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La esperanza sin esperanza
Virginia León nos ha dejado para siempre. Recibió el pasado año el Premio a la Memoria Histórica que lleva el nombre de su padre, “José María León Jiménez”,simbolizando con ello el homenaje público y humano de todo un pueblo, Aguilar de la Frontera.
(Aremehisa, 01-09-2008)


Hace solo unos cuantos días falleció Virginia León Lucena, contaba 84 años y ha sido una de las últimas personas que conservaban aún la “memoria viva” de uno de los episodios más ocultos de nuestro pasado más reciente: la guerra civil y la represión desatada en la misma.

 

Virginia León Lucena, recibió el pasado año el I Premio a la Memoria Histórica “Jose María León Jiménez”, con carácter honorífico , simbolizando con ello el homenaje publico y humano de todo un pueblo, Aguilar de la Frontera, a la figura de su padre.

Hace poco más de un año, el que suscribe este articulo, tuvo el placer de poder realizarle una entrevista:

 

Virginia León Lucena, se sienta ante la grabadora con valentía, esta dispuesta a explicar lo que durante muchos años ella y su familia han mantenido en silencio. El resto de la familia escucha el relato. Tal vez para algunos, los más jóvenes sea la primera vez que oigan esta terrible historia . No tiene miedo, habla decidida, es la única hija con vida de José Maria León Jiménez, la tercera de seis hermanos Manuel, Juan, Virginia, José, Consuelo y Rafael y sabe que el tiempo posiblemente no le vuelva a dar otra oportunidad.

 

Ha tomado una determinación y no quiere que nadie ni nada la detengan, sabe muy bien que el tiempo de silencio ha terminado y no existe mejor arma para combatir la amnesia colectiva que hablar y contar lo sucedido.

 

A pesar de su avanzada edad – cuenta ya con ochenta y tres años – Virginia conserva intactos los recuerdos de los días previos a la detención y asesinato de su padre.

 

A accedido gustosamente, a dejar testimonio de lo que ocurrió en aquellos días, dejando voluntariamente atrás, el silencio y el miedo impuestos durante tantos años.

 

Queremos que este testimonio, sirva de homenaje a todos los hombres que como José Maria, perdieron la vida en dramáticas circunstancias, a si como animar a todos aquellos que vivieron como Virginia los acontecimientos que se describen y aún hoy setenta años después el dolor y el miedo les impide libremente contarlos.

 

Sus siempre valiosos y significativos testimonios activados como consecuencia de sus emociones nos han permitido a lo largo de los últimos años canalizar la ingente información de que disponía en sus recuerdos y en su memoria para ponerla al servicio de la investigación y recuperación de una parte muy importante de la memoria histórica de este su pueblo, Aguilar de la Frontera.

 

Escuchar a Virginia impresionaba enormemente por que su testimonio te devolvía a ese trágico momento de los hechos.

 

Sus vivos recuerdo de los hechos ocurridos, su tiempo de libertad y explosión juvenil, de vertiginoso resplandor en medio de una gran oscuridad, nos quedarán para siempre presentes a través de su testimonio oral.

 

Nos legó a todos el patrimonio de una vida vivida en base a la lealtad y a la honradez, a la sencillez y a la libertad.

 

Toda su vida siempre mantuvo la esperanza y el sueño de poder encontrar y recuperar los restos de su padre José Maria León Jiménez, alcalde socialista de Aguilar de la Frontera, asesinado por los golpistas del 18 de julio del 36 en esta localidad cordobesa.

 

Sus verdugos hicieron bien su trabajo, lo asesinaron y enterraron en una fosa común sin dignidad y en el mas absoluto de los olvidos

 

Virginia no ha podido ver cumplido su sueño. Toda una vida mantuvo la certeza de poder verlo realizado.

 

La espera sin esperanza. La muerte ha vuelto de nuevo a escribir una de tantas páginas vacías, referidas a ver cumplidos los sueños de exhumación de sus seres queridos, de nuestros mayores.

 

¿Hasta cuando? ¿Hasta cuando esos sueños no podrán verse cumplidos? ¿No han dado ya suficientes muestras de tolerancia, paciencia y respeto?.

 

¿Hasta cuando? ¿Hasta cuando esas fosas comunes localizadas ya y perfectamente emplazadas en Andalucía, han de ver demorados sus proyectos de exhumación? ¿Cuántas Virginias, Manuelas, Teresas,… más han de desaparecer ?.

 

¿Hemos de esperar aún otros 72 años más para que esas exhumaciones se produzcan?.

 

 

Rafael Espino Navarro.-

 

Presidente de AREMEHISA (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera (Córdoba)