Cultura gana el pulso a la Generalitat por el archivo Centelles
Las 10.000 fotografÃas, adquiridas por 700.000 euros, irán a Salamanca. Las autoridades catalanas lo consideran patrimonio de Cataluña
Â
Â
NATALIA JUNQUERA – Madrid – 29/11/2009
El Ministerio de Cultura acaba de adquirir por 700.000 euros el archivo fotográfico de Agustà Centelles, nacido en Valencia, pero criado en Cataluña, y considerado como el Robert Capa español o el fotógrafo sentimental de la Guerra Civil. Porque, a diferencia del primero, no fotografiaba la guerra, sino su guerra mientras veÃa cómo la iba perdiendo.
La compra se formalizó el jueves, después de meses de negociaciones y tras una visita decisiva de la directora del Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, MarÃa José Turión, al archivo el pasado mayo. La venta podrÃa desencadenar un nuevo enfrentamiento entre el Gobierno central y la Generalitat, que alega ahora que la obra de Centelles es «patrimonio cultural de Cataluña».
Las negociaciones arrancaron con una gestión del ex ministro de Cultura César Antonio Molina. El pasado 4 de noviembre el subdirector general de Archivos y Gestión Documental de la Generalitat, Ramón Alberch, se dirigió por carta a uno de los hijos del fotógrafo, Sergi Centelles, para comunicarle que el 26 de octubre la Dirección General de Patrimonio Cultural de Cataluña habÃa incoado un expediente de inclusión del archivo en el catálogo de Patrimonio Cultural de Cataluña. Sergi y Octavi Centelles temen que la Generalitat quiera ahora impugnar la compra o impedir la salida del archivo de Cataluña.
Pero el material hace ya semanas que abandonó Barcelona. Ahora está en Madrid, donde un grupo de expertos lo está catalogando. Y los abogados de los Centelles preparan un contencioso administrativo.
Los hermanos Centelles han recibido ofertas de compra desde 1986. Si se han decidido a venderlo ahora al Ministerio de Cultura no es, aseguran, por motivos económicos, sino porque, tras valorarlo con un grupo de expertos, era la opción que les ofrecÃa más posibilidades de difusión, con un proyecto de exposiciones en Estados Unidos y Latinoamérica. «TenÃamos una oferta mayor de la casa de subastas Christie’s, por 850.000 euros, pero optamos por vender el archivo al Ministerio de Cultura a cambio del compromiso de que lo difundan de la mejor manera posible: creando un premio de fotografÃa con su nombre, por ejemplo», explica Sergi Centelles.
El archivo contiene más de 10.000 negativos con algunas de las imágenes icónicas de la Guerra Civil española, como los bombardeos de Lleida o el juego de un grupo de niños que simula fusilar a sus amigos.
Desde la muerte de su padre, Sergi y Octavi Centelles han custodiado su obra sin ningún apoyo institucional. El único reconocimiento que recibió en vida el fotógrafo fue el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1984. Alfonso Guerra entregó el galardón a sus hijos. Centelles, que murió meses más tarde, confesó sentirse «molesto» porque las instituciones catalanas no habÃan demostrado en ninguna ocasión el más mÃnimo interés por su obra. «No es una cuestión económica la que reivindico, sino el interés por la recuperación de un patrimonio gráfico como el que poseo a través de tantos años de continuada dedicación», dijo entonces.
Agustà Centelles, que fue condenado al exilio en 1939, encarcelado en el sur de Francia, retornado clandestino en 1944 y depurado luego, luchó contra viento y marea por preservar su material. «Durante el tiempo que pasó en el campo de concentración de Bram, en Francia, dormÃa abrazado a la maleta donde llevaba sus fotos y los demás pensaban que allà dentro debÃa tener oro o dinero», cuenta su hijo Sergi. Después escondió los negativos en la buhardilla de la casa de una familia de Carcasona, a la que mandaba turrón cada Navidad como señal de que estaba vivo.
Fue a recuperarlos en cuanto murió Franco. Pero el régimen le habÃa cerrado para siempre la puerta del fotoperiodismo y sus últimos años de vida laboral los habÃa dedicado a la fotografÃa publicitaria.
Se busca a este hombre
Los hijos de Agustà Centelles se han embarcado en una singular investigación: buscar la identidad del hombre de esta foto. El joven afroamericano habÃa cruzado el Atlántico para luchar por una causa con la que nada tenÃa que ver: la permanencia del Gobierno de la Segunda República. Era 1938. Estaban en Barcelona. Poco más se sabe de este hombre cuyo retrato terminará el próximo semestre en manos del presidente de EE UU, Barack Obama.
Los hermanos Octavi y Sergi Centelles saben ya quién quiere regalarle esa imagen al hombre favorito del planeta, pero de momento prefieren mantener el misterio: «Será un regalo institucional», dicen. Están entusiasmados con la investigación casi detectivesca que han iniciado, arropados, entre otros, por un profesor de la Universidad de Columbia de Nueva York, para desvelar uno de los enigmas que encierra la obra de su padre. «Queremos encontrar a los descendientes de este brigadista, conocer su historia. Creemos que era de Alabama», cuenta Sergi Centelles.
De momento, se han hecho con una lista de 450 brigadistas afroamericanos que participaron en la Guerra Civil. Uno de ellos es el de la fotografÃa. PertenecÃa al Batallón Lincoln, la primera fuerza armada estadounidense que integraba a blancos y negros en igualdad de condiciones. Acababa de llegar a Barcelona para participar en la Guerra Civil española en las brigadas internacionales, del lado republicano.
La mayorÃa se habÃa alistado al Partido Comunista, que entabló fuertes lazos con la comunidad negra, convencida en aquel momento de que la batalla contra la opresión era universal, y empujada finalmente hacia la lucha contra el fascismo a raÃz del bombardeo de EtiopÃa por Mussolini en 1935. «Lucharon en las batallas del Jarama, Brunete y el Ebro. Los que pudieron volver con vida a EE UU fueron despreciados porque habÃan estado luchando con comunistas o murieron de enfermedades contraÃdas en España», relata Sergi Centelles. Otros fueron enterrados en España. En el mejor de los casos, su heroicidad pasó inadvertida, y en el peor, fueron acosados durante la caza de brujas del senador McArthy por considerarlos peligrosos amigos de la URSS. «Queremos recuperar su historia, difundirla en EE UU y que se conozcan allà las fotos de nuestro padre», explica Octavi Centelles. Por eso la serie de nueve fotos de los brigadistas afroamericanos del archivo Agustà Centelles saldrán pronto de gira por EE UU y España para que ambos paÃses conozcan la historia de estos héroes olvidados. Se unirán a los actos por el centenario del nacimiento del fotógrafo.
Â
El PaÃs, 28-11-2009
El Ministerio de Cultura compra el archivo del fotógrafo Agustà Centelles por 700.000 euros
La Generalitat alega que es patrimonio cultural de Cataluña, por lo que se avecina un enfrentamiento entre las dos administraciones
Â
NATALIA JUNQUERA – Madrid – 28/11/2009
Los hijos del fotógrafo Agustà Centelles, el gran retratista español de la Guerra Civil, han vendido al Ministerio de Cultura todo el archivo fotográfico de su padre por 700.000 euros, según ha sabido El PaÃs. La Generalitat de Cataluña se ha dirigido por carta a los hermanos para informarles de que consideran el archivo Patrimonio Nacional Cultural de Cataluña, por lo que se avecina un enfrentamiento entre las dos administraciones. Los hermanos Sergi y Octavi Centelles explican que rechazaron una oferta de Christies para adquirir el archivo por algo más de dinero (850.000 euros) a cambio de que el Ministerio de Cultura se comprometa a dar la mayor difusión posible de la obra de su padre.
Todo el material, unas 10.000 fotografÃas será llevado al centro de la memoria histórica de Salamanca, que dirige MarÃa José Turrión. Agustà Centelles, nacido en Valencia, pero que vivió desde muy niño en Cataluña, es considerado como un pionero del fotoperiodismo y le llaman el Robert Kapa español. Su hijo Octavi no está muy de acuerdo con esta definición: «Kapa era un fotógrafo retratando la guerra, Agustà Centelles fotografiaba su guerra mientras la perdÃa».
El próximo 1 de diciembre se cumplirán 20 años de la muerte del fotógrafo, que luchó contra viento y marea para preservar su material. «Durante el tiempo que pasó en el campo de concentración de Bram, en Francia, dormÃa abrazado a la maleta donde llevaba sus fotos y los demás pensaban que allà dentro debÃa tener oro o dinero», cuenta su hijo Sergi.
En 1939 logró un permiso para abandonar el campo de concentración. Después, empezarÃa a colaborar con la resistencia francesa, a la que ayudaba a elaborar pasaportes falsos. Cuando algunos de los miembros de la resistencia fueron detenidos, el laboratorio de Centelles fue desmantelado. Pero él habÃa escondido los negativos en la buhardilla de una casa de Carcasona, donde vivÃa la familia que lo habÃa escondido durante el exilio. Ellos custodiaron el archivo del fotógrafo cuando decidió volver a España, donde, por su pasado polÃtico, las autoridades franquistas le impidieron volver a ejercer el fotoperiodismo. Desde finales de los años 40 se dedicó a la fotografÃa de publicidad, realizando campañas para marcas como Coca Cola y Chupa Chups. No fue hasta 1976, después de la muerte de Franco, cuando decidió recuperar su archivo con las fotografÃas de la Guerra Civil que la familia de Carcasona seguÃa guardando. En 1984 se le concedió el Premio Nacional de Artes Plásticas , meses antes de su fallecimiento. El fotógrafo confesaba sentirse entonces «molesto porque las instituciones catalanas no han demostrado en ninguna ocasión el más mÃnimo interés por ello». «No es una cuestión económica la que reivindico, sino el interés por la recuperación de un patrimonio gráfico como el que poseo a través de tantos años de continuada dedicación», decÃa.
Al archivo recuperado se le sumaron en 2008 varios negativos ocultos en una caja de galletas que sus hijos hallaron en su laboratorio .