El Mapa de Fosas Comunes de Andalucía, elaborado por distintas asociaciones de recuperación de la memoria histórica de la comunidad con el respaldo económico de la Junta de Andalucía, ha contabilizado un total de 53.665 víctimas mortales enterradas en 648 fosas comunes. Se trata del primer mapa de estas características que se lleva a cabo en España, una medida establecida en la recientemente aprobada Ley de la Memoria Histórica.
En él han participado la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Granada , que se ha encargado del estudio de esta provincia, el Foro Ciudadano para la Recuperación de la Memoria Histórica de Andalucía, que ha investigado Córdoba, la Asociación Andaluza de Memoria Histórica y Justicia, que se ha encargado de Sevilla, Cádiz y Huelva, y la Asociación "Guerra y Exilio", que ha investigado Málaga, Jaén y Almería.

Sus responsables, no obstante, han recalcado que se trata de "una primera valoración" y prevén que las cifras tanto de víctimas como de fosas sigan aumentando.

En el caso de la provincia de Granada, la ARMH ha llegado a contabilizar, hasta la fecha, entre 8.500 y 12.000 víctimas, enterradas entre 70 y 100 fosas.

Entre ellas, su responsable, Francisco González, ha destacado el Barranco del Carrizal, donde se han contabilizado 8 fosas en las que es posible que el número de enterrados rebase los 5.000.

En el caso de Córdoba, el Foro Ciudadano para la Recuperación de la Memoria Histórica de Andalucía ha contabilizado 7.625 víctimas y 82 fosas, de las cuales 23 no han podido ser localizadas con total exactitud por falta de información.

En Cádiz, la Asociación Andaluza de Memoria Histórica y Justicia ha contabilizado un total de 3.054 víctimas y 116 fosas, el 59 por ciento de las cuales se encuentran dentro de los cementerios y el 41 por ciento fuera, lo que la convierte en la provincia andaluza que cuenta con más fosas localizadas fuera de camposantos.

En Sevilla, por su parte, se han contabilizado 11.670 víctimas y 116 fosas, si bien aún quedan por investigar seis pueblos.

El responsable de esta asociación, Rafael López Fernández, ha destacado que, en el caso de la capital andaluza, los investigadores han encontrado "grandes dificultades" para localizar fosas en zonas que han sufrido grandes transformaciones urbanísticas, como es el caso del Aljarafe sevillano.

En Huelva, donde se produjo "la más brutal represión" del Frente Nacional en Andalucía, según López, se han llegado a contabilizar 9.725 víctimas enterradas en 118 fosas, lo que convierte a esta provincia en la que mayor número de enterramientos multitudinarios ilegales tiene en Andalucía.

El responsable de la asociación también ha destacado que, en el 85 por ciento de los casos, las fosas no estaban documentadas históricamente.

En Málaga, se han contabilizado 6.550 víctimas en 82 fosas, un tercio de las cuales son fosas "olvidadas", según ha declarado Manuel Velasco Haro, de la Asociación "Guerra y exilio".

De entre las fosas localizadas, Velasco ha destacado la hallada en el abandonado cementerio de San Rafael, donde ya se han contabilizado más de 4.000 cadáveres y recuperados 1.200, lo que la convierte en una de las mayores de toda España.

En Jaén, provincia que permaneció fiel a la República durante toda la Guerra Civil, a excepción de las localidades de Alcalá la Real, Porcuna y Lopera, cuando el Frente Nacional tomó la capital, "las penas de muerte se aplicaron sin contemplaciones", según Velasco.

De ello dan muestra los 200 fusilamientos que llegaron a realizarse en un solo mes, durante la época más cruenta de ejecuciones, que se prolongaron de forma regular hasta 1945.

En total, en esta provincia, la asociación ha contabilizado 2.641 fusilados en 28 fosas, de ellas un tercio no reconocidas.

Por último, en Almería, esta asociación cifra en 400 los fusilados y en seis las fosas comunes.

Estas cifras considerablemente inferiores a las del resto de Andalucía se explican en su situación geográfica, que mantuvo a esta provincia al margen de la contienda casi hasta su final.

En todos los casos, los responsables de las asociaciones han destacado "el miedo latente" que aún existe en muchas localidades andaluzas y al que tuvieron que enfrentarse para la localización y documentación de las fosas comunes, así como la falta de documentación histórica sobre las mismas.

Las investigaciones han sido elaboradas tanto con documentación de archivos históricos como a través del testimonio "vivo" de familiares y personas del entorno de las víctimas.