Calvo explicó a la Iglesia que el Ejecutivo impedirá el entierro en la catedral para que no se convierta en un lugar de exaltaciónCalvo explicó a la Iglesia que el Ejecutivo, a través de la Ley de Memoria Histórica, impedirá el entierro en la catedral para que no se convierta en un lugar de exaltación

CARLOS E. CUÉ

Madrid 30 OCT 2018

El Gobierno ha dado un giro de 180 grados en el complejo asunto del entierro de los restos dell dictador Francisco Franco después de la reunión de Carmen Calvo, la vicepresidenta, y el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin. Si hasta ahora el Ejecutivo decía que no podía hacer nada para impedir que fuera enterrado en catedral de La Almudena, como quiere la familia, Calvo ahora señala que el Ejecutivo “tiene mecanismos”, a través de la Ley de Memoria Histórica, para impedir que los restos acaben allí, y así se lo explicó al número dos del Papa. Los restos ni irán «en ningún caso» a la cripta de La Almudena, según explicó la vicepresidenta, que dijo que entre la Iglesia y el Gobierno están buscando una salida para que vayan a otro lugar.

Hasta ahora, tanto el presidente del Gobierno como la vicepresidenta habían asegurado que el Ejecutivo no podían hacer nada para evitar que los restos del dictador fueran enterrados en pleno centro de Madrid, en una cripta que la hija de Franco compró a la iglesia en la catedral de la Almudena.

En declaraciones a los medios de comunicación, Calvo ha asegurado que en la entrevista que mantuvo el lunes con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, acordó que Gobierno e Iglesia intentarían «encontrar una salida» para inhumar los restos de Franco cuando sea exhumado del Valle de los Caídos, salida «que obviamente no puede ser La Almudena». En el comunicado que emitió el Gobierno tras el encuentro en el Vaticano se aseguraba  que el cardenal Parolin había garantizado a la vicepresidenta que se iba a oponer a la exhumacio´n de los restos de Francisco Franco del Valle de los Cai´dos. Respecto a la inhumacio´n, ambos coincidieron en la necesidad de buscar una solucio´n y seguir manteniendo el diálogo.

Calvo ha recordado que el Estado tiene la obligación de vigilar que el dictador no sea enaltecido en ningún punto de España, por lo que sus restos deberán inhumarse «en un lugar en condiciones de dignidad, pero en ningún lugar en los que pueda ser objeto de ningún tipo de homenaje». La vicepresidenta ha subrayado además que cuenta con el apoyo del propio cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que «ya dijo el otro día que a ellos no les parece bien» que los restos del dictador se trasladen allí, como pretende la familia.

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