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Fòrum 2004. La memoria fusilada
El Periódico de Catalunya - 21 de junio de 2004



Traumatizadas Àngels y Montserrat Codina, ayer, en el Fòrum. Foto: FERRAN NADEU


Artículo relacionado: Como el Fòrum 2004 contribuye a borrar la memoria histórica. El Fòrum al Camp de la Bota
JOSEP MARIA TREPAT I RIBA. Barcelona. (text publicat avui a la secció de cartes al director d'El Punt-Barcelona) - 27/04/2004 http://www.nodo50.org/foroporlamemoria/documentos/2004/forum2004_27042004.htm


• Un centenar de amigos y familiares de los ajusticiados tras la guerra civil en el Camp de la Bota exigen que la democracia les restituya el honor
• El paredón forma parte ahora del recinto del Fòrum

JORDI CASABELLA
BARCELONA

Joan Codina Fradera, un payés y tratante de ganado de Llinars del Vallès (Vallès Oriental) fusilado en el Camp de la Bota el 4 de marzo de 1939 por estar afiliado a ERC, nació tal día como ayer de hace 108 años. Dos de sus tres hijas, Montserrat, de 77 años, y Àngels, de 75, acudieron ayer al macabro escenario de su asesinato para homenajear a "un hombre bueno, generoso, alegre y con mucho empuje, que respetaba los ideales de los demás". Era una forma de reclamar que se restituya el honor a los miles de ajusticiados en aquel enclave entre 1939 y 1952 que hoy forma parte del recinto del Fòrum.
Las hermanas Codina acudieron al llamamiento de la Associació Promemòria als Inmolats per la Llibertat a Catalunya que persigue que la democracia española deje de responder a sus requerimientos con "el silencio o la indiferencia", según denunció el vicepresidente de la entidad, Pere Fortuny, que dijo sentir "pena y verguenza" por el trato que los distintos Gobiernos democráticos les han dispensado. Fortuny exigió que se reconozca "la injusticia que se cometió con los masacrados", anulando la validez de los procesos sumarísimos que padecieron.

Ofrenda floral
Junto al monumento que se levanta en la plaza de la Fraternitat del Fòrum, instalado allí en 1992 para honrar a los fusilados en la playa del Camp de la Bota, se congregaron ayer más de un centenar de familiares y amigos de las víctimas del franquismo, para realizar una ofrenda floral, a los que acompañó el alcalde de Barcelona, Joan Clos.
Las hermanas Codina depositaron unas flores al pie del monumento y finalizado el acto, mientras trataban de contener las lágrimas, explicaron que ellas y su hermana han vivido "traumatizadas" por la desaparición de su progenitor. "Tras una infancia feliz, hemos padecido siempre depresiones", confesó Ángels.
Montserrat se esforzó por contar que a su padre se lo llevaron en un camión a Granollers, donde pudo darle un beso un día antes de que lo matarán gracias a la benevolencia de un guardián conmovido por la presencia de la niña a las puertas del presidio. Recordó que su madre buscó infructuosamente la mediación del cura, al que el apresado protegió en los primeros días de la guerra civil, y que el cacique del pueblo acabó por condenarlo a muerte.
Después, siendo ya una niña triste tuvo que comparecer periódicamente en el Ayuntamiento porque querían encarcelar a la madre. A la viuda, con 37 años, le acusaban de señalar a los "criminales" que acabaron con la vida del marido cada vez que, acompañada de las hijas, se cruzaba con ellos en la calle.
Los restos de Joan Codina fueron arrojados al Fossar de la Pedrera del cementerio de Montjuïc y la presión de los falangistas de Llinars expulsó a la esposa y a las hijas a Barcelona, donde Àngels, con 10 años, y Montserrat, con 12, se pusieron a trabajar, mientras la madre iba de casa en casa a planchar. Medio siglo después, Clos admitió que la democracia aún no ha hecho los deberes: "Hay que recuperar la dignidad y la memoria de los que dieron su vida por la democracia y la libertad". Justo lo que Àngels y Montserrat hicieron ayer.