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Las Cenizas de Herrera «Petere» descansan por fin en su tierra

Foro por la Memoria de Guadalajara, | 31 octubre 2009

Texto y galería fotográfica Foro por la Memoria de Guadalajara

El pasado jueves 29 tuvo lugar un sentido y sencillo acto en el cementerio de Guadalajara, presidido por Emilio Herrera, su hijo, y otros familiares.

Con motivo del centenario del poeta alcarreño José Herrera “Petere”, el que fuera poeta proscrito en su ciudad por su compromiso antifascista y comunista, que le llevó al exilio, se celebran en la capital alcarreña una serie de actos para rememorar la personalidad fascinante y divertida de un escritor romántico y polifacético, que dominó la literatura, pero también el teatro, la música y el dibujo.

Los ejes principales del homenaje que Guadalajara rinde a Petere son un Congreso Internacional sobre su figura, y la inhumación de sus cenizas y las de su esposa, además de una exposición para recordar su figura.

Al acto de inhumación asistieron, entre otros, su familia, encabezada por su hijo, Emilio Herrera Soler, además de otras personalidades y amigos como la Aitana Alberti, el escritor José Esteban y varia autoridades provinciales. Lamentablemente, al acto de exhumación, no se le dio absolutamente ningún contenido político, con excepción de unas pocas pinceladas a cargo de su biógrafo. A continuación tuvo lugar la inauguración de la exposición, donde se vivió uno de los momentos más emotivos de la jornada, cuando el hijo del homenajeado, tomando la guitarra que había sido del poeta, cantó algunas canciones de la guerra civil.

José Herrera Aguilera, “Petere”, nació en 1909 en Guadalajara, y era hijo del ilustre ingeniero militar Emilio Herrera Linares, quien llegó a ser presidente de la República en el exilio.

Desde muy joven destacó en su producción poética y literaria. Militante del Partido Comunista desde 1931, al estallar la guerra civil se alistó en el Quinto Regimiento, y tras combatir en varios frentes, se convirtió en un “miliciano de la cultura, y escribiendo numerosos poemas, romances y realizando dibujos para animar a las tropas republicanas, colaborando en publicaciones como El Mono Azul, o Milicia Popular, entre otras. Fue premio Nacional de Literatura en 1938 con su obra “El acero de Madrid”.

Tras la guerra se exilió en varios países, falleciendo en Ginebra en 1977. Los homenajes que con motivo de su centenario tienen lugar en Guadalajara, son un merecido reconocimiento a la figura de un personaje importante que durante décadas había sido un proscrito en su tierra natal.

Foro por la Memoria de Guadalajara