INTRODUCCION A LA ANTROPOLOGIA FORENSE
ANALISIS E IDENTIFICACION DE RESTOS OSEOS HUMANOS

JOSE VICENTE RODRIGUEZ CUENCA, Ph.D.
Departamento de Antropología
Universidad Nacional de Colombia
Santafé de Bogotá, 1994
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Capítulo IV

DETERMINACION DEL SEXO

Consideraciones generales

El diagnóstico del sexo se realiza correctamente en un 100% de los casos cuando se cumplen las siguientes condiciones: 1- el esqueleto se encuentra completo y en buen estado de conservación, 2- el individuo es adulto, 3- se conoce la variabilidad morfomé-trica intragrupal de la población a que pertenece el espécimen. Si se dispone solamente del cráneo, en un contexto poblacional desconocido o si el individuo es inmaduro, el grado de objetivi-dad puede oscilar entre el 80-90%. La cohorte entre los 15-18 años constituye la edad límite a partir de la cual la estimación sexual se aprecia con mayor exactitud, aunque existen excepciones a este límite ontogénico.

En las poblaciones modernas la adolescencia se dilata aproximadamente un 10% (2 años) en los muchachos en comparación con las niñas, conllevando a un incremento en el tamaño del cuerpo de los primeros a un 5-10%. No obstante el estatus econó-mico, las condiciones de vida y la variabilidad racial pueden afectar esta diferencia produciendo modificaciones en el dimor-fismo sexual intragrupal. Así, el diagnóstico del sexo en la población prehispánica guane de la Mesa de los Santos, Santander, es muy complicado por el leve dimorfismo sexual existente en ella. Al contrario, este se hace más evidente entre los primeros homínidos y entre algunas poblaciones contemporáneas (aborígenes australianos, vedas).

Usualmente el grado de robusticidad se emplea en calidad de rasgo sexual diferenciador. Este se puede referir al desarrollo de las inserciones musculares, al tamaño craneal, a varios índices que expresan la relación anchura/circunferencia sobre la longitud, al grosor cortical, al peso óseo (absoluto o relativo al tamaño) o a la combinación de cualesquiera de ellos. Es importante subrayar que en la robusticidad contribuye primordial-mente la lateralidad y la actividad biomecánica, más que la filiación racial o el sexo. Así, la delicadeza, el refinamiento y el aspecto enfermizo de las damas victorianas se juzgaba como un símbolo de nobleza y de estatus social. Entretanto, en los estratos populares el estado bisoño, saludable y las crudas maneras de sus mujeres era considerado un excelente antecedente para el sostenimiento económico de la familia pobre (Hoyme, Iscan, 1989).

Las huellas de inserción muscular no se aprecian en huesos largos de los individuos subadultos. Según Tanner (citado por Hoyme, Iscan, 1989:69) hacia los 7-8 años de edad - uno o dos años antes de que las niñas abandonen los juegos masculinos - las radiografías obtenidas de pantorrillas de muchachos empiezan a mostrar una alta proporción de músculo/hueso/grasa. Este hecho sugiere que la producción hormonal antes que la actividad muscu-lar es la responsable de tal situación. No obstante, las inser-ciones musculares claras son muy raras en preadolescentes e inclusive en preadultos avanzados. Parcialmente este cuadro se oscurece por los cambios ocurridos en el periostio durante el crecimiento y longitud del hueso.

 

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[José Vicente Rodríguez Cuenca][portada SEIAAL]