El informe que describió al régimen. En agosto de 1962, el ex falangista Dionisio Ridruejo diseccionó al franquismo para conocimiento del Gobierno Kennedy
EDUARDO MARTÍN DE POZUELO - 12/08/2005
EN ESPAÑA, EL SISTEMA político "consiste en una institución-persona y el dictador concentra todos los poderes del Estado"
El 17 de agosto de 1962 la Casa Blanca recibió desde su embajada en Madrid un informe en el que se presentaban a varias personas, todas ellas de la oposición franquista, que en opinión del ministro consejero de John F. Kennedy, Robert H. Mc-Bride, y por indicación de Enrique Tierno Galván - el político y sociólogo socialista que había sido procesado en 1957 por sus actividades políticas- sería conveniente que fueran invitadas a EE. UU. Entre ellas figuraba Dionisio Ridruejo, al que describían como un ex "ferviente falangista, conocido como el poeta de la Falange antes de que se volviera contra el régimen. Escribe bien - decían de él- pero en años recientes sus incesantes actividades de oposición le han dejado poco tiempo para nada más. Es el responsable de un pequeño partido socialista de izquierdas, el PSAD (Partido Social de Acción Democrática) y vive en el exilio".
Cuando Washington recibió la referida nota, Ridruejo ya era lo que entenderíamos coloquialmente como un viejo conocido de la Administración Kennedy, debido a que había sido el autor de un crudísimo informe sobre el franquismo recibido en la Casa Blanca el 10 de agosto anterior. La copia en español del texto de Ridruejo se guardaba en los archivos nacionales de EE. UU. adjunta a una nota en la que Arthur Schlesinger jr. Asistente Especial del presidente Kennedy, recomendaba su lectura. Leído hoy, el informe del poeta falangista es todavía el vivo retrato de una España que sólo quedó atrás a partir del 20 de noviembre de 1975. Escrita en lenguaje directo, claro y conciso, la nota confidencial de Ridruejo dice: "El Régimen español consiste fundamentalmente en una institución-persona. El dictador concentra todos los poderes del Estado, dirige el Partido único y ejerce el mando supremo de las Fuerzas Armadas. La opinión pública no interviene ni puede intervenir en ningún momento. Las otras instituciones son auxiliares y están sometidas y jerarquizadas. Las Cortes que auxilian al legislador no son representativas ni soberanas. Los hombres que las componen deben su nombramiento, directa o indirectamente, al dictador. El Consejo de Ministros funciona bajo la presidencia del dictador: sus miembros son nombrados y separados por su exclusiva decisión. El partido único consiste en una burocracia jerarquizada y bajo su dependencia los sindicatos son igualmente burocráticos y jerárquicos. Son jerárquicos por su propia naturaleza los tres ejércitos que controlan técnicamente las fuerzas armadas de policía y los tribunales especiales de represión política. El poder judicial que no controla esos tribunales, sufre una constante mediatización potencial".
Así comienza el texto de Dionisio Ridruejo y así describe al régimen de Franco, para el conocimiento preciso del Gobierno de los Estados Unidos.
Más adelante, el poeta ex falangista, que fue voluntario en la División Azul y que se había convertido en feroz opositor a Franco y su montaje, actitud que le supuso a lo largo de su vida destierro (en Sant Cugat del Vallès, por ejemplo), encarcelamiento y exilio; arremete contra la corrupción y el fraude, pero especialmente contra la falta de libertades. "Las garantías individuales acordadas por la ley no incluyen el derecho de libre aso-ciación política ni profesional, el derecho a la huelga, los de expresión, información, cátedra, ni prácticamente el de confesión religiosa, existiendo principios de discriminación religiosa a favor de los católicos. La enseñanza es obligatoriamente confesional en todos los grados y en todos ellos es obligatoria la enseñanza de los principios del Movimiento. Otras garantías como las de libre residencia o el derecho a no ser detenido más que por decreto judicial se suspenden con frecuencia y se violan regularmente. No hay recursos suficientes, ni derecho a la publicidad. La prensa y las actividades intelectuales están sometidas a censura".
Para Ridruejo la discriminación entre vencedores y vencidos de la Guerra Civil era una práctica evidente que aún se mantenía en aquella España de los años sesenta que pugnaba por ser reconocida internacionalmente y que se abría al turismo. De hecho, para el autor del informe, los cambios habidos desde 1939 eran más aparentes que reales y así se lo dijo a los norteamericanos: "Ninguno de estos aspectos ha cambiado formalmente desde 1939. Los cambios ocurridos en el Régimen son de hecho y se refieren a una cierta liberalización de métodos pero nada impide al dictador ejercer la plenitud de sus poderes y volver a una situación de rigor en cualquier momento".
Frente a la situación descrita, en la que, no obstante, Ridruejo percibía un cierto cansancio del régimen más bien motivado "por la edad del dictador" y por la presión de algunos sectores económicos, el español exponía unas consideraciones en representación de la oposición democrática española. Así, anunciaba que debía "metodizarse el ejercicio de la oposición ilegal o clandestina" y también ejercer "presión social directa como huelgas, manifestaciones, ejercicios de resistencia civil pacífica y usos de medios de información clandestina". Ridruejo sostuvo que "en todo caso debía formalizarse un instrumento de gobierno capaz de ofrecer a España una alternativa pacífica y democrática, impidiendo que a la caída o muerte del dictador se cree un vacío político y hagan explosión las fuerzas de subversión extremistas o se reinstalen en el poder fuerzas reaccionarias del propio régimen".
En esta línea, el documento hallado en Estados Unidos contiene los nombres personas o partidos que, a tenor de la nota de presentación que acompaña al escrito de Ridruejo, se consideraron necesarios que la Administración Kennedy tuviera en cuenta, y que se refieren a la reunión de españoles demócratas en Munich ante el Movimiento de Europa y que Franco y el franquismo bautizaron con miedo y desprecio como el contubernio de Munich."Participaron en dicha reunión - escribe Ridruejo- las dos fuerzas presumiblemente más importantes de la oposición democrática: Democracia Social Cristiana (Sr. Gil Robles) y el PSOE".
Tras la larga exposición inicial en la que describía al régimen, Ridruejo pasó al capítulo de peticiones para combatir al enemigo.
Es decir, a enumerar las necesidades de la oposición que se podían satisfacer desde EE. UU. Así pues, decía, "la oposición democrática unificada necesita de socorros de toda especie" tales como "protección y reconocimientos oficiosos en el plano internacional; ayudas económicas y técnicas" que irían destinadas, entre otras cosas, a montar una emisora de radio libre que emitiera desde fuera de España para informar a los españoles. Esta cuestión obsesionaba al escritor pues su texto acaba subrayando que "en el momento actual no existen para el pueblo español otros medios informativos que los que el régimen monopoliza y la Radio Comunista de Praga".
Un hecho que en su opinión dejaba siempre al margen a la oposición democrática española no comunista, pues si los que aludían a hechos relacionados con las actividades políticas contrarias al régimen era los medios españoles, desinformaban, manipulando los datos y si la que informaba era la emisora de Praga, el asunto aparecía atribuido o interpretado "según la conveniencia" de los comunistas.
Investigación: Eduardo Martín de Pozuelo Edición: Iñaki Ellakuría Documentación: C. Salmurri, F. Martínez Mañana: "Kennedy y su espada de Toledo" / 35
KENNEDY Y LA OPOSICIÓN Las peticiones del general Asensio a Kennedy IÑAKI ELLAKURÍA - 12/08/2005
Kennedy fue visto por la oposición española como un aliado, incluso antes de que en 1961 se convirtiera en el primer católico en alcanzar la presidencia de EE. UU. Las relaciones, en su mayoría epistolares, entre el joven presidente y los exiliados españoles fue constante. El 20 de enero de 1961 el ministro delegado del gobierno de la República en el exilio, el general José Asensio, se dirigió a Kennedy en términos elogiosos: "Hoy me pongo de nuevo en contacto con usted para hacer fervientes fotos porque el éxito acompañe su alta gestión y pronto el mundo disfrute de paz y se ponga término a la guerra fría".
Acto seguido, Asensio expuso su visión sobre la difícil situación de España y recordó al líder norteamericano que "el pueblo español, representado en el exilio por mi gobierno, viene luchando desde 1936 por la libertad y la democracia para asegurarse las cuatro libertades preconizadas por el recordado presidente Roosevelt".
Asensio, al finalizar su escrito, lanzó una petición a Kennedy: las cosas han de cambiar. "Esperamos que las palabras del general Franco de que sigan las relaciones entre el feroz dictador de España y esta Gran Democracia Líder del Mundo Libre como los pasados diez años, merecerán de parte de usted y de su gobierno una atención protocolaria fría pero no una entusiasta acogida", escribió Asensio, quien advirtió sobre cómo afectaría a España una posible relación favorable entre Kennedy y Franco: si ésta existiera, "pudiera arrastrar al hoy sometido pueblo español por derroteros futuros que todos tratamos de evitar".
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