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LAS FOSAS COMUNES DE GRANADA, EN LA MEMORIA.
Cecilio Gordillo Giraldo - Junio 2004




En los próximos días (14 de Junio) se va a cumplir un año que se iniciaban en Andalucía (Lecrín y Orgiva, en Granada) una serie de acciones públicas encaminadas a "despertar" la memoria en relación a las fosas comunes donde siguen los restos, de aquellos anónimos (o con rostro) ciudadanos -defensores de la legalidad vigente- que fueron asesinados durante la represión que siguió al golpe de estado de 1936 y en algunas ocasiones para despertarnos lo mejor es echandonos un cubo de agua fría, en estos casos, se intentaba poner los restos a la vista de todos, y esos deseos fueron muy bien trasladados a la sociedad a través de los medios de comunicación.

Otra cuestión es la vergonzosa, y generalizada, práctica política de dilatar en el tiempo una solución a los problemas sociales, con la esperanza de que los interesados se aburran, se está intentando hacer realidad en un tema como el de las fosas comunes, sin pensar que tras esperar más de sesenta y siete años (incluido los 27 de democracia), aún no es el momento, político, de solucionar definitivamente esta asignatura, pensando -tal vez- que, muertos los más directos afectados, no habrá una generación posterior que reivindique la dignificación de sus nombres y de sus restos. En el ámbito judicial más o menos igual, ya que los juzgados de Orgiva siguen sin contestarme a la denuncia que presenté, en el cuartel de la Guardia Civil de esa localidad, el 30 de Agosto de 2003.

Y no sería mala idea analizar -brevemente- los cambios políticos ocurridos en este año natural, a saber: La Junta de Andalucía sacó a la luz un Decreto de actuaciones sobre esta materia (2 de Diciembre 2003) y una Orden (Abril de 2004) y una más que saldrá estos días, por las cuales se ponen los medios para la localización (investigación) e intervención (colocación de monolitos y exhumación) en las fosas comunes, que lo único que ha posibilitado, hasta ahora, es la recuperación de una parte de los restos de los asesinados en El Bosque (Cádiz). Lamentablemente a los más interesados, o sea la familia, se les niega la posibilidad de solicitar directamente la exhumación a la Junta, y evidentemente, hacerlo a través de algunas asociaciones (es una de las posibilidad que se les ofrece, la otra es los ayuntamientos) que no están por la tarea, se lo hacen complicado resolver definitivamente este trauma. De los ayuntamientos mejor no hablar.

Pero también debemos tener en cuenta que ha habido un cambio de gobierno de España, que trasladado a esta realidad en Granada, significa que ahora los responsables de la Confederación Hidrográfica del Sur (hasta ahora Ministerio de Medio Ambiente y que próximamente se transferirá a la Junta) son del color -ideológico y político- de los cadáveres existentes en el Barranco del Carrizal, y cuyo número sigue siendo una incógnita hasta, que de una vez por todas, se tome la decisión de exhumar, y al menos contar -todo ello sea para arrojar luz sobre la "huida de Málaga" que ahora se está recordando en esa ciudad hermana- los malagueños y malagueñas existentes en el segundo cementerio de Orgiva.

De la "extenuante espera" para la exhumación de LA FOSA, la de Viznar, algún día muchos (incluido asociaciones) tendrán que dar explicaciones.