ESPAÑA: 30.000 DESAPARECIDOS ESPERAN VERDAD Y JUSTICIA ENTERRADOS EN FOSAS CLANDESTINAS
AMNISTIA INTERNACIONAL. Nº 63. OCTUBRE 2003
Izaskun Sánchez y César Ojaz
Cuando por fin aparecieron los primeros restos humanos, los
investigadores pudieron respirar tranquilos. Buscaban a cinco
personas arrojadas a una fosa clandestina 58 años atrás, con
la única ayuda de los datos mantenidos
en secreto durante décadas por algunas personas ya ancianas.
Entre los testigos del hallazgo, apenas unos huesos mal conservados,
unos pocos familiares sintieron la misma emoción de todos
los que encuentran a «sus» desaparecidos, aunque muchos ni
siquiera los conocieron.
Ocurría en España, el pasado 5 de julio, en la localidad segoviana
de Otero de Herreros. Las víctimas eran miembros de la Casa
del Pueblo, arrestados y ejecutados extra judicialmente el
3 de agosto de 1936 por un pelotón de falangistas, partidarios
del golpe militar iniciado el18 de julio contra el gobierno
legítimo de la República.
Pese al tiempo transcurrido, se trataba de la primera fosa
de la guerra exhumada en la provincia de Segovia, aunque se
tiene el rastro seguro de decenas de ellas.
Tampoco se han exhumado muchas más en el resto del territorio
español. Aunque no hay datos oficiales, se calcula que el
número de desaparecidos durante la Guerra Civil y la primera
década de la dictadura franquista asciende a 30.000, repartidos
por toda la geografía española en fosas comunes sin identificar.
Esta cifra, que muchos consideran por debajo de la. realidad,
sólo se refiere a los asesinados extra judicialmente. Según
algunos historiadores, en las zonas controladas por los golpistas
durante la guerra civil (1936-39) se superaron los 140.000
fusilamientos, lo que casi triplica los 50.000 realizados
en las zonas controladas por el gobierno republicano. Una
vez terminada la Guerra Civil, entre el 1939 y el 1947, el
régimen franquista ejecutó a una media diaria de 10 personas.
Al medio millón de muertos y un cuarto de millón de exiliados
producidos por la guerra, se sumaron unos 280.000 presos políticos,
según los datos que se manejan actualmente, miles de ellos
sometidos durante años a trabajo en condiciones de esclavitud
para suplir la falta de mano de obra con la que reconstruir
un país arrasado por la guerra. Se conocieron también casos
de niños arrancados de sus madres presas y entregados ilegalmente
en adopción.
VEINTICINCO AÑOS DE DEMOCRACIA
Esos desaparecidos, víctimas de ejecuciones extrajudiciales,
son los que quiere buscar un movimiento naciente en España,
nucleado en torno a organizaciones como la Asociación para
la Recuperación de la Memoria Histórica, o el Foro por la
Memoria, esta última vinculada al Partido Comunista de España,
que trabajan con equipos de arqueólogos, antropólogos, psicólogos
y abogados voluntarios. Sus actuaciones responden a los llamamientos
de instituciones y familiares, convencidos de que España tiene
aún una gran verdad que recuperar y muchas víctimas que honrar
sin que los años transcurridos sean razón para condenarlas
al olvido.
Una acción emprendida sin el debido apoyo institucional, pese
a que han pasado ya más de 25 años desde que España recuperó
un sistema democrático mediante un pacto de transición en
el que se acordó no remover el pasado, mucho menos buscar
a los desaparecidos.
Desde estas asociaciones se reclama que el Estado pague los
costes de las exhumaciones y las pruebas de ADN para identificar
a las víctimas, y se honre así la memoria de los ejecutados
extrajudicialmente. Algo que piensan intentar incluso por
la vía judicial.
CUESTIÓN URGENTE
Se trata, además, de una cuestión urgente. No hay documentos
oficiales sobre la ubicación de las fosas, tan sólo los testimonios
de los familiares, en su mayoría ancianos, que estaban vivos
cuando se perpetraron los asesinatos, y que en la mayoría
de los casos sobrepasan los 80 años. Algunos investigadores
se han empeñado en hacer un mapa de las fosas antes de que
mueran, pero su ausencia podría dificultar la consecución
de permisos para exhumarlas e identificar los cadáveres.
Se tiene el rastro de fosas sin exhumar en toda España. Cerca
de Mérida (Extremadura) se encuentra una de las más grandes,
en la que se calcula que puede haber 3.500 cadáveres. En la
fosa de Oviedo (Asturias), de 21 metros de ancho por 12 de
largo, hay en torno a 1.316 cadáveres con nombres y apellidos,
pero el total supera los 1.600. El 28 de octubre de 2000,
en Priaranza del Bierzo (Castilla y León), un grupo de arqueólogos
voluntarios encontró en una fosa los restos de 13 civiles
republicanos asesinados en octubre de 1936. Después se han
abierto o localizado otras fosas, que se pretenden exhumar
si se consiguen los medios y permisos necesarios.
En el País Vasco se ha creado una comisión para investigar
la desaparición de más de 3.000 personas durante la Guerra
Civil en la comunidad autónoma, que hasta el momento ha recibido
200 solicitudes, de las que 190 proceden de los familiares
de los desaparecidos.
Por otra parte, la Sección Española de Amnistía Internacional
reclamó a los partidos políticos que promuevan la exhumación
de las fosas, dentro de las propuestas realizadas con motivo
de las últimas elecciones municipales y autonómicas.
«He sufrido mucho siendo testigo de dichas excavaciones,
pero a la misma vez estoy feliz, pues con ello se recuperaron
las memorias de las víctimas y España ha dado reconocimiento
a aquellos que perdieron su vida por el rencor y el odio de
otros.»
«Una de las principales dificultades con las que nos enfrentamos
es el miedo. En muchos pueblos de España todavía la gente
tiene miedo a hablar de la Guerra Civil. la transición española
a la democracia se llevó a cabo dejando al margen la responsabilidad
internacional de todo Estado de investigar las violaciones
graves y sistemáticas a los derechos fundamentales.
»
ESPAÑA ANTE LA ONU
El caso de las fosas comunes de la Guerra Civil llevó hace
unos meses a la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
a incluir a España por primera vez en la lista de países que
tienen desaparecidos, a raíz de una demanda presentada por
la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica,
según figura en el informe 2002 del Grupo de Trabajo sobre
Desapariciones Forzadas, dependiente del Alto Comisionado
para los Derechos Humanos.
La asociación había presentado 64 casos, casi todos referidos
a republicanos asesinados inmediatamente después de la victoria
de Franco en la Guerra Civil, pero la ONU decidió aceptar
sólo los asuntos ocurridos después de la fundación de este
organismo, en 1945. Por eso sólo pudo exigir al gobierno español
información sobre dos casos, aunque 'sin minimizar' la importancia
de los otros 62, una pequeña muestra de los más de 2.000 que
la asociación tiene acreditados. Estos dos casos se refieren
a miembros de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón,
presuntamente perseguidos por la Guardia Civil y desaparecidos
en 1947 y 1949. Además, y en otro orden de cosas, el informe
cita el caso de dos súbditos japoneses, presuntamente secuestrados
por España en 1980 por agentes secretos de la República Popular
Democrática de Corea.
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