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Crónica de un día largamente esperado. Crónica y galería fotográfica del acto de señalización del lugar donde fueron fusilados más de 2.000 republicanos
Fòrum per la Memòria del Paìs Valencià - Paterna - 5 de enero de 2005

 

Vicent_Cansera_Garc_a__testigo_de_la_matanza.jpg
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Paterna_Tapia_del_cementerio.jpg
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Paterna_Pintura_de_Vicent.jpg
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Paterna_Minuto_de_silencio.jpg
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Paterna_Maqueta_de_Vicent_sobre_los_fusilamientos.jpg
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Paterna_lugar_de_fusilamiento.jpg
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Paterna_Camino_por_el_trasladaban_a_los_fusilados.jpg
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Paterna_Camino_al_cementerio.jpg
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Paterna_asistentes_al_acto.jpg
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Hoy, 5 de enero de 2.006, con el luminoso sol de la mañana como testigo privilegiado, hemos estado un grupo de personas en los antiguos terrenos militares del Campo de Tiro de Paterna (Valencia), antes solitarios y hoy cercados ya por la urbanización creciente que pronto los hará desaparecer. Concejales del Ayuntamiento de Paterna, el topógrafo y el aparejador de la Empresa Municipal, miembros del Fòrum per la Memòria del Paìs Valenciá y de la Plataforma 14 de abril de Valencia, junto a un vecino del lugar, que fue testigo presencialde los horrendos crímenes que aquí tuvieron lugar repetidamente hasta hace 50 años. El grupo es diverso, pero tiene un propósito común: reconocer y fijar con precisión el lugar donde fueron fusilados tantos hombres y mujeres condenados por haber sido leales a la legalidad republicana, para poder así preservar el lugar y honrar su memoria, con un monumento que exprese el reconocimiento a quienes cayeron por defender la libertad frente al franquismo y honre los valores que les costaron la vida, aquellos en los que hoy nos reconocemos y en los que ponemos esperanza de futuro.

De todas las partes los trajeron a morir aquí. Muchos del País Valenciá: Albalat de la Ribera, L´Alcudia, Burjassot, Aiora, Benaguassil, , Alzira, Alberic, Benifaió, Alcoi, Benigànim, Cullera, Carlet, Gandía, La Font de la Figuera, Castelló de la Ribera, Valencia, Xátiva, Massamagrell, o­ntinyent, Torrent…Pero también de fuera: Albacete, Barcelona, Badajoz, Girona, Osca, Córdoba, Madrid, Jaén, Murcia, Santander, Toledo, Zaragoza…una lista interminable. A la hora de matarlos, no discriminaban, eran de todas las edades y condición: labradores, obreros, militares, amas de casa, sindicalistas, diputados…Desde 1.939 hasta 1.956, en este lugar se mató a 2.238 personas (hablamos de casos documentados, sabemos que hay otros muchos sin documentar), pasados por las armas de los soldados de Franco primero y por las de la Guardia Civil del Régimen más tarde por ser simpatizantes o defensores de la II República Española.

El acto, como no podía ser de otra manera, ha sido de fuerte contenido emotivo. Casi nadie hablábamos, escuchábamos las explicaciones de Vicent Cansera Gómez, que tenía 8 años cuando (empezó) aquella barbarie. Le escuchábamos y mirábamos la maqueta que había realizado “para que os hagáis una idea de cómo los ponían para matarlos" Era pequeño pero lo recuerda todo con memoria fotográfica. “Veníamos los chiquillos todas las mañanas y al atardecer, nos escondíamos detrás de las garroferas hasta que dejaban de matar y luego recogíamos los casquillos de las balas para venderlos porque eran de metal. Desde allí escuchábamos los gritos de los que iban a fusilar. Había quien decía: ¡por favor, no me matéis! Otros decían: ¡Viva la República! Y los demás gritaban: ¡Viva!"

Como veía pasar los años y el lugar se borraba (el lo llama “El Terrer"), llenándose de maleza y de pinos, pintó sus recuerdos en un cuadro “por si un día me fallara la memoria". Nos cuenta que después de matarlos los trasladaban al cementerio donde habían cavado unas fosas enormes. “Los charcos de sangre, los tapaban con arena", puntualiza. Domingo Razalen, teniente-alcalde del Ayuntamiento nos dice que había otros lugares donde también se mataba: “cuentan vecinos que había un sitio al lado de la carretera de Lliria por la que pasaban los camiones llenos de cadáveres atravesando el pueblo, hasta el cementerio, dejando un reguero de sangre. Era tanto el escándalo de los vecinos que desviaron el recorrido de los camiones"

Los pinos y la maleza han invadido “El Terrer" pero aún se conserva un trozo del muro. En él está el agujero donde se escondían los militares y los guardias civiles para protegerse de los disparos. Desde allí sacaban la bandera que era el indicativo para dejar de disparar y comprobar las dianas. La carretera que se ve desde allí, la vegetación, las urbanizaciones… Nadie diría al verlo que fuera el escenario diario de la más negra de las escenas goyescas. Esta mañana soleada en que incluso se podía oír el cantar de los pájaros, era difícil de imaginar la negrura bárbara de tanta muerte. Hemos recorrido el camino hasta el cementerio y al volver, otra vez en el lugar, hemos permanecido en silencio durante un minuto, sobre la tierra que durante años, mañana y tarde, recibió la sangre honrada del pueblo republicano.

El acto de hoy ha sido solo el principio para recuperar y rehabilitar el lugar. Pero sin principio no hay nada, y tampoco sin Memoria del lugar y de los hechos que, desde hoy, ya están señalados en un mapa en manos del Ayuntamiento, para que Paterna pueda preservar este lugar y construir en él el testimonio histórico de la voluntad de un pueblo decidido a que el horror y la infamia no vuelvan a ser posibles.