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República i Guerra Civil a l'Ametlla de Mar
Xavier Figueres - 5/02/2003


LA VANGUARDIA - 5/02/2003

Xavier Figueres: 'Ha habido un tiempo de silencio, de olvido'
Historiador local, acaba de publicar 'República i Guerra Civil a l'Ametlla de Mar'

Quien olvida su historia está condenado a repetirla, dicen. Este profesor de 46 años es la memoria histórica de 'La Cala'. Su libro no juzga, sólo explica los hechos. Los mismos que durante demasiado tiempo se quisieron olvidar.

ORIOL AYMÍ - 05/02/2003
-¿Aprendió algo de la Guerra Civil en la escuela?

-Si estudié algo fue muy por encima. Recordábamos esos años con canciones. Los rojos eran los malos, y los nacionales nos salvaron de ellos.

-¿Quién gobernaba en el pueblo en 1936?

-La Lliga Regionalista. Al alcalde, el secretario y a otro concejal se los llevaron los republicanos a Tarragona, al barco cárcel Río Segre. Luego los ejecutaron. Y en l'Ametlla gobernó un comité, que integraba las diferentes fuerzas de izquierda.

-Que debió emprender la tarea de colectivizar la industria, supongo.

-Claro. Se colectivizaron hasta las máquinas de coser de todo el pueblo. A cambio de un jornal, las mujeres cosían para la República. Y la pesca también, por supuesto.

-¿Funcionó?

-No demasiado. Empezó a fallar el suministro de combustible, y los barcos salían a la mar cada vez menos. Era una industria de abastecimiento, para los militares, refugiados y vecinos del pueblo.

-Esta parte de costa está plagada de búnkers...

-La República temía un desembarco cerca de l'Ametlla, y construyó varias fortificaciones y nidos de ametralladoras. La más importante está en Sant Jordi d'Alfama. En el pueblo no había ejército, al comienzo de la guerra, y trajeron milicianos de Manresa, con los que hubo muy buena relación.

-Se equivocaron los estrategas.

-Bueno, lo cierto es que los submarinos de Franco patrullaban el litoral para informar de lo que había, y algunos pesqueros de l'Ametlla estaban obligados a bordear la costa para localizar minas, aunque creo que no encontraron ninguna.

-El pueblo quedó al margen de la batalla del Ebro...

-...No exactamente. Teníamos un hospital de campaña donde venían los heridos. A muchos los enterraron aquí. Y la aviación nacional bombardeó el pueblo en varias ocasiones. En uno, sobre la vía férrea, murió una madre y su hijo. Fue en 1938.

-Y Franco seguía avanzando...

-Y algunos vecinos, temerosos, usaron las barcas de pesca para pasarse al bando nacional. Otros optaron por el exilio. Las barcas 'Balandra', 'Sura', 'Llibertat', 'Joven Paco', 'Joven Agustín' y 'Santa Cinta' emprendieron camino a Francia, y pararon en Barcelona. Allí, el armador les comunicó que podían volver a l'Ametlla. Sólo una volvió, y el ejército nacional detuvo en el mismo puerto de l'Ametlla al matrimonio que viajaba. Al hombre lo fusilaron. La mujer, embarazada, perdió el hijo en la cárcel.

-En su libro figuran, con nombres y apellidos, todos los protagonistas. ¿Le quedan amigos en el pueblo?

-Creo que tengo más ahora que antes. Me ha felicitado gente tanto de izquierdas como de derechas.

-¿Cuántos habitantes tenía l'Ametlla en 1936?

-Unos 3.000. He contado 228 que participaron en la guerra, en uno u otro bando, y vivieron después. Otros 60 murieron. Y muchos más estuvieron en campos de concentración, desaparecieron o se fueron al exilio.

-¿Qué queda hoy de todo aquello?

-Ha habido un tiempo de silencio, de olvido. Ahora las viejas rencillas van desapareciendo, pero queda una minoría, muy minoritaria, que aún están resentidos.

-Que no se repita nunca más.