Artículos y Documentos

Manuel es (no se ha ido) un ciudadano tierno y rotundo, con la capacidad para estar siempre entero y presente en todo aquello que escribe y nombra.
Antonio Marín Segovia - 18-10-2003


En un país donde abundan las traiciones, donde la amistad es ya una reliquia que se debe buscar para su mera contemplación en esos museos del consumo que tanto proliferan en cada ciudad y pueblo de una tierra, una nación que nunca quiere abrazar a sus hijos... En un país donde se rinde culto al usurero, que elige como presidentes a diestros manipuladores por el simple hecho de saberse acicalar, en un país donde gobiernan aquellos que se adornan con los trajes del dinero ajeno... En una tierra donde son llevados a los altares a todos los que son diestros en mentir y engañar... En una nación donde son admirados los que roban todo, todo lo que es eterno... en un país donde únicamente viven los que son capaces de falsificar el presente para que no tengan sonrisas las nubes y las montañas que puedan crecer en nuestros futuros hijos...
 
En un país donde falta todo lo esencial, donde el agua es una excusa para no escuchar nuestro miedo... En una tierra donde todo lo que una vez fue sencillo y próximo desaparece cada vez que nos cansamos de nuestros silencios, hay un hombre menos; un hombre que es ejemplo cumbre de coherencia, trabajo, dignidad...
 
Nos ha dejado demasiado pronto un enamorado de las palabras, un amante excelso del arte y de lo verdadero. Nos ha sido arrebatado por las Parcas un hombre bueno, un completo y entero hombre: Manuel Vázquez Montalbán, poeta, periodista, novelista... Manolo es y será siempre un CIUDADANO ejemplar, un paseante internacional siempre comprometido con los que no tienen ni voz ni sueños. Y nuestro querido hacedor de historias, nuestro compañero y hermano en la solidaridad y en la vida, ha fallecido solo, en un aeropuerto internacional, después de haber pronunciado varias singulares conferencias en otros países, donde es mejor entendido y valorado que en nuestra España, tierra todavía rota y dividida por culpa de aquellos que son incapaces de reconocer el valor y el papel desarrollado por las víctimas del franquismo para que hoy disfrutemos de una convivencia plural, pacífica, democrática en la piel de toro...
 
Sirvan mis palabras como un apresurado y modesto homenaje a un maestro de la dignidad y de la literatura, siempre comprometido en defender la vida, el diálogo y el compromiso con todos aquellos que sufren y padecen explotación, desprecio, persecución...
 
No hay peor injusticia, no hay peor ignominia que el olvido. Por eso reclamamos, realmente exigimos que las ficciones y las realidades creadas por el siempre vivo amigo Manuel Vázquez Montalbán, acompañen y ocupen algunos momentos de nuestras vidas a partir de hoy. Seguro que esas demoledoras palabras, llenas de nervio y fuego interminable, sirven para barnizar e incluso vacunar nuestras almas arrugadas ante la avalancha fustigadora de la publicidad engañosa, de la banalidad imperante, de la indiferencia maldita que el capitalismo inocula...
 
Manuel es (no se ha ido) un ciudadano tierno y rotundo, con la capacidad para estar siempre entero y presente en todo aquello que escribe y nombra.
 
No podemos olvidar nunca a las personas que nos permiten saber que somos laberinto, un hermoso laberinto que nadie puede recorrer sin la compañía de nuestros conciudadanos... Necesitamos a nuestros semejantes, a hombres como Manuel para no herirnos ante tanta mezquindad.
 
Un abrazo para Manuel desde el Mediterráneo valenciano, ese mar que seguro te acompaña en tus nuevos periplos, allende los cielos.
 
Antonio Marín Segovia
Benicalap - Valencia, a 18 de octubre de 2003