Asociaciones memorialistas y dirigentes políticos mostraron su rechazo al traslado de los restos del dictador a la Almudena
En un acto multitudinario en el Auditorio Marcelino Camacho#NiValleNiAlmudena. Bajo este paraguas, más de cien colectivos de memoria histórica, sindicatos y organizaciones políticas y sociales de todo tipo, se unieron ayer para evitar que los restos del dictador Francisco Franco sean inhumados en un edificio emblemático de la capital, que acabe convirtiéndose en un lugar de peregrinación y exaltación del fascismo y la dictadura.
Se han recogido 100.000 firmas para que los restos del dictador genocida no sean trasladados al centro de la capital.
Las organizaciones de #NiValleNiAlmudena no van a consentir que el cuerpo del dictador sea trasladado a la cripta de la catedral de La Almudena de Madrid, donde la familia dispone de una “tumba a perpetuidad”, tal y como desean sus nietos. Si esto se produce, el templo, uno de los edificios más visitados de la capital, se convertiría en un foco de atracción de nostálgicos de la dictadura y fascistas de todo tipo y condición, de aquí y de fuera de nuestras fronteras. Hay que subrayar que La Almudena se encuentra a escasos metros de la Plaza de Oriente, el lugar desde el que Franco solía realizar sus arengas de masas.
Hasta el momento, además de organizar la manifestación del pasado 25 de octubre, en la que varios centenares de personas marcharon desde Sol hasta la catedral al grito de “Madrid sin Franco”, el centenar largo de colectivos de la campaña “Ni Valle, Ni Almudena” han enviado una carta con su petición al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y a la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena y hacer un «llamamiento público a la ciudadanía para que exprese su desacuerdo y se movilice, con el fin de impedir que se consume tal escarnio».
“Franco fue un general golpista que instauró una dictadura y secuestró la soberanía nacional por la fuerza durante 40 años, y el máximo responsable de un régimen de represión y terror ejercido, de múltiples formas, sobre cientos de miles de personas. El entierro de Franco en La Almudena supondría una vejación y una humillación para las miles de víctimas del franquismo, para sus familias, y para el conjunto de la sociedad”, sostienen los grupos democráticos en su misiva.
“Asimismo -continúan-, si finalmente se enterrase al dictador en La Almudena, la catedral y el centro de Madrid se convertirían en un centro de peregrinación de los nostálgicos del franquismo y de los fascismos europeos, y como respuesta, en un lugar de movilización antifascista. Ello tendría consecuencias enormemente negativas para la imagen de Madrid, y para la convivencia de los vecinos y vecinas de la ciudad, y sus visitantes”.
“Una democracia no puede honrar a un dictador, como han expresado reiteradamente los organismos internacionales de Derechos Humanos. Solicitamos de ustedes, desde las diferentes responsabilidades que ejercen actualmente, que tomen las medidas necesarias para que Franco no sea enterrado en la catedral de La Almudena tras su salida del Valle de Cuelgamuros. Las asociaciones y colectivos firmantes nos oponemos frontalmente a que este hecho se produzca, y hacemos un llamamiento público a la ciudadanía para que exprese su desacuerdo y se movilice, con el fin de impedir que se consume tal escarnio”, concluyen las asociaciones en su escrito.
En numerosas intervenciones de destacados dirigentes de estas organizaciones políticas y sociales se argumentaron razones de sobra sobre la anomalía que supone España respecto al resto de democracias europeas o latinoamericanas, donde los procesos de «Verdad, Justicia y Reparación» concluyeron o se hallan en momentos muy avanzados. Recordemos que el Estado español ha sido denunciado en varias ocasiones por Naciones Unidas o Amnistía Internacional por no cumplir con la recuperación de la memoria histórica, por no «establecer nunca una política de Estado en materia de verdad, sin que exista información oficial, ni mecanismos de esclarecimiento de la verdad, o que el modelo vigente de privatización de las exhumaciones, delegue esa responsabilidad a las víctimas y asociaciones….» entre otras cuestiones.
El Secretario General de CCOO en Madrid, Jaime Cedrún López, apuntó que «los restos de Franco deben estar condenados a la clandestinidad para que nadie sepa donde están. Ni en el Valle de los Caídos ni en la catedral de la Almudena»; Mauricio Valiente, tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, institución que se opone a llevar a Franco a la Almudena destacó que «no hay democracia sin antifascismo», y ha añadido con rotundidad “no vamos a aceptar este enterramiento en la ciudad”; El diputado de ERC Joan Tardà ha apelado una unidad de las fuerzas de izquierda que realmente permita conseguir “lo que no se pudo en 2007”, en referencia a una Ley de Memoria Histórica que considera claramente insuficiente. A su vez, ha anunciado que el Gobierno de Pedro Sánchez ha aceptado la petición de su partido de anular todas las sentencias de tribunales franquistas a cambio de sumar su apoyo a la expulsión de Franco de la Almudena. “Han vuelto a dar la palabra, vamos a ver si en los próximos meses cumplen”, ha indicado el parlamentario catalán. Por último, ha exigido que el Estado reconozca su responsabilidad en el envío de miles de republicanos catalanes y españoles a los campos de concentración nazis, que se reconozca jurídicamente a las víctimas y que se repare la memoria de la lucha armada; La diputada de Izquierda Unida Eva García Sempere ha alertado de que “el fascismo está en uno de sus mejores momentos” y es necesario seguir peleando por “sacar a Franco de la Almudena, sacar a Primo de Rivera también del Valle, quitar la Ley de Amnistía y acabar con el silencio de la Iglesia sobre los bebés robados”.
