.

NOVEDADES EN EL ALCÁZAR DE TOLEDO

La hermosa fachada norte del Alcázar de Toledo ha estallado en los primeros días de septiembre de luz, color y sonido. El espectáculo Luz Toledo ha proyectado sobre ella impactantes imágenes de la historia de la ciudad, de la que forma parte el propio edificio. Pero no hay luz sobre el episodio más sombrío que representa el Alcázar.

Sede actual de la Biblioteca de Castilla-La Mancha y del Museo del Ejército, el Alcázar mantiene en manos privadas su cripta, en la que yacen con honores cerca de 200 militares y civiles que defendieron el Alcázar junto a los golpistas que acabaron con el régimen democrático de 1936. En esta cripta están enterrados los generales Moscardó (desde 1956) y Milans del Bosch (en 1997). A raíz del Real Decreto aprobado recientemente por el Gobierno de España para sacar los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, Izquierda Unida y Podemos han presentado sendas iniciativas parlamentarias pidiendo la exhumación de Moscardó y Milans del Bosch.

IU Castilla-La Mancha, a través de la diputada Eva García, ha preguntado al Gobierno español si tiene voluntad para cumplir la Ley de Memoria Histórica y acabar así con la situación “anómala e ilegal” que se da en el Alcázar de Toledo. “Nos referimos al uso privado que se hace de la cripta de El Alcázar, así como de las diferentes manifestaciones de exaltación de aquellos que provocaron una guerra civil y una dictadura de corte fascista durante casi cuatro décadas en España, en ese edificio público”, explica el Área de Memoria Democrática de IU CLM, que denuncia que “aún hoy, la denominada ‘Hermandad del Alcázar’ organiza misas de ‘exaltación a los caídos en Toledo’ y celebran su propia procesión a finales de septiembre”.

Por su parte, Podemos Castilla-La Mancha ha registrado en las Cortes regionales una Proposición No de Ley para instar al gobierno de España a la retirada de los restos de los generales José Moscardó y Jaime Milans del Bosch, para dar así cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica. Además, solicita el compromiso expreso del Gobierno regional y del ayuntamiento de Toledo para colaborar con el Gobierno central en este fin. “No es una cuestión de ideologías ni de partidos, es una cuestión de derechos humanos y de justicia”, ha declarado la diputada regional de Podemos María Díaz.

El gobierno socialista de Castilla-La Mancha no ha cogido el guante, en línea con la actitud pasiva que mantiene en la Recuperación de la Memoria Histórica. Por su parte, el presidente del Foro para la Memoria Histórica de Toledo, Emilio Sales, asegura que “colaboraremos con todas las iniciativas que se presenten para acabar con estos privilegios”.

MAPAS DE MEMORIA, EL GRAN PASO AL FRENTE DE LA DIPUTACIÓN DE CIUDAD REAL

El presidente de la Diputación de Ciudad Real, José Manuel Caballero, junto a familiares de represaliados por el franquismo.

La Diputación provincial de Ciudad Real, presidida por el socialista José Manuel Caballero, ha dado un gran paso para la recuperación de la Memoria Histórica en su ámbito territorial. Con una aportación económica de 50.000 euros, ha respaldado el proyecto de investigación que ha permitido poner nombre y apellidos a 3.887 hombres y mujeres asesinados por el franquismo en la provincia de Ciudad Real (entre ellos, 105 alcaldes y decenas de concejales, junto a cientos de jornaleros, ferroviarios, mineros, maestros…) En este terrible listado se cuentan los asesinados a sangre fría en 1939 (conocidos como ‘cuneteados’), los ejecutados con sentencia de los tribunales militares entre 1939 y 1945, los muertos en la cárcel y los fusilados en la sierra (maquis). Todos los nombres de las víctimas junto a una pequeña biografía y datos personales se recogen en el libro Mapas de Memoria, que fue presentado el pasado mes de enero a familias y amigos de las víctimas en un emotivo homenaje celebrado en la sede de la Diputación ciudadrealeña (las tres imágenes de este recuadro corresponden al citado encuentro).

No se frena aquí la voluntad política de esta diputación para cumplir con la Ley Estatal de la Memoria Histórica que se aprobó en 2007. Caballero se ha comprometido a que en 2019 no quede en toda la provincia una fosa común sobre la que no se haya indagado, localizado y, si es voluntad de los familiares, exhumado para la identificación de quienes allí fueron arrojados entre los años ’30, ‘40 y ‘50 del siglo pasado. “Tenemos una Diputación muy saneada y no faltarán recursos para este fin. Actualizaremos nuevos datos, se localizarán las fosas y se actuará sobre ellas, exhumando lo que se pueda, construyendo memoriales allí donde se decida, para la recuperación de la memoria democrática”, aseguraba José Manuel Caballero a los familiares de las víctimas.

Desde el año 2011, un equipo de investigación dirigido por el antropólogo Julián López -presidente del Centro Internacional en Estudios de Memoria y Derechos Humanos de la UNED- indaga en archivos y recoge testimonios orales para sacar a la luz este oscuro capítulo de nuestra historia. “Ciudad Real es la provincia con más víctimas mortales de toda España durante la postguerra, y la séptima si incluimos los datos de la Guerra Civil, ha destacado López ¿Por qué una represión tan dura? Los fusilamientos, los disparos al amanecer y el garrote vil -una técnica muy empleada en Valdepeñas, no sabemos la razón- tienen un punto de espectáculo y venganza: es la pedagogía del fusilamiento”.

El libro Mapas de Memoria (que se publicará y distribuirá en los próximos meses) va más allá de una sucesión de nombres, profesiones y fecha y causa de la muerte. “Nuestro trabajo consistía en ir buscando muertos. Hemos visitado centenares de casas, hemos hecho más de 50.000 kilómetros por la provincia de Ciudad Real, hemos registrado cientos de entrevistas de las que salíamos emocionalmente agotados, pero intelectualmente gratificados. Nos estaban esperando. Y ese listado de nombres entregados es fruto en buena medida de su memoria. Del tesón de tantas madres, hijas y nietas que han conservado en relato, las cartas de despedidas, las fotografías, las listas de fusilados de sus pueblos. Gracias a todos ellos, pero sobre todo a ellas, ha sido posible esta recuperación”, manifestaba Julián López en el acto público de presentación de Mapas de Memoria.

Las 3.887 víctimas que se rescatan del olvido en Mapas de Memoria no son todas las que hubo en la provincia. Los investigadores reconocen que “posiblemente nos quedan por sumar alguna decena más, quizá algún centenar más”. El equipo de investigación lo integran, junto a Julián López García,  María García Alonso, Jorge Moreno Andrés y Alfonso Villalta Luna (del Departamento de Antropología Social de la UNED); Tomás Ballesteros y los estudiantes del Máster y Doctorado Pilar Rodrigo, Isabel Rodríguez, Pedro Patón (UNED) y Luis Pizarro Ruiz (profesor de Historia Contemporánea de la UCLM Francisco Alía, autor de “La guerra civil en retaguardia: conflicto y revolución en la provincia de Ciudad Real (1936-1939)”.

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