César Fernández, director de cine de Castillo de Bayuela, presenta el documental ‘La guerra de Severo’, basado en la vida de un maestro de Navamorcuende que actuó como guerrillero del bando republicano

J.MORENO

j. m. / talavera

Los cineastas han desempeñado muchas funciones desde el inicio del milagro de las imágenes en movimiento; uno de los cometidos más notables ha consistido en desempolvar personajes históricos con los adornos de las películas de ficción o sin aderezos, propios de los documentales rigurosos. Normalmente, estos proyectos prenden por una chispa de curiosidad por la dimensión de una persona. Adolfo Lucas Reguilón, maestro en Navamorcuende en los años treinta, relató en una autobiografía de dos tomos su vida y también milagros, sobre todo porque incluyó dos sentencias de muerte no ejecutadas y una herida de guerra. Tras más de 20 años en prisión por el régimen franquista, murió anciano en el año 1994 después de haber cumplido el sueño de visitar la antigua Unión Soviética. El director César Fernández, de 38 años y natural de Castillo de Bayuela, rescata ahora de la memoria de antiguos alumnos o compañeros de cárcel de este guerrillero de la República.

La Guerra Civil constituye un puzle que poco a poco encaja las piezas con la labor investigadora de historiadores y curiosos. Precisamente curiosidad fue lo que produjo en César Fernández la primera impresión de la «estrambótica» figura del maestro nacional Adolfo Lucas Reguilón y de acuerdo con el historiador local y profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha Benito Díaz, de quien leyó varias publicaciones, emprende la aventura de tejer la vida del guerrillero e intelectual quien utilizaba el sobrenombre Severo Eubel de la Paz (Serio e incorruptible en la buena guerra por la paz).

al festival de orense. El director caracteriza al intelectual, amigo de Gregorio Marañón, como peculiar, algo pedante y muy conocido entre los estudiosos de la época. «Tiene un interés que excede el localismo», apunta. Por eso durante seis años y de modo interrumpido por distintos proyectos que salían al paso, Fernández, acompañado del presidente de la Asociación Manuel Azaña, Isabelo Herreros, presentó en el salón de actos del Ayuntamiento de Alameda del Valle el próximo día 26 el documental ‘La guerra de Severo’, centrado en su actividad guerrillera aunque también resulte destacable sus métodos de enseñanza. Posteriormente, está apalabrada la participación en el Festival de Cine Internacional de Orense.

El maestro y guerrillero, experto mecanógrafo y que participó en la defensa de Talavera, encabezaba un pequeño grupo armado que devolvió brevemente a la República el control de Alameda del Valle, por lo que no resulta aleatoria la elección del lugar de presentación. La retórica y su ideología, mezclada de comunismo, ética cristiana y pacifismo, contribuyeron a que reclutase a personas de distintas convicciones políticas a la causa republicana. Sin embargo, sus métodos fueron rechazados por el Partido Comunista.

En el año 1956, comienza la etapa más oscura de su vida cuando fue detenido en la localidad gallega de Foz donde ejerció durante diez años como maestro con el nombre de don Bernardo. Tras casi dos décadas como reo en las cárceles de Carabanchel y Burgos, acusado por los actos cometidos durante su etapa en la guerrilla, y una intensa vida, dejó escritas unas memorias a finales de los años 70. «Utilicé las memorias de base. Dan la impresión de que son exageradas, pero muchas cosas son ciertas», subraya el director.

La insólita vida de ‘Severo’ se extinguió pasados los 80 años a mediados de la década de los noventa, pero sus acciones no han caído en el olvido.